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22 de enero 2025 - 13:29hs

Sabor amargo

Por Carlos María Uriarte / @uriartec1 / (*), especial para La Tribuna del Agro en El Observador

Ya próximos al fin de este Gobierno, y con el trago amargo que nos dejaron las pasadas elecciones, es el momento para comenzar a sacar algunas conclusiones que nos permitan corregir los errores cometidos.

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Sin pretender hacer un análisis de lo actuado por nuestro Gobierno, del cual nos sentimos muy orgullosos y hubiéramos deseado su continuidad, nos sentimos en la obligación de hacer la siguiente crítica constructiva en lo que se refiere al Agro.

A todos nos llamó la atención la votación del interior del país, un sector que supo ser decisivo para que la Coalición accediera al Gobierno en el 2019.

Y más allá de que la gente del interior todos los días es testigo del esfuerzo que hizo el gobierno para mejorar la infraestructura vial del interior del país, los efectos de la política macroeconómica aplicada tuvieron muy buenos resultados para el país, pero no para el Agro.

Principalmente por los efectos negativos que tuvieron sobre el sector el atraso cambiario y la política tributaria aplicada al mismo.

Como ya se han escuchado algunas voces del próximo gobierno, respecto a posibles cambios en el actual régimen tributario del sector, consideramos oportuno hacer el siguiente análisis del mismo.

En 2024 los tributos a la tierra, también llamados “ciegos”, según la Oficina de Programación y Política Agropecuaria (OPYPA) del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) fueron el 67% de lo tributado por el sector (Aportes patronales al BPS; Contribución Inmobiliaria Rural; Primaria; y Patrimonio).

No es objetivo de estas líneas argumentar lo negativo que son este tipo de impuestos para el desarrollo del sector, sino destacar que no solo no se corrigió su alta incidencia que fuera promovida durante los gobiernos del Frente Amplio, sino que se la aumentó en dólares americanos corrientes un 37% con respecto al 2019.

Basta solo resaltar que la Contribución Inmobiliaria Rural (CIR) aumento un 40% durante este Gobierno.

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Un importante lastre

Es decir que las políticas monetaria y tributaria durante este Gobierno han actuado como un importante lastre para el sector, que además tuvo que lidiar con tres sequías (una de ellas fue de las más severa que el país haya vivido), la pandemia y los efectos de la guerra en Ucrania.

Los efectos de las políticas cambiaria y tributaria fueron tan importantes, que no pudieron ser compensados con todas las medidas paliativas que oportunamente el Gobierno fue instrumentando.

Por otra parte, seríamos injustos sino destacáramos la mejora en la comunicación que hubo entre el Gobierno y el Agro, que fue evidente y muy bienvenida, pero desgraciadamente la misma no tuvo resultados que fueran capaces de evitar la sensación de desilusión que hoy existe entre los productores.

Tomando en cuenta todas estas circunstancias, uno puede llegar a entender el comportamiento del interior del país en las últimas elecciones.

Evidentemente se primaron los intereses generales a los del sector, como debe ser, pero los productores siguen esperando poder tener una justa remuneración a sus esfuerzos.

Es necesario destacar que salvo honrosas excepciones (arroz y forestación), la mayoría de los sectores de nuestro Agro no han tenido buenos resultados económicos durante este Gobierno.

Basta con decir que, según el Instituto Plan Agropecuario, los resultados de las empresas ganaderas del 2023/2024, en términos constantes, fueron 18% menos que el promedio de los últimos 10 ejercicios, y los cuartos peores de los últimos 20 años.

Pese a que, desde el punto de vista productivo, y a pesar de las adversidades climáticas, se hayan logrado resultados importantes en este periodo (por ejemplo los ansiados tres millones de terneros), los resultados en el bolsillo de los productores han estado lejos del esperado.

El gobierno electo

Ojalá el Gobierno electo sea capaz de revertir esta situación, y no considere como opción aumentar la carga tributaria al sector, y/o considerar la continuidad del atraso cambiario sin implementar medidas paliativas.

También aún nos dura el sabor amargo de lo vivido durante los gobiernos anteriores del Frente Amplio, donde se estropeó la sana relación histórica que había entre los patrones rurales y sus colaboradores.

Donde con fuentes de deuda externa, se dilapidaron recursos promoviendo políticas sociales de bajo impacto.

Donde, incluso desconociendo nuestra centenaria institucionalidad, se promovieron gremiales que duraron mientras hubo recursos.

El sector aún mantiene intacto su potencial productivo, y con él su capacidad de generar más ingresos genuinos para todos los uruguayos.

Ojalá se hayan aprendido todas estas lecciones y no se insista con estos caminos.

El país, y la gente de campo en particular, lo precisa.

(*): ingeniero agrónomo, productor agropecuario, expresidente de la Federación Rural (FR) y exministro de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP)

Temas:

Carlos María Uriarte La Tribuna del Agro Agro Gobierno política macroeconómica

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