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Uruguay tiene más para perder que ganar con guerra comercial EEUU-China

El sistema multilateral de comercio está jaqueado por un tironeo de gigantes con resultado incierto
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10 de abril de 2018 a las 05:00
En las últimas semanas, la agenda económico-comercial a nivel global ha estado dominada por un tema: la creciente tensión y pulseada de fuerzas entre EEUU y China por su intercambio comercial que tiene en vilo a los mercados financieros, destacando un sinfín de especulaciones e incertidumbre sobre su desenlace y consecuencias. Para una economía abierta, pequeña y expuesta a los vaivenes del mundo como la uruguaya, este enfrentamiento de gigantes puede derramar algunos beneficios puntuales y temporales (ejemplo un repunte puntual del soja), pero claramente dejaría efectos más negativos que favorables si no se produce un alto al fuego, coincidieron expertos en diálogo con El Observador.


China afirmó el pasado viernes estar dispuesta a "ir hasta el final" y al "precio que sea" en su guerra comercial con EEUU, tras las amenazas del presidente Donald Trump de imponer nuevas tasas aduaneras por US$ 100.000 millones, tras una lista inicial de productos que el pasado martes era de US$ 50.000 millones. Como respuesta a la publicación de Washington a serie de productos importados chinos tarifados, Pekín respondió con su propia lista de productos estadounidenses estratégicos (soja, automóviles, aeronáutica) por un monto equivalente a las medidas inicialmente anunciadas por Washington de US$ 50.000 millones.

La tensión insinuó una cierta moderación al arranque de esta semana, luego que el gobierno de Estados Unidos declarara el domingo que la disputa comercial con China podría resolverse a través de negociaciones. De hecho, Wall Street rebotaba este lunes tras la liquidación de la semana pasada por los temores sobre aplicación de aranceles.Sin embargo, la potencia asiática respondió rápido y evaluó como "imposible" negociar con EEUU. "Bajo las circunstancias actuales, ambas partes no pueden hablar de estos asuntos", dijo este lunes el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chino, Geng Shuang, en una conferencia de prensa regular.

"Estados Unidos blande con una mano la amenaza de sanciones y al mismo tiempo dice que está dispuesto a hablar. No estoy seguro de a qué intereses responde Estados Unidos", dijo Geng. Las fricciones comerciales fueron "totalmente una provocación de Estados Unidos", agregó

Para el decano de la Facultad de Ciencias Empresariales y director del Departamento de Negocios Internacionales e Integración de la Ucudal, Ignacio Bartesaghi, la mayor consecuencia para países como Uruguay es que esta tensión comercial creciente -entre las dos principales economías del globo- es una "amenaza concreta" sobre el sistema multilateral de comercio y sus normas que están vigente desde 1947. "Esta guerra termina atentando contra los principios que regulan el comercio internacional a través de la OMC (Organización Mundial del Comercio)", explicó.

Una visión similar tiene Nicolás Albertoni, experto en comercio internacional que cursa un doctorado en la Universidad de Southern California. Explicó que la OMC está actualmente "entre la espada y la pared". Por ejemplo, si no hace nada sobre el artículo 21 del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (Gatt) que habla sobre las excepciones por seguridad - a las que Trump apeló para subir los aranceles de EEUU- únicamente está avalado por razones bélicas, y no económicas. Por tanto, si la OMC no observa a EEUU por extender ese artículo a salvaguardas económicas, cualquier otro país podría realizar una interpretación similar. "En tanto, si la OMC actúa, también la pone en complicaciones porque sería una excusa para que Trump (EEUU) salga de la OMC", advirtió Albertoni.

Las consecuencias

"¿Qué papel va a seguir Europa? ¿Se defiende y también apela a violar las normas de la OMC? Si esto se empieza a romper con EEUU, después cualquier país puede transitar un camino similar. De golpe, EEUU podría subirle los aranceles a la fruta uruguaya sin ningún motivo aparente. Ningún actor económico puede ver hoy un beneficio de esta coyuntura", sentenció Bartesaghi.

Albertoni recordó que no hace mucho tiempo surgió también una ola de confrontación comercial (2008) que dejó sus secuelas. En ese sentido, comentó que su universidad está culminando una investigación sobre las consecuencias cuando los países deciden o no responder con represalias comerciales. "Uno de los factores que puede verse es que los países menos perjudicados son aquellos que cuentan con una red comercial sólida. Eso son los que menos sufren, al menos fue lo que pasó después de 2008", indicó.
Por ese motivo consideró que para Uruguay se enciende una "luz amarilla" si "esta tormenta" de choque entre EEUU-China no cede. "Nuestra estructura en casa no está tan sólida", alertó Albertoni en referencia a los escasos tratados comerciales que el país tiene vigente con sus principales mercados

Desenlace incierto y puja de poder

Bartesaghi considera que hoy "es difícil prever" un desenlace al enfrentamiento público que inició EEUU y que luego tuvo la contraofensiva china. "Lo interesante es que, por ahora, las dos partes nombran en sus comunicados a la OMC, como que todavía hay un dejo de respeto entre ambos. EEUU propone activar el sistema de solución de controversias de la OMC, por ejemplo", rescató.

El experto en comercio internacional considera que pese a los cruce de comunicados y la verborragia de Trump a través de Twitter, "no hay un ataque frontal. Los aranceles en la práctica, salvo el aluminio y acero, no están vigentes, y el foco está en productos abocados más al consumo y no tanto la producción", explicó. A su juicio, ambas potencias están "midiendo sus fuerzas" para encarar una negociar bilateral a futuro. "Habría que terminar de descifrar si no están negociando una restricción voluntaria del comercio como ya hizo en su momento EEUU con Corea del Sur", planteó Bartesaghi.

Por otro lado, consideró que con una visión de mediano y largo plazo, lo que está sobrevolando es una "puja por el liderazgo" a nivel global en los próximos 25 años, donde China tiene como meta ser líder en sectores hegemónicos y estratégicos para EEUU como las energías renovables, robótica o la biotecnología.

Posible ayuda para magra cosecha de soja

De confirmarse la suba de los aranceles de China sobre la soja estadounidense, ello podría alentar una recuperación en los valores actuales de la oleaginosa en el corto plazo para los países del Mercosur, declaró a radio Carve el presidente de la consultora argentina Nóvitas, Enrique Erize. Ello coincide con un ciclo productivo donde Uruguay tendrá una de las peores zafras de los últimas años -al igual que Argentina- como consecuencia de la última sequía. Las últimas proyecciones apuntan a una producción para la oleaginosa local que no alcanzaría los 1,5 millones de toneladas, frente los más de 3 millones que se levantaron en la campaña récord anterior. "Esto (por la guerra de EEUU-China) no beneficia a los países sudamericanos como podría pensarse salvo por momentos. El flujo comercial suma cero. La soja de EEUU que no va a China, irá a otros mercados", explicó Erize.

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