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Venezuela y el paso del tiempo

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14 de septiembre de 2019 a las 05:02

Pasan los meses y el dictador Nicolás Maduro se sostiene en el poder en Venezuela, mientras hunde a su país en la peor crisis política y humanitaria de su historia. 

Lamentablemente la posición uruguaya ha servido de oxígeno para que la tiranía se mantenga en el poder. La estrategia de ganar tiempo –de la cual el gobierno uruguayo fue y es funcional– le ha otorgado parte del aire necesario para perpetuarse en Miraflores y desde allí oprimir a su pueblo y generar distorsiones terribles en el continente americano.

Maduro ha resistido las presiones diplomáticas, el éxodo de millones de personas que huyen de sus comarcas a otros países y hasta sendos y brutales informes de las Naciones Unidas que comprueban la violación sistemática de los derechos humanos e informan de ajusticiamientos extrajudiciales o dicho en criollo, dan cuenta de vulgares asesinatos de opositores por parte del aparato represivo del gobierno. 

Nada nuevo bajo el sol para una de las peores dictaduras del siglo XXI en América Latina. Cada día que pasa con Maduro en el poder se vuelve más incomprensible la posición de sectores del gobierno y del PIT-CNT de apoyo decidido, firme y convencido a un gobierno de violadores de los derechos humanos.

En ese marco trascendió que el gobierno uruguayo cuestionó la resolución impulsada por 12 países miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA) de convocar a los cancilleres de los Estados parte del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR). El tratado de defensa, heredado de la guerra fría, podría llegar a habilitar una intervención militar en Venezuela. 

La activación del órgano de consulta de este tratado que reúne a 19 países fue en el Consejo Permanente de la OEA por Argentina, Brasil, Chile, Colombia, El Salvador, Estados Unidos, Guatemala, Haití, Honduras, Paraguay, República Dominicana y Venezuela. Mientras Uruguay se abstuvo junto a Costa Rica, Panamá, Perú y Trinidad y Tobago.

Al respecto el canciller del gobierno de Tabaré Vázquez, Rodolfo Nin Novoa sostuvo que “Uruguay se negó a apoyar esta convocatoria que muestra un claro intento, nuevamente, de manejar políticamente instrumentos jurídicos internacionales en pos de intereses cuya única meta es el derrocamiento de un gobierno, no importa lo legítimo del procedimiento que se utilice”, dijo el ministro de Relaciones Exteriores.

Para Nin Novoa la convocatoria significa que esos países “intentan darle legitimidad a una intervención armada que echa por tierra los esfuerzos realizados por la OEA desde hace 70 años para que los conflictos entre los países de la región se resuelvan por la vía pacífica”.

Hay que rechazar de plano cualquier intervención armada desde el exterior para resolver la salida del dictador Maduro, pero también hay que oponerse con el mismo énfasis a la continuidad del sanguinario, violento, represor y corrupto gobierno de Caracas. 

Es una vergüenza que Uruguay siga aportando tanques de oxígeno para que el dictador caribeño continúe respirando en el poder.  A esta altura queda evidente que la posición uruguaya no contribuye a solucionar el problema. Todo lo contrario.

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