Economía y Empresas > MERCADO LABORAL DEL FUTURO
Tecnológicas y sector público serán los mayores demandantes de empleo a futuro, según OPP
En los próximos años el sector con más capacidad de generar empleo será sin dudas el tecnológico. Sin embargo, según surge de un estudio realizado realizados por la Dirección de Planificación de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), a impulso del cambio demográfico otro de los sectores que más orientado a la demanda laboral será el sector público (principalmente en salud, cuidados y educación).
Los grandes determinantes de la demanda de empleo identificados por los expertos consultado se pueden resumir en los siguientes conceptos: cambio demográfico, automatización, inserción internacional y crecimiento endógeno (capacidad de generar desarrollos tecnológicos propios).
Según se establece en el informe -que será presentado el próximo viernes 19 de octubre en el Palacio Legislativo-, esta tendencia probablemente seguirá en aumento y dada el mayor dinamismo laboral que demandarán estos sectores también se necesitará de trabajadores mejor calificados, para satisfacer según lo que se estima un aumento potencial de hasta 670.000 trabajadores entre ambos sectores en los próximos 30 años en el país.
“El crecimiento de la demanda de trabajo de este agrupamiento sería resultado del aumento de la demanda de sectores como salud y cuidados, a consecuencia del cambio demográfico, principalmente. Este incremento está condicionado por la capacidad fiscal del Estado resultante del crecimiento (o no) del resto de la economía, ya que se trata mayoritariamente de sectores que dependen del gasto público para su financiación. Aunque la automatización es un factor que podría tener relevancia en las actividades más administrativas del Estado, estas explican un porcentaje muy menor del total del empleo del agrupamiento. Educación, salud y cuidados explican el grueso del empleo y a su vez son los que tienen menor riesgo de automatización”, dice el informe.
Caída en otros sectores
En oposición, en el caso de las empresas exportadores con problemas de competitividad se estima que el empleo caerá sostenidamente en casi cualquier circunstancia, a excepción de que se den escenarios fuertemente disruptivos de alto crecimiento endógeno, lo cual implicaría cambios productivos y de pautas de consumo a nivel global, siempre y cuando la propensión a asumir riesgos por parte de las empresas nacionales busque desarrollar nuevos productos o procesos productivos y tecnologías en el ámbito local.
De todas formas, se aclara, se trata de un sector con muy poco peso relativo, que cuenta actualmente con 70.000 personas empleadas.
Sobre el sector agropecuario, el informe sostiene que posiblemente las cadenas seguirán perdiendo empleo, a menos que se logre una fuerte inserción internacional. En el caso de las empresas exportadoras competitivas, incluyendo al turismo, se señala que podría presentar un comportamiento de demanda más dinámico.
El sector con mayores problemas a futuro, según destaca el estudio prospectivo, paradójicamente será el que más personas emplea en la actualidad: el comercio.
“Para los sectores de consumo interno tradicional se prevé un quiebre con a respecto a su dinámica de los últimos 20 años, fruto de la automatización y de una posible inserción internacional que los exponga a una competencia más intensa de productos y servicios importados. Según los expertos, el crecimiento máximo de empleo de estos sectores será de un tercio en relación a los experimentado en las últimas décadas, que puede desembocar en una probable pérdida de empleos si se mira a 30 años”, apunta el informe.
En la actualidad el comercio emplea a 300.000 personas y ha aumentado sustantivamente su peso en las últimas tres décadas, cuando compartía en peso relativo con otros grandes sectores como el agro y otros servicios. Sin embargo, la automatización refleja una amenaza seria en términos de empleo para dicho sector, sobre todo para las empresas exportadores y los trabajadores con nivel educativo bajo y medio.
“Los sectores que presentarán mayor dinamismo son los que a su vez demandan trabajadores más calificados, al tiempo que aquellos que con alta probabilidad mantendrán o perderán puestos de trabajo son principalmente demandantes de empleos poco calificados o rutinarios. Es un reto para el sistema educativo proporcionar a los potenciales trabajadores la adecuada formación para las actividades orientadas al sector público y a las transversales tecnológicas”, se apunta.
En este sentido, se recomienda expandir la oferta terciaria, particularmente en el interior del país, y “continuar los avances hacia la culminación de la educación media y el cierre de brechas en ese nivel”, a la vez que se reclama la reasignación hacia los sectores con mayor demanda laboral para aquellos trabajadores de rubros en declive que no alcancen los niveles de educación formal requeridos.
El género
Otro punto destacado del informe, radica en que los sectores que con mayor probabilidad expandirán su empleo en las próximas décadas son los más feminizados. Según arroja el estudio, entre 2009 y 2015 el crecimiento de la fuerza laboral femenina ocupada fue más intenso, permanente y estable que el de la masculina, alimentando a su vez el empleo total. Mientras que el número de mujeres ocupadas creció a una tasa anual de 1,7%, la ocupación masculina lo hizo al 0,5%, lo que conforma una tasa de crecimiento del empleo total de 1%.
Los sectores que con más presencia de la mujer se reflejan en el estudio son el textil, los servicios sociales, de saneamiento, restaurantes y hoteles, inmobiliario y de servicios a empresas, finanzas y en seguros y comercio. Además las mujeres presentaron un aumento sustantivo entre 2006 y 2016 en su participación del sector público y en las empresas tecnológicas.
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En ese período el empleo de las mujeres creció más aceleradamente que el masculino, tanto en las actividades orientadas al sector público –donde las mujeres superan la mitad de los trabajadores– como en las exportadoras competitivas. No obstante, aún persisten actividades muy masculinizadas, como las cadenas de base primaria y el de exportadoras con problemas de competitividad.
Como contracara, los servicios públicos tradicionales muestran una fuerte feminización del empleo, ya que en estos, seis de cada diez trabajadores son mujeres.
