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Vuelta al mundo de las tinieblas
Los créditos terminaban de rodar y, de repente, en la oscuridad de una historia que llegaba a su fin, el perfil perfectamente tallado de Bruce Campbell se marcaba con un leve reborde de luz. Entonces, sus labios pronunciaban el conocido y esperado "groovy" ("genial") y el rostro giraba brusco hacia la cámara, llevando todo de nuevo a la penumbra.
Solo eran seis segundos, y, para muchos, la cantidad pecaba de insuficiente. Aunque el personaje de Campbell, Ash Williams, había sido el protagonista indiscutido de la franquicia de Evil Dead (The Evil Dead, Evil Dead II y Army of Darkness) dirigida por Sam Raimi, la remake a cargo del uruguayo Federico Álvarez (2013) decidió seguir a otros personajes, marcar su propio camino.
Lo que antes había sido el joven Ash, luchando contra los demonios liberados del libro de los muertos o el Necronomicón lovecraftiano, ahora era la flamante Mia Allen, con las mismas tribulaciones, pero sin el encanto burdo de Ash.
Celebrada por su terror brutal y cruento, esa nueva Evil Dead o Posesión infernal no podía escapar de los fanáticos puristas de la franquicia ni del fantasma de Ash, su motosierra, su escopeta boomstick y aquel "groovy" que resonaba al final.
Entonces, el productor de la franquicia, Robert Tapert, propuso dar marcha atrás. Resucitar el humor absurdo de aquella saga que, de a tropezones, se convirtió en uno de los nombres de culto más grandes del terror estadounidense.
En esta oportunidad, sin embargo, la fórmula sería distinta. El máximo de 90 minutos sobre la pantalla grande dejarían de ser una limitante y la historia de Ash y el libro demoniaco pasarían a la televisión, adueñándose de otra época y otro tipo de narrativa.
Con Raimi, Campbell y Tapert, el equipo original, el resultado fue Ash vs. Evil Dead, un programa que se estrenó ya en América Latina, a través del canal Fox Action y presentará mañana su tercer episodio.
Rutas conocidas
Con un protagonista ahora de mediana edad, Ash vs. Evil Dead se ubica 30 años después de las vicisitudes de las películas anteriores. Todavía trabajando en la sección de electrodomésticos de una gran tienda, Ash ahora vive en una casa rodante y mantiene una vida calma con la amenaza latente del Necronomicón en un baúl cerca de su cama.
Esas circunstancias, claramente, pedían a gritos un desliz. Y eso es lo que obtuvieron. Tras fumar marihuana con una de sus conquistas románticas, Ash y una mujer sin nombre recitan fragmentos del libro de los muertos como si se tratara de poesía francesa.
Con los espíritus malvados o deadites nuevamente sueltos, Ash deberá retornar a su camisa azul, colocar la motosierra en su muñón izquierdo y atar su boomstick a su espalda. Junto a esos elementos, mucho de lo que caracteriza al personaje sigue ahí. Pese a las décadas, Ash continúa siendo el mismo antihéroe de excesos, misógino, arrogante, pero, al mismo tiempo, desagradablemente encantador.
Ahora, sin embargo, otros dos personajes, Pablo y Dana, colegas de la misma tienda, se convierten en sus compañeros contra el mal, imprimiéndole a Ash la obligación de aprender a trabajar en equipo.
No obstante, esta nueva historia no solo propone desafíos para su protagonista, sino para la franquicia en sí, que evolucionó del horror de bajo presupuesto a las aventuras sobrenaturales en clave de comedia. Luego, en 2013, de la mano de un refinamiento técnico y una seriedad sepulcral, la franquicia perdió el absurdo, el chiste.
Este retorno a la comedia, con un piloto dirigido y escrito por Raimi, deberá encontrar la manera de sobrevivir en las manos de otros guionistas y otros realizadores. Aunque el primer capítulo ya presenta las tomas frenéticas y la cámara subjetiva de un demonio en plena persecución, tan característicos de Raimi, Ash vs. Evil Dead deberá continuar el espíritu sin caer en la pantomima.
Asimismo, el formato televisivo obligará a la historia a construir personajes secundarios de peso, con más de una dimensión. Personajes lo suficientemente atractivos como para que el viejo y querido Ash no sea el único punto de interés. Aunque, en un principio, él sea la mejor excusa para hacer y para mirar.
Franquicia con final uruguayo
The Evil Dead. Cinco estudiantes universitarios se van de vacaciones a una cabaña en el bosque. Sin saberlo, reproducen un cassette que libera espíritus y fuerzas demoniacas que los poseen, forzándolos a enfrentarse entre sí. En la película, aunque con un relativo protagonismo, Ash era solo uno de los cinco.
Evil Dead II. Pese a tener el número dos, esta secuela de Evil Dead permitió rehacer la primera agregándole elementos de secuela y más comedia. En esta oportunidad, Ash viaja a una cabaña en el bosque junto a su novia, Linda, quien se convierte en la primera víctima y encarnación del mal.
Army of darkness. Funcionando como una continuación real de Evil Dead II, Army of Darkness acompaña a Ash en un viaje en el tiempo. Arrastrado hasta el año 1300, el protagonista debe batallar contra un ejército de deadites y recuperar el Necronomicón para poder volver a la actualidad.
Posesión infernal. Sin el humor que caracterizó a sus antecesoras, el remake del uruguayo Federico Álvarez fue lanzado en 2013 con un elenco completamente distinto, desprovisto del personaje de Ash. En este caso, también son cinco amigos en una cabaña, pero el tono es notoriamente más oscuro.
