Woody Allen se cansó y reclama US$ 68 millones a Amazon, luego de que la empresa de streaming y estudio de producción rompiera su contrato con él ante el resurgimiento de las denuncias de abuso de su hija, lo que llevó a que no se produjeran tres películas previstas, y que la cinta A rainy day in New York no se estrenara, a pesar de que está terminada desde hace seis meses.
En un comunicado publicado por la revista Variety, los representantes del cineasta afirman que "Amazon ha intentado justificarse con referencias la acusación sin fundamentos de una joven de 25 años contra el señor Allen pero esta ya era conocida por Amazon (y por el público) antes de firmar el acuerdo para cuatro películas". Las denuncias de la hija de Allen, Dylan, fueron realizadas originalmente en la década de 1990, pero en 2017 volvieron a ponerse en el tapete a raíz del crecimiento del movimiento Me too en Hollywood.
Dylan Farrow, hija de Allen y la actriz Mia Farrow, denuncia que su padre abusó de ella de niña, pero nunca se llegó a probar que haya ocurrido esa instancia (de hecho nunca se presentaron cargos legales), y si bien su madre y su hermano Ronan (que además fue quien investigó las denuncias contra el productor Harvey Weinstein que destaparon años de abusos sistemáticos a mujeres y hombres dentro de la industria del entretenimiento) están de su parte, hay otros miembros de la familia, como su hermano adoptivo Moses Farrow, que consideran que es una falsedad.
Amazon alegó que las acusaciones podían llevar a que el estudio se viera manchado por colaborar con el director, por lo que decidieron anular el contrato que preveía el estreno de cuatro películas y una serie creadas por Allen. Amazon ya había distribuído dos películas del neoyorquino (Café Society y La rueda de la maravilla) y estrenó la serie Crisis en seis escenas.
“Simplemente, no hay una razón legitima por parte de Amazon para renegar de sus promesas”, dice también el comunicado, que señala que las razones de la postura de Amazon son "vagas". La película quedó además en un limbo, ya que Amazon se negó a terminar su financiamiento y su producción. Por su parte, dos de sus protagonistas, Timothée Chalamet y Selena Gomez, anunciaron que donarían sus salarios a causas benéficas para ayudar a víctimas de abuso, que no participarían de la promoción de la película y que no trabajarán nuevamente con Allen luego de conocer las denuncias.
2018 fue, a causa de este conflicto, el primer año en décadas en que Allen no estrenó películas, interrumpiendo su racha de un estreno por año.
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