Opinión > HECHO DE LA SEMANA / MIGUEL ARREGUI

Último tren a Paso de los Toros

Tareas para que UPM II no se convierta en otra pirámide inconclusa
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11 de agosto de 2018 a las 05:00
En febrero de 2020, poco antes de que asuma un nuevo gobierno, la finlandesa UPM deberá confirmar si monta una fábrica de celulosa sobre el río Negro, en el departamento de Durazno, frente a Paso de los Toros.

Sería la maduración completa de un proyecto productivo que se inició, casi desde la nada, hace tres décadas, y que fue sostenida por siete gobiernos diferentes. Uruguay se colocaría entre los primeros vendedores mundiales de celulosa.

Pero es probable que el proyecto UPM II se atrase. Ya en 2012, José Mujica anunció que en 2018 habría otra gran fábrica de celulosa en el río Negro o sobre la laguna Merín. Sin embargo, los finlandeses no iniciarán las obras hasta que vean muy avanzada la línea de ferrocarril entre Montevideo y Paso de los Toros, un tramo de 273 kilómetros con nuevas vías, durmientes, pasos elevados, puentes y otras instalaciones. (Vagones y locomotoras serían suministrados por UPM y operados por una subsidiaria suya, no por AFE.)

Parece que esa gran obra de participación público-privada, por más de US$ 800 millones, será adjudicada al Grupo Vía Central: un consorcio de las firmas uruguayas Saceem y Berkes, junto a capitales españoles y franceses; aunque la española Acciona aún disputa la concesión.

El fracaso en la infraestructura o en la conducción política pueden convertir a UPM II en otra pirámide inconclusa: como el puerto de aguas profundas, la planta regasificadora o el proyecto minero Aratirí.

El gobierno está avanzando rápido en las expropiaciones de terrenos contiguos a las nuevas vías, eventualmente ofertando muy por encima del valor de mercado. Algunas viviendas modestas del interior, con valores de US$ 140 mil, se han expropiado por más de US$ 300 mil. Y se paga hasta US$ 11 mil o US$ 12 mil la hectárea de campo, más del doble de lo habitual (aunque es difícil atribuirle un precio justo a un bien que ocupa un punto imprescindible).

Pagar por encima del valor de mercado es una forma de ir veloz, sin pleitos ni apelaciones.
Habrá que hacer mucha caminería, además de al menos un nuevo puente sobre el río Negro para el acarreo de troncos hacia la región de Arévalo, en Cerro Largo, y luego hacia Paso de los Toros. Será un infierno de camiones.

También deberán construirse viviendas para obreros desde Peralta, en Tacuarembó, hasta Carlos Reyles, en Durazno, pasando por Paso de los Toros y Centenario. Todavía no hay trazas de obra alguna, salvo una gran inflación de precios en la zona.

El preacuerdo del gobierno con UPM, que parece una carta intención, incluye otra demanda decisiva: paz laboral. La fábrica de Montes del Plata, cerca de Conchillas, sufrió serios retrasos por conflictos con los sindicatos. Ahora los finlandeses exigen una ley, decreto o convenio que regule los "procedimientos de prevención y solución de conflictos, así como las ocupaciones y piquetes".

En ciertas épocas del año el río Negro –que con sus tres represas es más un lago que un río– se cubre de algas verdes. Ciertos grupos ambientalistas anuncian el apocalipsis, como ocurrió hace 15 años con la planta de Botnia sobre el río Uruguay. Pero según una larga serie de monitoreos de la Dinama conocidos en 2016, el "río Negro tiene buena calidad de agua prácticamente en toda su longitud". El problema de las algas y otras plantas acuáticas se debe a las represas y al "estado eutrófico": un exceso de nutrientes, sobre todo fósforo y nitrógeno, que escurren de los campos agrícolas.

Se solucionaría con ciertos controles sobre la agricultura y el vertido de las ciudades (San Gregorio de Polanco, Paso de los Toros, Mercedes) y de la nueva fábrica de celulosa.

Otros critican los grandes beneficios fiscales y de otro tipo ofrecidos a UPM, que luce como un reyezuelo en medio de una población agobiada por los tributos.

El 6 de agosto el ministro de Economía, Danilo Astori, defendió el proyecto. "La fábrica se va a instalar en una zona vacía de gente y empobrecida".

La inversión en Uruguay ha caído mucho. El proyecto UPM es la única posibilidad en el corto plazo de un repunte vigoroso, y de dar trabajo firme para una gran cantidad de empresas de construcción e ingeniería.

Carmelo Vidalín, quien promedia su tercer período como intendente, lleva una de las administraciones municipales más prolijas del país, con superávit y sin deudas. Pero la población de Durazno está básicamente estancada desde hace un siglo, y padece una de las mayores tasas de desempleo de Uruguay.

Los agricultores argentinos que habían llegado hasta el centro del país en busca de nuevas tierras agrícolas, ahora se han retirado. La rentabilidad es baja y el riesgo no vale la pena. El fracaso de la última cosecha de soja significó grandes pérdidas. Muchos agricultores se quedaron sin dinero para sembrar este otoño, lo que se notará el próximo verano.

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