El estudio de opinión, que se llevó a cabo en abril de este año, sondeó muestras nacionales representativas en Austria, Bulgaria, Dinamarca, Francia, Alemania, Hungría, Italia, Países Bajos, Polonia, España y Suecia.
El momento en que se realizó el sondeo coincidió con declaraciones públicas de varios líderes europeos con sus diferentes puntos de vista sobre la forma de abordar la aparición y ascenso de China como potencia global.
El 9 de abril, el presidente francés, Emmanuel Macron, concedió una entrevista a las publicaciones Les Echos y Politico, en las que argumentó que Europa debía evitar verse arrastrada a un conflicto entre Estados Unidos y China, mientras que Ursula von der Leyen, que encabeza la Comisión Europea, instó a Europa a tomar medidas "más audaces" y acciones para responder a la creciente presencia internacional de China y a la “represión interna que ejerce sobre las voces disidentes”.
La encuesta pedía que se clasificara a Estados Unidos, China y Rusia como “un aliado, que comparte nuestros intereses y valores”, un “socio necesario, con el que debemos cooperar estratégicamente”, “un rival, con el que debemos competir”, “un adversario con el que estamos en conflicto” o “no lo sé”.
Con respecto a China, “los hallazgos de la última encuesta de ECFR muestran que, en muchos sentidos, los ciudadanos europeos están más en el ‘Equipo Macron’ que en el ‘Equipo von der Leyen’. No ven a China como una potencia que desafía y quiere socavar a Europa, y no aceptan el marco de 'democracia versus autocracia' promovido por la administración Biden”, según el informe.
Se afirma también que “a pesar de la asociación 'sin límites' que China y Rusia anunciaron en febrero de 2022 y la posterior negativa de Beijing a condenar la agresión de Rusia contra Ucrania, los resultados de la encuesta muestran que la percepción de los europeos sobre China ha cambiado sorprendentemente poco en comparación con los resultados de la encuesta realizada. en 2021. Ahora, la opinión que prevalece en casi todos los países en los que encuestamos es que China es el posible 'socio necesario' de Europa y los respectivos países”.
La mayoría de los encuestados continuaron viendo a Beijing como un socio necesario, con la notable excepción de los de Alemania, Suecia, Francia y Dinamarca, donde una ligera mayoría nombró a China como un "rival".
En la UE en su conjunto, poco menos de la mitad de los encuestados ven a China como "un aliado" (3,3 %) o "un socio necesario" (43 %) para sus respectivos países, en comparación con el 33 % que la considera un "rival" (22 %) o un “adversario” (11 %).
La encuesta encontró que una gran mayoría de los encuestados considera que Washington es un aliado o un socio, pero a pesar de la cercanía percibida con Estados Unidos los europeos dudan en apoyar a un lado sobre el otro en un posible conflicto con China.
Más del 60 por ciento de los encuestados cree que sus países deberían permanecer neutrales si China invadiera Taiwán y Estados Unidos saliera en su defensa. La neutralidad fue la opinión de la mayoría en los 11 países.
Para algunos, esto es evidencia de que las posiciones de los políticos en Europa no reflejan la voluntad de sus poblaciones. “Solo el 23% de los europeos encuestados por ECFR piensa que Europa debería respaldar a Estados Unidos en una guerra con China por Taiwán. No más del 35% incluso en los países más agresivos”, tuiteó el historiador Adam Tooze. “Quizás es hora de que la política refleje consistentemente estos hechos crudos”, opinó.
Por su parte, Gérard Araud, exembajador de Francia en Estados Unidos, dijo que “los líderes europeos y los grupos de expertos están en su mayoría alineados con Estados Unidos, los votantes mucho menos”.
Además, casi las tres cuartas partes de los encuestados creen que Europa debería invertir en sus propias capacidades de defensa y que no siempre puede confiar en Estados Unidos, lo que supuso un aumento de ocho puntos desde la última vez que se hizo esta pregunta en noviembre de 2020. Menos del 10 % dijo que Estados Unidos siempre protegería a Europa.
La coautora del informe, Jana Puglierin, expresó en un comunicado de prensa que “la conclusión principal de nuestra encuesta es que los europeos quieren la UE se vuelva más autosuficiente en política exterior y desarrolle sus propias capacidades defensivas”.
“Estas no son demandas nuevas de la UE, o de los líderes de sus estados miembros, pero se han agudizado por la guerra en Ucrania y las crecientes tensiones entre Estados Unidos y China”, remarcó.
Cuando se trata de Rusia, existe un fuerte consenso entre todos los países, con la excepción de Bulgaria, de que Rusia es un "adversario". El panorama, sin embargo, es menos claro en términos de relaciones con Moscú una vez finalizada la guerra en Ucrania. Si bien las opiniones sobre esta pregunta divergieron significativamente entre las naciones encuestadas, una mayoría de encuestados en 10 de ellas dijo que su “país debería tener una relación limitada” en el caso de un acuerdo negociado.
El único caso atípico fue nuevamente Bulgaria, donde una ligera mayoría pidió una “relación de plena cooperación” con el Kremlin. El país con más encuestados anti-Rusia fue Polonia, donde el 39 % quería que su país "terminara con todos los lazos con Rusia", incluso después de la conclusión de la guerra.
"Los europeos pueden querer más 'autonomía estratégica' y menos dependencia de Estados Unidos para su seguridad, pero la invasión rusa de Ucrania ha reanimado el vínculo de seguridad transatlántico y probablemente mantendrá a las fuerzas estadounidenses en Europa durante los próximos años", señaló Charles Kupchan, quien se desempeñó como director de asuntos europeos en el Consejo de Seguridad Nacional bajo los presidentes Barack Obama y Bill Clinton y actualmente colabora con el Consejo de Relaciones Exteriores.
“Además, incluso con un mayor gasto en defensa, llevará años, si no décadas, que Europa adquiera la capacidad militar que necesitaría para alejarse del poder duro de Estados Unidos”, le dijo a Responsible Statecraft. “A pesar de las actitudes públicas, la agresión rusa contra Ucrania garantiza un consenso transatlántico estable y duradero sobre la importancia del trabajo en equipo de la OTAN y Estados Unidos y Europa en la seguridad europea”.
Pero, agregó Kupchan, “un consenso transatlántico contra China será más difícil de sostener. Como muestra la encuesta, muchos europeos ven a China como un "socio necesario" más que como un rival. Dadas las tensiones que se están acumulando entre Estados Unidos y China, Washington puede tener dificultades para mantener la unidad transatlántica en lo que respecta al compromiso comercial con China, así como a la geopolítica en Asia-Pacífico”.