Nicolás Tabárez
Periodista de cultura y espectáculosEspectáculos y Cultura > CINE
Tomado por los Oscar: cinco conceptos que enseña la visualización de las películas nominadas
El resultado de ver los 44 largometrajes y nueve de los 15 cortos
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02 de marzo de 2018 a las 05:00
Febrero es Carnaval, es tablado, es playa, camping y verano. Para mí, febrero fue cine. Mucho cine. Desde que el 23 de enero la Academia de artes y ciencias cinematográficas anunció a los nominados a las 24 categorías del Oscar, empezó la misión anual de ver todo aquellos que tenga una candidatura, sin importar la categoría. Mientras otros se quedan con las nominadas a Mejor película, intento dar un obsesivo paso más.
En 2018 logré el objetivo: los 44 largometrajes y nueve de los 15 cortos pasaron ante mis ojos, aunque algunos ya habían sido vistos durante su estreno en el correr de 2017.
El resultado es el contacto con un abanico de historias que van desde lo malo hasta lo memorable, y que permite aprender sobre el cine, la Academia y el funcionamiento de estos premios.
Las dos Academias
Hace dos años, luego de las críticas por la falta de diversidad en los nominados (encarnadas por las movidas #OscarsSoWhite y #OscarsSoMale), la Academia invitó a miles de nuevos integrantes, con una amplia inyección femenina, extranjera y de hombres que no fueran blancos. Ver las nominaciones de este año marca que ese nuevo contingente coexiste con los antiguos votantes, los hombres viejos, que prefieren las películas más clásicas y conservadoras. Lady Bird, Llámame por tu nombre, ¡Huye!, El proyecto Florida, Baby: el aprendiz del crimen, Logan y Un amor inseparable son muestras del cambio de cuerpo votante: películas dirigidas y creadas por gente joven, con visiones frescas del mundo y estructuras y tramas diferentes. Por su parte, The Post y Las horas más oscuras son representantes de la vieja guardia. Son buenas películas, pero demasiado clásicas y poco memorables. Son las que hace cuatro o cinco años se podrían haber llevado el premio, pero como ya mostró Luz de Luna el año pasado, los tiempos están cambiando.
El mensaje global
Además de tener una buena película, es recomendable que para llegar al Oscar su obra también tenga una pata que conecte con los tiempos que corren y la mentalidad dominante. Es decir, que cuente una de esas historias que hasta ahora eran ignoradas y que son necesarias de relatar, si se busca representar fielmente el panorama de integrantes de la sociedad, con el foco en Estados Unidos, ya que los premios no dejan de estar centrados en lo que se produce allí, pero también de otras partes del planeta.
La forma del agua y su defensa de los diferentes; Lady Bird y su relato totalmente femenino; ¡Huye! y su satírico relato sobre el racismo en Estados Unidos, Tres anuncios por un crimen y el reclamo de justicia de una madre por el femicidio de su hija, The Post y el llamado de atención sobre la importancia de los medios cuando el gobierno oculta secretos, Llámame por tu nombre y el elogio del amor como tal sin importar orientación sexual.
Y eso sin mencionar las que no están nominadas a Mejor película, como la chilena Una mujer fantástica, sobre la discriminación y obstáculos cotidianos enfrentados por una transexual; las diferencias raciales planteadas por Mudbound o la historia de The Breadwinner, película animada producida por Angelina Jolie que llama la atención sobre el trato y la posición social de las mujeres en la sociedad afgana son otros de esos ejemplos.
Joyas escondidas
Victoria & Abdul tiene solo dos nominaciones, a Mejor diseño de vestuario y Mejor maquillaje y peluquería. Pero su historia, la de la amistad entre la reina Victoria de Gran Bretaña y su secretario indio Abdul Karim, es un divertido y entrañable relato que vale la pena mirar. Algo parecido ocurre con Un amor inseparable o Apuesta Maestra, candidatas a Mejor guión, que se encuentran en los cines locales actualmente. No compiten en las grandes categorías, pero son obras sumamente disfrutables.
Para llorar, documentales
A veces el mundo real es la fuente de las historias más trágicas y emotivas que se ven en estos premios.
Por mucha lágrima que hagan derramar Llámame por tu nombre o Coco, ver la destrucción y caos cotidiano de Siria en Last Men in Aleppo, la injusticia que rodea el asesinato sin resolver de Strong Island o incluso el abrupto final de la historia de amor entre dos ancianos que cuenta el corto Edith+Eddie son fuentes de dolor y frustración, pero es necesario conocerlas.
Ojo, que no todos los documentales nominados duelen. La historia de los expresidiarios que manejan un restaurante (Knife Skills) o el viaje artístico de dos fotógrafos franceses por lugares olvidados de su país presentado en Faces, Places, son el antídoto perfecto con relatos luminosos y con una mayor carga de optimismo.
Las olvidadas
Cada año hay películas que no entran en la selección final, o que no lo hacen con la presencia que deberían. Mirar las nueve candidatas y que no esté ahí El proyecto Florida es una injusticia. Contado desde la perspectiva de una niña que vive en un hotel cerca del parque de Disney en Orlando, es un retrato de la pobreza y la marginalidad en Estados Unidos. La esperanza, la tragedia, la vulnerabilidad y la inocencia están ahí, y lo único que recibió la película fue una candidatura para Willem Dafoe como actor de reparto. Es comprensible que su estudio (A24, una empresa pequeña) haya optado por hacer campaña por otros filmes como Lady Bird con su presupuesto limitado, pero su ausencia en más premios es casi imperdonable.
Algo similar sucede con Mudbound, la obra de Netflix que logró cuatro candidaturas. Ser una producción del servicio de streaming le jugó en contra, considerando que los estudios hacen lobby para dejarlos afuera de la conversación, pero la película mereció un lugar en la categoría principal.
