Venecia suele ser parte de las malas noticias cuando se inunda. Esta vez, los efectos climáticos resultan inversos. Las elevadas temperaturas en las cimas de los Alpes generaron menos nieve, lo que significa menos agua para los ríos de montaña. Los valles del norte italiano están con pocas lluvias y con poca agua fluvial.
Las preocupaciones por las sequías en esa zona de Italia llegan en un momento en que Venecia, lejos de estar atenta a cómo salir de los desbordes de agua, enfrenta mareas inusualmente bajas. Las góndolas, símbolo típico para los turistas y medio de transporte habitual de los venecianos, no pueden moverse. Nadie puede llamar a un radio taxi acuático y las lanchas que deben asistir emergencias sanitarias o de seguridad no pueden ingresar a una gran cantidad de canales.
Los problemas en Venecia son una confluencia de factores. Uno es la falta de lluvias y otro es que las mareas están muy bajas. Esto se da en el contexto de que los ríos y lagos italianos sufren la falta de agua.
El grupo ecologista italiano Legambiente, que lleva cuatro décadas de acción, advierte que la situación en el norte del país es particularmente compleja. El Po, el río más largo de Italia que va desde los Alpes en el noroeste hasta el Adriático, tiene un 61% menos de agua de lo normal en esta época del año, dice un comunicado de esta ONG. En julio de 2022, Italia declaró el estado de emergencia para las áreas que rodean el Po, que representa aproximadamente un tercio de la producción agrícola del país, al sufrir su peor sequía en 70 años.
“Estamos en una situación de déficit de agua que se estuvo acumulando desde el invierno de 2020-2021”, dijo el ambientalista Massimiliano Pasqui, del instituto italiano de investigación científica CNR, citado por el diario Corriere della Sera. “Necesitamos recuperar 500 milímetros en las regiones del noroeste: nos hacen falta 50 días de lluvia”, agregó.
Los niveles de agua en el lago de Garda, en el norte de Italia, cayeron a mínimos históricos. Eso hace que para llegar a la isla de San Biagio, en vez de ir en barco o lancha, se pueda ir caminando.
El clima en Europa occidental durante las últimas dos semanas fue de temperaturas templadas, propias de la primavera, por efecto de un anticiclón, señala Pasqui, aunque en los próximos días podrían llegar las ansiadas lluvias y también la nieve en los Alpes.
En este contexto, se da la bajada del nivel del agua en los canales venecianos. Una ciudad cuyas alarmas están hechas precisamente para lo contrario: para advertir que las calles pueden inundarse por las subidas de las mareas.
La ciudad construyó durante años una infraestructura capaz de suavizar las inundaciones. Nadie esperaba lo contrario, ver los canales con mínimos de torrente o directamente secos. El nivel máximo de este fenómeno se vivió el miércoles 22, precisamente en medio del carnaval veneciano, uno de los más famosos del mundo, seguramente el más conocido en Europa, famoso por sus máscaras, que comenzó en 1162 en la Piazza San Marco, cuando la República de Venecia pudo desvincularse del Patriarcado de la Iglesia Católica.
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