Científicos de los
Institutos Nacionales de Salud de los EEUU (NIH, por sus siglas en inglés) han conseguido que el gobierno destine US$ 41,5 millones al
Proyecto Placenta Humana (HPP) para desarrollar, entre otros avances, tecnologías de monitorización de la placenta en tiempo real y test de detección de ADN fetal en sangre materna.
La principal dificultad es
cómo estudiar la placenta en acción. Cuando los médicos pueden disponer de una, ya no funciona: es un órgano separado del feto.
Si el Proyecto Placenta Humana tiene éxito, los científicos serán capaces de monitorizar este órgano en tiempo real, e incluso podría ser un sustituto del control del feto. Hasta ahora, se han empleado técnicas de ultrasonidos y de imagen por resonancia magnética, que ofrecen a los médicos una visión restringida para identificar problemas de salud.
“Tu experiencia como feto incidirá en el resto de tu vida”, aseguró Julienne Rutherford, investigadora en la Universidad de Illinois (Chicago, EE UU) al
Servicio de Información y Noticias Científicas de España (SINC). Este órgano transporta aminoácidos, glucosa, ácidos grasos, oxígeno y todo lo que el feto necesita para sobrevivir durante el período de gestación.
Tu experiencia como feto incidirá en el resto de tu vida", aseguró Julienne Rutherford, investigadora en la Universidad de Illinois
A mediados de la década de 1990, David Barker, de la Universidad de Southampton (Reino Unido), fue el primero en observar la relación entre la vida prenatal y las futuras patologías: las personas que nacían con bajo peso tenían más predisposición a desarrollar enfermedades coronarias.
En un reciente estudio publicado en la revista
Science Translational Medicine, se recogieron unos 300 tipos de bacterias, virus y hongos –la mayoría no patológicos– que pueblan el sistema placentario y que son diferentes a los de la vagina, los intestinos, la boca y otros nichos bacterianos de la madre.
Los resultados, preliminares, indicaban que los bebés podrían adquirir buena parte de su flora bacteriana de la placenta y que un cóctel mal preparado en el ambiente intrauterino podría contribuir a la prematuridad del feto.