Un grupo de paleontólogos uruguayos descubrió una nueva especie y género de reptil volador: fue bautizado como Tacuadactylus luciae.
Este hallazgo representa un "valioso" aporte "al escaso conocimiento de las faunas continentales del Jurásico tardío", indica el estudio al que accedió Cromo, que se publicó en el Journal of South American Earth Sciences, y del que informó el programa Sobreciencia de TV Ciudad.
La historia del hallazgo y descripción de este animal, que habitó tierras tacuaremboenses hace 150 millones de años, comienza en 2018.
Ese año hallaron en Tacuarembó fósiles de pterosaurios (o también conocidos como pterodáctilos), un reptil volador que convivió con los dinosaurios. "Esta vez lo que hicimos fue sumarle un pedazo que se había perdido en un armario y preservaba información interesante", comentó Matías Soto, responsable de esta investigación junto a Pablo Toriño, Valeria Mesa y Daniel Perea.
Ese molde contenía información relevante como los vasos sanguíneos. Lo que se hizo para determinar su importancia fue hacerle un calco con silicona y se colocó al lado del fósil que se había hallado en 2018. Eso aportó suficiente información para concluir que estaban ante la presencia de un nuevo género y una nueva especie.
"Primero dijimos que era una nueva especie, pero el revisor de la revista nos dijo que lo publiquemos también como un nuevo género porque era suficientemente distinto al que se conocía de Europa", contó Soto, quien decidió en conjunto bautizar a esta nueva especie homenajeando al lugar donde fue descubierto y, en segundo término, a su hija.
Además de descubrir que se trataba de una nueva especie, los paleontólogos determinaron que esta familia de reptiles llegaron antes a Sudamérica de lo que se creía. "Al menos 50 millones de años antes", indicó Soto, según hallazgos que se habían logrado en Chile y Argentina que correspondían al Cretácico.
Tacuadactylus luciae medía un metro y medio de altura y su cabeza era de 30 a 40 centímetros. Los investigadores creen que tenía una cresta, pero como el hueso se partió antes de que pudiese aparecer eso no lo pueden determinar.
El ala estaba formado por el dedo anular extremadamente alargado (por eso la denominación de dactilus). Ese dedo es el que soporta el ala, que adentro "tiene un montón de fibra para darle soporte". "Tenía tres deditos de la mano y el cuarto bien largo", agregó el experto.
La familia de la que proviene este reptil se llama ctenocasmátidos. "Cteno significa peine y refiere a la cantidad de dientes que tenían. Los vasos que quedaron marcados seguramente servían para sentir la presencia de las presas (pequeños crustáceos, suponemos) al mover el hocico de lado a lado en la orilla de los ríos", comentó.
La forma de alimentarse, indicó el experto, es similar a la espátula que se caracteriza por su pico largo.
Tacuarembó ha sido un recinto de hallazgos científicos muy ricos para la paleontología uruguaya. Este es el octavo hallazgo género de animal vertebrado: tiburón, celacanto, tortuga, cocodrilo, dos dinosaurios y um pez pulmonado.
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