El tigre siberiano suele ser un animal huraño. Sin embargo, en los últimos años se lo ha visto deambulando por calles y pueblos con andar tambaleante, manso y sin mostrar miedo alguno a los humanos. Es que el también conocido como tigre raro de Amur podría ser blanco del virus del moquillo canino (CDV, por su sigla en inglés), un patógeno que afecta comúnmente a los perros domésticos y que les provoca este extraño comportamiento.
Un estudio reciente, realizado por la
Sociedad para la Conservación de la Vida Silvestre y publicado por la revista de la
Sociedad Americana de Microbiología, sostiene que este patógeno es el responsable de la nueva amenaza para la población de tigres siberianos en todo el mundo.
Según recoge
EurekAlert!, se estima que en 2009 el virus CDV causó la muerte del 1% de los tigres siberianos, sumándose a la amenaza por la presión por la caza, la reducción de su presa básica y la fragmentación de su hábitat. Aunque el porcentaje parezca pequeño, no lo es si se tiene en cuenta que quedan menos de 500 ejemplares.
Los investigadores de Estados Unidos y Rusia muestran en su estudio cómo el CDV infectó y causó una enfermedad neurológica mortal a estos tigres desde 2001. Las muestras de tejido cerebral de tres de estos felinos, que murieron en 2001, 2004 y 2010, mostraron lesiones, indicando que habían sufrido de una encefalitis viral severa que les provocó el comportamiento anormal. También los condujo a la muerte.
Algunos de estos animales infectados mueren debido a la enfermedad, o son sacrificados una vez que esta empeora. Los investigadores señalan además que el problema no se limita a un solo foco, sino que los casos se hallan distribuidos a lo largo del Extremo Oriente ruso.
De perros y felinos
Los perros domésticos en esa región pueden contagiarse con este virus. A su vez, pocos de estos animales se encuentran vacunados contra ese patógeno. Los tigres siberianos matan y comen perros domésticos.
Si bien esta podría ser una de las fuentes de contagio del virus, los investigadores no descartan otras posibilidades, como el perro mapache o el zorro.
El próximo paso será estudiar muestras de canes y otros carnívoros pequeños en el Extremo Oriente ruso, con el fin de prevenir más infecciones del amenazado tigre siberiano.