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Virginia, la primera mujer en la junta directiva en más de 150 años de la ARU
Virginia San Martín es productora ganadera y madre de dos varones, Faustino y Fabiano, pero además fue protagonista del puntapié de entrada de mujeres a roles de decisión en gremiales del agro, hace varios años. Fue la primera dama en presidir la Sociedad Rural e Industrial de Maldonado, también la primera presidenta de Cooperativas Agrarias Federadas (CAF) y este año marcó un hito en la Asociación Rural del Uruguay (ARU), convirtiéndose en la primera mujer en integrar la junta directiva de la gremial fundada en 1871, hace más de 150 años.
Es hija única, se crió en el medio rural en Maldonado, en un campo sobre la ruta 104 y entre las vacas y ovejas, acompañando a sus padres en el trabajo.
Desde chica conoció las madrugadas en el tambo, los camiones de Conaprole –cooperativa a la que su familia remitió durante 34 años– el arreo de ganado, el pastoreo y las esquilas, lo que combinaba con sus viajes a San Carlos para ir a la escuela en la ciudad.
Además, de joven estuvo vinculada al gremialismo agrario. Sus padres integraban la Cooperativa Agraria Limitada de Maldonado (Calima) y ella formaba parte de grupos de jóvenes rurales. Cuando se encaminó a estudiar una carrera universitaria en Montevideo ese back en el agro y su gusto por el campo la llevó a elegir Agronomía. Y si bien se fue por varios años a la capital, una vez se graduó regresó a su campo natal, para emprender su propio camino, a algunos kilómetros de la playa.
Oficio familiar y emprendimiento
Su familia hacía ciclo completo en vacunos y ovinos, estos últimos ganados por los que siempre tuvo un gusto especial.
Siendo la cuarta generación ganadera en su familia, Virginia continuó con un oficio que se compartió como herencia familiar. Cuando se recibió de Ingeniera Agrónoma en el 2001, en plena época de crisis por la fiebre aftosa, su padre le donó algunos ejemplares Corriedale, con los que inició su primera majada, con el objetivo de hacer venta de cordero pesado. Luego, años después, incursionó en la raza Ille de France, con la que ha participado en varias exposiciones como la Expo Prado, en la que ha sido premiada.
El gusto y el amor por los ovinos lo compartió además con su marido, que también la acompañó en el campo, y que trabajó durante muchos años en el Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL).
Hoy sus hijos de 10 y 14 años conocen el campo (y al igual que ella cuando era niña, disfrutan de él), pero aún ninguno decide si seguirá o no con la actividad rural. Virginia está convencida de que la clave es enseñarles cuál es la base del trabajo familiar y los valores del mismo, pero que al final del día ellos podrán decidir con libertad.
Premio a la trayectoria
Después de participar varios años en el gremialismo rural, ser invitada a integrar la lista encabezada por Patricio Cortabarría en la ARU "fue una gran oportunidad", destacó, y algo inesperado, agregó.
Si bien hace más de 20 años está involucrada en actividades gremiales, "a la Asociación Rural la veía muy lejos, pero me pareció muy interesante", sostuvo.
A Virginia le gusta ver cambios en el agro, pero más que eso, le gusta ser parte del trabajo que hay en la previa de esos cambios, por eso en el gremialismo agrario encontró un lugar en el que se siente muy cómoda.
Su primer trabajo fue junto a un grupo de mujeres rurales, además, participó en proyectos del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) de capacitación para pequeños y medianos productores.
Las mujeres cada vez más están participando en el agro. Eso es algo que Virginia cree, y que se ve claramente. Si bien toda la vida las mujeres trabajando en el campo, hoy, y cada vez más, el rol de la mujer rural tiene visibilidad, así como sus derechos, necesidades y capacidades. Pero aún así, su entrada en lugares de decisión, como pasa en las empresas, lleva su tiempo.
"Mujeres vinculadas al gremialismo rural han habido desde el inicio de la historia del gremialismo. En el caso de la Asociación Rural, que se fundó en 1871, desde ese entonces cientos de mujeres han estado relacionadas desde diferentes roles, como madres, esposas o hijas de quienes han liderado las directivas, como socias han tenido su rol e influencia. Pero en este momento lo que se da es la formalidad de que una mujer sea parte de la directiva misma. Eso habla de la apertura de la Asociación Rural y también de una tendencia que ha empezado a cambiar con una mayor participación de las mujeres en lugares de decisión", resaltó.
