No es tarea sencilla realizar un presupuesto quinquenal. No solo abundan las aspiraciones y las necesidades que satisfacer sino además, las posibilidades reales de atender un área o la otra, de un peso para acá u otro para allá, están sujetas a una restricción que se desconoce. Una restricción que se supone que va a ser importante –porque el punto de partida es el de un gasto que excede de forma creciente a los ingresos–, pero que depende en última instancia de lo que, llegado el momento de realizar el gasto, haya efectivamente para repartir.
Esta nota es exclusiva para suscriptores.
Accedé ahora y sin límites a toda la información.
¿Ya sos suscriptor?
iniciá sesión aquí
Inicio de sesión
¿Todavía no tenés cuenta? Registrate ahora.
Para continuar con tu compra,
es necesario loguearse.
o iniciá sesión con tu cuenta de:
Disfrutá El Observador. Accedé a noticias desde cualquier dispositivo y recibí titulares por e-mail según los intereses que elijas.
Crear Cuenta
¿Ya tenés una cuenta? Iniciá sesión.
Gracias por registrarte.
Nombre
Contenido exclusivo de
Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.
Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá