Todos tenemos información valiosa o un conocimiento que puede ayudar a otros. Puede ser algo muy específico y técnico como una receta de cocina o la solución para un problema con un teléfono móvil, o algo tan simple como enseñar a armar el mate. Con Internet, las posibilidades de expandir el conocimiento incluso fuera de los límites territoriales es posible. Para eso, existen varias alternativas y formas de monetizar ese saber que es necesario para otros.
El formato “Hazlo tú mismo” se ha extendido a través de los tutoriales. Fundamentalmente en YouTube, escribir un artículo en un blog o utilizar las redes sociales para conectar con el público son algunos de los recursos que puede utilizar un infoproductor.
Aunque el término no es demasiado conocido en Uruguay, algunas personas se dedican a eso, aunque no se denominen a sí mismos de esta forma. Un infoproductor se define como un especialista en un determinado asunto que le interesa a otras personas, alguien con ganas de compartir ese conocimiento y hacerlo a través de contenidos online que agreguen valor a quien lo compra.
Daniel Giosa es consultor en marketing y comunicación. Trabajó en varias empresas hasta que descubrió el marketing automatizado, un concepto necesario para los infoproductores. Giosa explica que los infoproductores trabajan con un esquema comercial en el que se genera confianza con la persona que accede al activo digital (conocimiento). “Normalmente el camino es empezar por algo digital, que uno puede consumir en el momento, hasta cosas más presenciales, exclusivas o hasta tiempo de consultoría. Se va armando ese camino”, sostuvo.
“En EEUU esto explotó hace mucho tiempo y hay varios docentes, o personas que tienen conocimiento y estaban enfrascadas en su vida de ocho horas y no estaban pasando bien ni haciendo un dinero interesante. Entonces decidieron meterse en este tema”, agregó el consultor.
Para Giosa, esto tiene grandes oportunidades de crecimiento en Uruguay. “En la medida en que hagas algo práctico, enseñes algo que esa persona necesita sí o sí, eso empieza a funcionar. La persona pregunta, te vas a dar cuenta que de determinado tema hay muchas preguntas, inquietudes o visitas a tu blog o publicación. A partir de ahí pensás cómo ayudar a esas personas y empezás a generar productos”, explicó.
El conocimiento puede provenir de una persona que sepa soldar, o un carpintero. “Por un lado, cualquier persona que sepa hacer algo, encuentre probablemente en otra parte de Uruguay o del mundo a alguien que esté dispuesto a aprenderlo. No quiere pasar por una capacitación formal, quiere el conocimiento ya, aplicado a algo bien concreto”.
Esta nota es exclusiva para suscriptores.
Accedé ahora y sin límites a toda la información.
¿Ya sos suscriptor?
iniciá sesión aquí
Inicio de sesión
¿Todavía no tenés cuenta? Registrate ahora.
Para continuar con tu compra,
es necesario loguearse.
o iniciá sesión con tu cuenta de:
Disfrutá El Observador. Accedé a noticias desde cualquier dispositivo y recibí titulares por e-mail según los intereses que elijas.
Crear Cuenta
¿Ya tenés una cuenta? Iniciá sesión.
Gracias por registrarte.
Nombre
Contenido exclusivo de
Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.
Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá