Diego Battiste

Una grabación, papeles triturados y la economía tensan el vínculo gobierno-oposición

Tiempo de lectura: -'

26 de junio de 2020 a las 14:21

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 3 45 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 3 45 / mes

Al llegar casi al final de la semana te envío como todos los viernes una nueva edición de esta newsletter de política denominada EnClave. Esta vez con la Semana Traducida, un análisis de los principales hechos de la agenda política de los últimos siete días.


Camilo dos Santos

→ Increíblemente, el famoso audio de una conversación privada de la vicepresidenta Beatriz Argimón con el relacionista público Fernando Cristino fue uno de los temas de la semana, al punto que generó el desgaste más fuerte entre oficialismo y oposición en lo que va del nuevo gobierno.

En este asunto es importante despejar la paja del trigo. No creo que sea un asunto menor, porque Argimón en la conversación da a entender (aunque no es del todo clara) que hay escuchas a las llamadas a su despacho y a la Presidencia. Ese es el punto medular de por qué esa conversación privada tiene relevancia pública y la vicepresidenta ha dejado algunas preguntas aún sin responder, como queda claro en esta nota

En el resto de los asuntos de la vidriosa conversación la vicepresidenta sale del paso ante pedidos que, en caso de aceptarlos, podrían considerarse prácticas clientelistas. 

Cuando uno se aleja del audio y mira el interlocutor que tiene Argimón y el contexto de la charla (supuestos intentos de extorsión por parte del hombre), cuesta tomar en serio el caso. De todas formas, corresponde analizar el asunto porque es la vicepresidenta pero, sobre todo, porque sería grave que existieran escuchas telefónicas. Está muy bien que el tema sea analizado por la Justicia para despejar cualquier tipo de dudas, aunque el presidente, la vice y el ministro del Interior hayan asegurado que no existe ningún tipo de escuchas.

La hipótesis más probable de qué fue lo que pasó es que Argimón quiso asustar a Cristino para que dejara de molestar a su entorno con planteos que ella consideraba fuera de lugar. A la vez, ahora quedó muy enredada porque no puede decir públicamente que lo hizo por eso.

 

→ Partiendo de la base de que eso fue así y que no existen realmente esas escuchas (algo que, insisto, deberá determinar la Justicia), lo que sí demuestra este episodio es la falta de tino político y sentido de ubicación de Argimón en relación a su nuevo cargo. Una vicepresidenta no puede poner en riesgo la investidura realizando una llamada de este tipo. Si realmente quería que Cristino la dejara de molestar no debió ser ella quien se expusiera de esa manera, y menos aún diciendo cosas que si no son ciertas le generan una tormenta de este tipo.  Y mucho menos debería asumir este tipo de conductas si tiene, como es lógico, aspiraciones presidenciales.

 

→ La última arista de este episodio es cómo incide en la relación entre oficialismo y oposición. Porque el Frente Amplio fue a fondo, al menos en los gestos políticos. La bancada de senadores de la oposición decidió presentar una denuncia penal por el caso. Pero, en realidad, no agrega nada nuevo a lo que la Fiscalía ya estaba investigando. El audio estaba tanto en la causa presentada por el abogado Gustavo Salle solicitando investigar las supuestas escuchas como en la denuncia de Cristino, que alega “amenazas” de Argimón. Por tanto, si se descartara que haya sido un acto de presión (algo que sería sumamente grave) por entender que no vale lo mismo una denuncia de Salle que una del FA, la decisión de la bancada por lo menos roza la demagogia: si la causa avanza podrán decir que ellos también la presentaron. Pero si no la presentaban, la Justicia igual iba avanzar. O al menos debía hacerlo.

 

→ Otro actor político que asume actitudes que rozan la demagogia es el senador y líder de Cabildo Abierto, Guido Manini Ríos. Luego de insistir en la campaña electoral que pediría su desafuero para poder defenderse, esta semana dijo que el resto de los senadores de su partido quedarán en libertad de acción. Traducido quiere decir: votarán en contra. Tanto Domenech como Lozano no solo se manifestaron en ese sentido sino que además le transmitieron a senadores de los otros partidos de la coalición su intención de que Manini no sea desaforado. En campaña el excomandante del Ejército dijo una cosa y -si bien es cierto que él sí votará su desafuero- el resto de los legisladores que la gente votó en su lista no lo harán. Parecería que una cosa es lo que dice el senador en público y otra es cómo actúa su partido. Ya en octubre del año pasado su abogado y posteriormente diputado Eduardo Lust adelantó que la estrategia sería ampararse en los fueros. Manini días después lo desmintió, pero la realidad parece darle la razón al defensor.

Camilo dos Santos

El líder de Cabildo Abierto, que además quiso desmentir esos contactos de sus legisladores con otros senadores, no quiere asumir el costo político de que le mantengan los fueros. En términos políticos tiene sentido, porque él ha hecho muchísimo hincapié en un discurso contrario a los privilegios para los políticos. No parece coherente.

 

→ Otro tema que no es de esta semana pero que sí creció en intensidad y gravedad en los últimos días es el que investiga la Justicia sobre la destrucción de documentos en la Ursec. A ese episodio que se intenta determinar si tiene o no apariencia delictiva se le sumó otro asunto grave: un funcionario de Fiscalía fue imputado por filtrar información de esa causa al acusado. Es un episodio muy serio porque afecta directamente la credibilidad del sistema. Por ello fue importante la rápida reacción del fiscal de Corte, Jorge Díaz, cortando por lo sano y enviando un mensaje muy claro a la población de que esas prácticas no se tolerarán. 

 

→ El tema de la Ursec tiene otra pata política que también tensa más la relación entre oficialismo y oposición. El gobierno decidió dejar en suspenso el envío de la venia al Parlamento del militante que el Frente Amplio propuso para el directorio de Antel. Se trata de Nicolás Cendoya, exdirector de la Ursec y quien tenía a su cargo al funcionario de confianza política que ahora está siendo indagado. La relación de Cendoya con la nueva presidenta de la Ursec empezó muy mal luego de que en una actividad del Frente Amplio dijera que Mercedes Aramendía tiene “un talante autoritario”. 

En una entrevista con El Observador Aramendía dijo que en la Ursec se encontró con “una caja de pandora”. Fue el mismo día que se publicó la entrevista que el exfuncionario de confianza política de Cendoya entró a la Ursec a destruir documentos que, asegura, eran “personales”.  

El Frente Amplio pretende que se apruebe la venia de Cendoya y el gobierno entiende que antes se debe dilucidar la investigación penal. Ambos tienen argumentos para defender sus posiciones, porque la izquierda también votó venias de jerarcas con los que no está de acuerdo que asuman sus cargos, pero lo hizo en el marco del acuerdo político que alcanzaron mediante el cual cada sector aseguró que se hacía responsable político de sus nombres. 

 

→ Otro tema que fue duro para el gobierno esta semana fue el rebrote del coronavirus en Treinta y Tres. En este asunto el oficialismo tiene mucho crédito. Uruguay está despegado de la región con sus buenas cifras. Pero el presidente Luis Lacalle Pou, tal como dio a entender el lunes, estaba muy ilusionado en ponerle fin a la emergencia sanitaria en muy poco tiempo. Tenía motivos para ilusionarse porque Uruguay venía con varios días de cero caso nuevo y otros con uno o dos máximo. Si mantenía la tendencia previa al foco de Treinta y Tres se podía esperar que la semana próxima casi no quedaran casos activos

Ahora deberá esperar un poco más. De todas formas, si bien ahora son 63 los casos activos y 45 de ellos en Treinta y Tres, la situación de ese departamento parece relativamente controlada. El lunes Lacalle viajó hasta allí y nuevamente dio una buena conferencia de prensa en la que aprovechó la situación sanitaria de los olimareños para pasarles un mensaje a todos los uruguayos: “Nos relajamos un poco. Retrocedimos unos casilleros. Hoy nos obliga a poner pausa, a ir para atrás todo lo necesario”. 

Diego Battiste

→ Pero no todas fueron malas para el gobierno en la semana. Por el contrario, metieron una muy buena: una histórica emisión de deuda que no solo deja muy bien parado al presidente y su equipo por la gestión de la deuda, sino también a todo el sistema político. Que los inversores hayan confiado en Uruguay de la manera que lo hicieron refleja, como bien lo explicó ayer Andrés Oyhenard en la newsletter Rincón y Misiones que recibiste en tu correo, que Uruguay tiene una credibilidad internacional que es fruto de un proceso que trasciende el signo de los gobiernos de turno, dada la estabilidad y la ausencia de populismos.

Por eso la oposición se sintió dolida, porque el discurso del gobierno hacia afuera vende las bondades de Uruguay y hacia adentro solo destaca los malos números que dejó la anterior administración. “En honor a esa acumulación positiva está bueno reconocer lo que se hizo bien para afuera y también para adentro. Hay que reconocerlo entonces, sino se está fomentando la grieta”, dijo este jueves Yamandú Orsi en un video que emitió en sus redes. Es cierto que luego de una emisión como esta no le costaba nada al gobierno tener un gesto de unidad. Ambas partes pueden bajar la intensidad de sus confrontaciones. Las elecciones nacionales están lejos y lo que menos se necesita en esta coyuntura es más división. Tal vez algunos no se dan cuenta, pero estamos en una crisis.

CONTENIDO EXCLUSIVO Member

Esta nota es exclusiva para suscriptores.

Accedé ahora y sin límites a toda la información.

¿Ya sos suscriptor?
iniciá sesión aquí

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Accedé ahora y sin límites a toda la información.

Registrate gratis y seguí navegando.