Unos 3.400 bomberos voluntarios combaten los incendios forestales sin control en Chile

Las autoridades chilenas lanzaron una nueva alerta roja, esta vez para sectores de la sureña región de Los Ríos, por un incendio que afecta a los municipios de Corral y Valdivia. También advirtieron sobre la posibilidad de que nuevos focos se inicien en O'Higgins y en la región Metropolitana de Santiago a raíz de una nueva ola de calor extremo con temperaturas que superarán los 37 grados centígrados hasta el próximo viernes.

"Se puede generar una situación muy compleja desde el punto climático. Por lo mismo hay que preparar todos los equipos ante la necesidad de poder combatir los incendios que pudieran presentarse", afirmó el subsecretario del Ministerio del Interior, Manuel Monsalve, quien precisó que se mantienen 301 focos activos, 81 de los cuales están siendo combatidos.

Según la última información oficial, al menos 26 personas perdieron la vida y 1.944 resultaron heridas por los incendios en las regiones de Biobío, Maule y Ñuble, declaradas en estado de catástrofe por el gobierno del presidente Gabriel Boric. Un saldo que incluye la destrucción de más de 28.000 hectáreas y 1.150 viviendas, según el recuento del Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred).

La situación obligó al gobierno a declarar los estados de emergencia y preemergencia por la nube de humo que cubre gran parte del territorio chileno, incluida la capital del país, mientras que las autoridades informaron sobre la detención de 15 personas por su presunta responsabilidad en el comienzo de los incendios, ocho de la cuales ya enfrentan cargos formales presentados por la fiscalía.

En el frente de batalla actúan los brigadistas de la Corporación Nacional Forestal (Conaf) y de las compañías forestales, además de 3.400 bomberos y brigadistas voluntarios llegados desde diferentes regiones para redoblar los esfuerzos para apagar o al menos controlar los focos de incendio. "Lo que nos mueve es la voluntad y el servicio. Ninguna remuneración va a reemplazar el agradecimiento de la gente", relató a la agencia de noticias AFP José Antonio Sepúlveda, un joven de 26 años, ingeniero comercial y bombero voluntario.

La bombera Macarena Fernández, de 31 años y profesora de educación física que vive en la localidad de Nacimiento, en la provincia de Concepción, en la región de Biobío, llegó hace cuatro días para sumarse a las operaciones aprovechando el receso escolar de verano. "El viernes fue el día más crítico. Se hizo lo humanamente posible. Lo más dramático es ver la situación de la gente que se está quedando sin sus hogares, sin sus animales y totalmente desabastecida”, relató a AFP.

"Los bomberos están trabajando 18 horas diarias, durmiendo muy poco, poniendo toda su garra", destacó Danilo Figueroa, un electricista y técnico en enfermería de 50 años que lleva más de dos décadas trabajando como voluntario. Figueroa cuenta que, a unos compañeros, mientras combatían el fuego, los llamaron para decirles que sus casas se habían quemado. "Incluso así, ya sin nada, los brigadistas no bajan los brazos", dijo en declaraciones recogidas por AFP.

Tras casi una semana de emergencia ininterrumpida, el gobierno denunció que hay empleadores que están exigiendo el regreso de sus empleados que se desempeñan como voluntarios. "Supimos que en algunos lugares se perdieron muchos equipos porque fueron llamados por sus empleadores, dando a entender que el tiempo para hacer este voluntariado ya era demasiado", se lamentó la ministra chilena del Interior, Carolina Tohá.

"Ese tiempo, mientras haya fuego que amenaza vidas, no es demasiado. Cuando hay más días de incendios, más necesarios son los voluntarios, más cansados están y más necesitan del apoyo y la disposición de sus empleadores a dar este tipo de facilidades", enfatizó la ministra.