La incertidumbre y los riesgos predominan en la región y el mundo. Los vientos soplan en contra y en ese escenario Uruguay tiene un reto nada sencillo: generar condiciones para recuperar tasas mayores de crecimiento en el mediano plazo.
Los desafíos de cara a los próximos cinco años fue el tema central del panel que reunió este jueves 22 a los economistas Aldo Lema, Pablo Rosselli, Mercedes Comas y Gabriela Mordecki en el marco de las XXXIV Jornadas Anuales de Economía que organizó el Banco Central (BCU).
Para Lema de Vixion Consultores, Uruguay no puede seguir aspirando al desarrollo creciendo a tasas de 1,5% como lo ha hecho en el último tiempo. En ese sentido, apuntó a que se necesitan tres cosas para retomar el dinamismo: buenas políticas públicas, buena política y buena suerte.
El economista consideró fundamental generar señales de estabilidad macroeconómica y fiscal. Para eso dijo que en marzo cuando se produzca el cambio de gobierno Uruguay tiene “la necesidad urgente” de enfrentar el tema fiscal desde varias dimensiones. Primero con una nueva institucionalidad. “Lo que ha pasado en los últimos 15 años ha demostrado que la política fiscal en Uruguay ha sido procíclica y discrecional. (…) Una regla fiscal es necesaria”, sugirió Lema.
En segundo lugar subrayó que eso no resuelve los problemas de corto plazo, por lo que se deber ir rápido a una reducción del déficit fiscal en por lo menos uno o dos años. Esto para colocar al país con mejor preparación, pensando en escenarios adversos y al mismo tiempo para “cosechar mejor” ante escenarios que pudieran ser más favorables.
Todo ello está ligado a reformas que ayudan a mayor estabilidad como la de la seguridad social que consideró “es urgente”. También se refirió a la necesidad de corregir otros desequilibrios en materia de competitividad, inflación y desempleo, así como a mejorar la inserción internacional.
Por su parte, Rosselli (socio de Deloitte) consideró que se deben revertir los bajos niveles actuales de inversión y que debe ser objetivo central en los próximos años. “Uruguay tiene que volver a crecer a tasas razonables”, afirmó.
También se refirió al deterioro que desde su punto de vista tiene hoy el clima de inversión en el país, y señaló que es “muy difícil tener un buen clima” con un déficit fiscal de cinco puntos del PIB “que es insostenible”.
El economista también insistió en que el país está “enormemente caro” en dólares. Asociado a eso, dijo que el salario real siguió creciendo pese al freno que puso la economía en 2015. “La reticencia a contratar personal se relaciona a la escasez de volumen de negocios y a que la relación entre salario y productividad no es adecuada”, dijo Rosselli a modo de ejemplo. En ese sentido, reiteró su idea de revisar la forma en que funcionan los Consejos de Salarios y de ir a una negociación con salarios desindexados de la inflación.
Mordecki del Instituto de Economía de la Udelar mostró algunos matices con esa visión. A su juicio, los Consejos de Salarios han sido “muy útiles para mejorar la calidad de vida de los uruguayos”, y consideró que “tal vez” haya que reformarlos en algunos aspectos para adaptarlos a nuevas situaciones. “Hay que mirar el lado de las empresas, pero también el lado de los trabajadores", afirmó.
A juicio de Rosselli, desde su punto de vista, el portafolio de reformas pendientes deberá corregir aspectos de funcionamiento de la economía y la sociedad que hoy no está bien, y a la vez ayudar a coordinar mejores expectativas de futuro para el clima de negocios.
Por otro lado, dijo que no se puede atribuir los problemas de desempleo creciente en Uruguay a un avance acelerado de la tecnología. “El tema de fondo es un tema de precios relativos”, alertó.
Sobre ese punto, Mordecki consideró que “no se puede pensar solo en tipo de cambio” y marcó a la mejora de la productividad como un aspecto fundamental a atender. “Uruguay tiene un desafío allí para poder agregar conocimiento a la producción. No se puede pensar solamente en que somos un país exportador de materias primas apenas transformadas”, aseveró.
Para el socio de Deloitte, debería ser prioridad de la política pública volver a generar empleo para personas de baja y mediana calificación. “No hay cosa que me llame más la atención que las cajas de autoservicio en el supermercado. Me pregunto si la cajera que estaba en ese lugar ahora tiene un trabajo mejor”, culminó Rosselli.
Para Mordecki “hay que pensar en una verdadera reforma de la educación” y lograr los incentivos necesarios para que los jóvenes terminen de formarse, se especialicen y puedan entrar al mercado de trabajo con más posibilidades.
En relación al mercado de trabajo, Comas coincidió en la necesidad de introducir mejoras en la educación, como forma de trasmitir nuevas habilidades acordes con las exigencias de la cuarta revolución industrial.
“Hay un tema de estrategia. ¿Para qué tenemos que preparar a nuestros jóvenes? El 70% de los empleos que hoy tiene Uruguay son digitalizables y automatizables. Cuanto menor nivel educativo más chance de salir del merado de trabajo”, dijo Comas.
Mordecki dijo que el país tiene “muchos desafíos y problemas”, pero destacó que en estos años de crecimiento se han logrado algunas cosas que son activos que posee Uruguay respecto a sus vecinos y que hay que fortalecerlo. Entre ellos mencionó la institucionalidad, la previsibilidad, la seriedad y el sistema político.
Finalmente, Comas de PwC hizo hincapié en generar condiciones para poder aprovechar las oportunidades que se presentan en el área de los agronegocios.
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