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El Observador | Leonardo Pereyra

Por  Leonardo Pereyra

Columnista político
24 de marzo 2025 - 5:25hs

Aunque previsible, la reacción del Partido Nacional ante la imputación de siete delitos contra el intendente de Soriano, Guillermo Besozzi, nos muestra una de las peores caras de la política uruguaya. Digo lo de previsible porque ya se ha hecho costumbre eso de defender al compañero sin medir evidencias, daños a terceros o impactos en la credibilidad de la institucionalidad uruguaya.

Entre cuestionamientos a la Justicia, críticas a correligionarios que no fueron lo suficientemente “solidarios” con el intendente detenido en su domicilio y con una tobillera en un pie, y acusaciones de connivencia entre la fiscal del caso y el Frente Amplio, los blancos sembraron semillas de las que solo se puede esperar una mala cosecha.

Embed - Ética y votos en el caso Besozzi | #PINCELADA

Los hechos son conocidos. El intendente Besozzi fue imputado por la jueza Ximena Menchaca, a pedido de la fiscal Stella Alciaturi, por siete delitos de corrupción (peculado, concusión, cohecho simple, tráfico de influencias, abuso de funciones, omisión en la denuncia de delitos y coautor de de un delito de cohecho calificado). En esta nota se relatan algunas de los hechos por los que el dirigente blanco fue detenido y confinado por 180 días con prisión domiciliaria.

Pero, más allá de lo que la Justicia decida acerca del futuro del intendente blanco que va por su reelección en las próximas elecciones municipales, la reacción del directorio nacionalista y de varios de sus dirigentes supone una desmesura que trasciende el caso en particular.

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El pronunciamiento del directorio blanco es tan escueto como desatinado y dice textual: “Declara: respaldar la trayectoria personal y pública del sr. Guillermo Besozzi a quien le asiste el estado de inocencia; respaldar plenamente la candidatura del sr. Guillermo Besozzi a la Intendencia de Soriano resuelta por la Convención Departamental conjuntamente a los otros dos compañeros proclamados; la preocupación por posibles desvíos procesales y la discrecionalidad en los procedimientos, así como su rechazo a las filtraciones con motivación política; la confianza en el Poder Judicial y sus pronunciamientos cuando son definitivos en la aplicación del debido proceso y las garantías que lo deben rodear”.

Las sombras echadas sobre el accionar de la Justicia como defensa de un correligionario no parece la mejor forma de aportar a la credibilidad del sistema y a la sana separación de poderes.

Es cierto que, en el pasado, la fiscal pareció olvidarse de que no solo hay que serlo sino también parecerlo cuando reposteó en su Facebook críticas que otros le hicieron al Partido Nacional. “Sindicato de letristas del carnaval solicitan al Partido Nacional que afloje con los escandaletes, que ya tuvieron que reescribir los cuplés más de seis veces”, dice una de las publicaciones que Alciaturi compartió en octubre de 2019. Lamentable en una funcionaria que estaba a cargo de la investigación del caso que involucró al exintendente de Soriano, Agustín Bascou, por la compra de combustible por parte de la comuna a estaciones de servicio de su propiedad.

La reacción del directorio nacionalista y de varios de sus dirigentes supone una desmesura que trasciende el caso Besozzi en particular. La reacción del directorio nacionalista y de varios de sus dirigentes supone una desmesura que trasciende el caso Besozzi en particular.

Pero detrás de la decisión que involucra a Besozzi también está la jueza Ximena Menchaca, entonces, ¿hasta dónde llega la conspiración política que los blancos sugieren? “Llegó el momento de dejar de ser Bambis, inocentes, y de pensar que esto es por casualidad, cuando hay culadas de tratamientos judiciales que duermen la siesta y casualmente son de frentistas y sindicalistas. Pero resulta que Besozzi está con una tobillera encerrado en su casa por decirle a fulano o mengano que vaya y arregle tal o cual camino”, declaró el senador blanco Sebastián Da Silva.

Hay que decir que no todos los blancos piensan lo mismo. Por ejemplo, el candidato nacionalista a la intendencia de Montevideo, Martín Lema, se atrevió a decir que lo ocurrido es “un episodio triste” y que “con cualquier persona la Justicia tiene que ir a fondo”. Y agregó: “(la circunstancia) de personas que agarran para el lado que no tienen que agarrar se da en todos los partidos políticos, en todas las actividades y cada vez que eso se da hay que lamentarlo”. Lema señaló que Besozzi no debería continuar con su candidatura si finalmente es condenado, cuestión que, de cualquier forma, le impediría la Constitución.

Lo declarado por Lema es irrebatible. Pero no para los representantes de ese club de amigos que parece ser el conjunto de los intendentes blancos. Es así que el actual senador y por diez años intendente de Cerro Largo, Sergio Botana, le apuntó directamente a Lema –quien tiene una probada trayectoria de militancia en el Partido Nacional- al que calificó de “blandito”. “Esos políticos que andan mirándose al espejo para tratar de quedar bien no sirven para esta circunstancia. Tenemos que tener una posición firme porque si a un partido le pasa esto, qué dejamos para el ciudadano común. Un dirigente que no se juegue por lo que es justo, no sirve”, dijo Botana quien también apuntó contra la Fiscalía.

En su furibunda defensa de Besozzi y en su ataque a la Fiscalía, Botana, sin ningún pudor lanzó: “No nos olvidemos que la dictadura empezó así, con gente que comenzó a desprestigiar a los políticos y a las instituciones”.

Por supuesto, el intendente de Maldonado, Enrique Antía, también se subió al barco de la defensa del compañero al que consideró “un tipo muy querido y muy sano, probado en toda su vida” y, claro, criticó el “avasallamiento” de la Fiscalía.

En tanto, Besozzi lanzó una frase que se pareció más a una advertencia que a otra cosa. “Tendrían que ir los 19 intendentes presos si no se puede hacer una gestión para un vecino. Que vayan haciendo fila”. Y frente al riesgo, hicieron fila para respaldarlo.

Este miércoles, según informó Telenoche, cinco intendentes blancos visitaron a Besozzi en su chacra: Carlos Moreira (Colonia), Guillermo López (Florida), Ana Bentaberri (San José), Nicolás Olivera (Paysandú) y Fernando Echeverría (Flores)

"Fuimos a saludar al amigo y por supuesto a darle todo nuestro apoyo. La verdad estamos preocupados", dijo Echeverría a El País. Y no es para menos.

La defensa en bloque de Besozzi puede dejar en una posición incomodísima al Partido Nacional. ¿Qué pasa si finalmente la Justicia condena al intendente de Soriano?, ¿Dirán que confiaron en su compañero y fueron estafados en su buena fe? ¿Seguirán dudando de los fallos de la Justicia aunque su dictamen trascienda la opinión de un fiscal?

Los blancos se metieron en una partida de ajedrez complicada en la defensa de un dirigente que no es un simple y singular peón. Besozzi representa una forma de hacer y pensar que, no solo tierra adentro, es moneda corriente y tiene un fuerte arraigo popular. La tensión entre la ética y los votos, vive y lucha.

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Soriano Guillermo Besozzi Partido Nacional

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