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Steven Seagal se reunió con Nicolás Maduro y le regaló un sable samurái
Steven Seagal fue uno de los principales íconos del cine de acción de las décadas de 1980 y sobre todo, de 1990. En esos tiempos de protagonistas musculosos, masculinos e indestructibles, este artista marcial devenido en actor se ganó un lugar entre otras figuras del género como Arnold Schwarzenegger, Jean Claude Van Damme y Sylvester Stallone, entre otros.
Pero es también un hombre polifacético: es músico (grabó dos discos), fundador de una escuela de artes marciales, defensor del medio ambiente, responsable de una línea de aceites terapéuticos y de bebidas energizantes, y también, desde hace algunos años, diplomático (puesto que quizás le habría servido en 2011, cuando tuvo una disputa con el gobierno uruguayo por su película Sumergido, en la que el país es retratado como un lugar selvático, con ruinas mayas, poblado por carteles de droga y terroristas). Aunque no para su país natal, Estados Unidos, sino para el gobierno ruso.
En la línea de otras amistades entre estrellas y líderes políticos, como la del exbasquetbolista Dennis Rodman y el líder norcoreano Kim Jong-un, Seagal es cercano al presidente ruso Vladimir Putin, que le otorgó la ciudadanía rusa y lo convirtió en un embajador especial para el país. En ese rol, este martes viajó a Caracas para entrevistarse con el presidente venezolano Nicolás Maduro, a quien le hizo un peculiar regalo: un sable samurái.
Vestido de negro y con el rostro al descubierto, el actor, que en los últimos años ha sido denunciado en múltiples ocasiones por abuso y acoso sexual, entregó la katana al mandatario, que llevaba mascarilla. Maduro posó con la espada con diferentes actitudes de combate.
La espada regalada fue utilizada por Seagal en una de sus películas, y fue recibida por Maduro con un abrazo, antes de "probarla" con ayuda del actor.
Con información de AFP
