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En tanto, Brasil crece en las dos dimensiones, más superficie agrícola y también más productividad.
Sumados, ambos gigantes productores pueden llevar a un ajuste de baja en el precio de los granos principales… siempre que las sequías no se interpongan.
En cultivos de verano lo de Estados Unidos es muy consistente. Esta cosecha será la número 11 con rendimientos de más de 3.200 kilos por hectárea para la soja y más de 10.500 kilos por hectárea para el maíz.
En Uruguay, los rendimientos promedio en soja son de 2.200 kg/ha para el mismo período, y 6.200 kg/ha en maíz.
También en Brasil crece el rendimiento de soja, que el año que viene estaría cerca del récord de 3.630 kilos por hectárea y bastante por arriba del promedio de 3.350 kg/ha en la última década.
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Sembrar en “situación de máxima”
La proyección de una cosecha récord de soja en Estados Unidos, con 124,8 millones de toneladas, con base en su mayor rendimiento histórico de 3.578 kilos por hectárea, fue mantenida en el informe de estimaciones de oferta y demanda de granos de setiembre del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA).
La producción de maíz se estima en 385 millones de toneladas. Por poco no superará el récord de 389 millones de toneladas del año pasado. Y solo porque el área estadounidense bajó respecto a la última zafra, aunque volverá a crecer el rendimiento. Subirá de 11.130 a 11.520 kilos por hectárea, según estima el USDA, un incremento de 3,5%.
“Por lo que hemos visto ese cosechón está, con certeza”, afirmó Gabriel Carballal, productor agrícola en Uruguay y Estados Unidos que fue el anfitrión de productores uruguayos que hicieron una gira agrícola por el cinturón maicero a principios de mes.
Carballal destaca varios elementos que están detrás del sostenido incremento de rendimientos que obtienen los farmers.
El clima, primero y principal, ha acompañado. “El último fracaso de la cosecha fue en el año 2012 cuando tuvieron una crisis climática que más allá de circunstancias puntuales en zonas limitadas, no tuvo implicancias muy grandes”, apuntó.
En aquel año los rendimientos de maíz y soja fueron en soja 2.690 y el maíz 7.730 kilos por hectárea, superiores a los rindes de Uruguay en un año bueno.
Es claro que esto no sería posible sin las muy buenas tierras de la zona agrícola estadounidense. Y el hecho de que caiga nieve en invierno es un diferencial. “La nieve aporta agua, no escurre, y el frío corta el gran problema que son las plagas, los hongos e incluso algunas malezas”, sostiene Carballal, “ahí hay un factor tremendo, la capacidad de almacenaje de agua que supone la nieve”, agregó.
EEUU siempre fue el líder mundial en productividad de maíz por mucha distancia. Al empezar este siglo la productividad maicera se ubicaba en torno a los 8.300 kg/ha.
En el 2004/5 superó por primera vez los 10.000 kilos por ha y a pesar de que es difícil subir desde un nivel tan alto, el crecimiento parece lejos de detenerse.
De hecho, esa marca fue una rareza. Rendimientos estables por encima de 10 toneladas por hectárea recién se logran desde 2014. Pero lo de este año es un salto importante, de 11.130 el año pasado a cruzar por primera vez los 11.500 kilos este año. Al menos en la última estimación de USDA. En cualquier caso será un nuevo récord. Para un promedio de más de 30 millones de hectáreas es un dato impresionante.
En soja también el rendimiento de este año está 180 kilos por encima del de el año pasado, superaría por primera vez los 3.500 kilos como promedio y marca el proceso de mejora continua.
Otro factor que incide es el marco para invertir. Los seguros de rendimiento que contratan los agricultores sobre un 85% del promedio histórico de productividad le quitan riesgo a perder. En maíz garantizan unos 9 mil kilos por hectárea.
“Plantan en una situación de máxima y no defensiva como acá, lo peor que te puede pasar es que empates, entonces invierten todo lo que pueden en fertilizantes, genética y labores”, porque “la solución a cualquier problema es aumentar la productividad”.
Y finalmente los continuos avances genéticos de semilla que significan “un piso de incremento de rinde de 2% cada año solo por genética, sin contar prácticas de manejo”.
Según Carballal, “sumás todo eso y no hay con qué darles”.
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Recesión entre los récords en agricultura
Aunque el panorama estadounidense puede parecer “el país de las maravillas”, no es tan así.
Después de registrar una rentabilidad récord en 2022 el sector agrícola va por su tercer año de contracción y se encuentra en una recesión por tiempo indefinido, coincidió un grupo de economistas agrícolas esta semana.
Los precios más bajos del mercado para muchos cultivos reducirán los ingresos de los agricultores en 2025.
Será el tercer año consecutivo de disminución de los ingresos agrícolas netos en Estados Unidos, según el Instituto de Investigación de Políticas Alimentarias y Agrícolas.
Los ingresos agrícolas netos, un indicador de rentabilidad, caerían un 6% en 2025 y se recuperarían modestamente en 2026.
Aunque el desempeño en el campo se mantiene en niveles altísimos, los agronegocios “están definitivamente en una crisis de costos y precios”, afirmó el economista jefe del USDA, Seth Meyer.
Los rendimientos de equilibrio se ubican cerca de los 10.000 kilos por hectárea para el maíz y arriba de 3.000 kilos por hectárea para soja.
Suba de stocks y empuje de Brasil
La sucesión de cosechas récord en Estados Unidos es el aumento de 65% en las existencias de soja para 2025.
Crecerán desde 9 a 15 millones de toneladas según el USDA, las más altas desde la campaña 2018/19. A nivel mundial las reservas de 134 millones de toneladas serían las más altas de la historia, 20% superiores a las actuales.
Las existencias de maíz crecerán 13% en 2025, pero luego de dos zafras récord seguidas habrán subido 52% en comparación a 2023, de 34,5 a 52,2 millones de toneladas. También las más altas desde 2018/19.
Es un escenario que guarda similitudes con el panorama bajista de hace seis años, cuando la soja bajó 25% (unos US$ 100 por tonelada) de un año a otro. Y así era hasta esta semana.
Del otro lado, las fuerzas del clima
En contraste con la situación de EEUU, el mundo mira el comienzo de la siembra en Brasil con datos de demora alcistas para los precios de soja y maíz está relacionada con el clima seco y caluroso que viene retrasando el inicio de la siembra de soja 2024/25 en Brasil.
Hasta la última semana la siembra de soja llevaba un avance de 0,9% frente a 1,9% del año anterior y concentrada casi exclusivamente en el estado de Paraná, el sur.
La preocupación es creciente en los estados del centro y el nordeste del país, y en los mercados ha sido la clave de un rebote en los precios en los últimos días.
Si el clima se acomoda volverán las presiones bajistas al mercado.
Brasil proyecta una intención de siembra de soja de 47,4 millones de hectáreas, 3% más que en el ciclo 2023/24 al agregar 1,4 MH, según la Compañía Nacional de Abastecimientos (Conab) y el Banco do Brasil.
El incremento de área es el menor de los últimos años, aunque la estimación, si se acomoda el ritmo de siembra es que los rendimientos saltarán de 3.200 a 3.500 kilos por hectárea lo que eleva la producción proyectada a 166 millones de toneladas, 13% más que los 147,4 millones de toneladas de la última zafra.
En la campaña pasada los rendimientos se vieron afectados por una extensa ola de calor y lluvias desparejas, y posteriormente las grandes inundaciones que afectaron la cosecha en el sur.
El “efecto Niña” favorecería a los cultivos este año con menos riesgo de altas temperaturas y lluvias más uniformes.
Esta previsión está por debajo de los 169 millones previstos por el USDA en base a un rendimiento de 3.570 kg/ha, solo por detrás del récord de 2022 con 3.630 kg/ha. En cualquiera de los dos escenarios el volumen sería un holgado récord para Brasil, por encima de los 154,6 MT de 2023.
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Márgenes locales presionados
Los precios se despegaron del piso en la última semana, pero siguen siendo los más bajos de los últimos cuatro años.
La soja de 2025 pasó de US$ 355 a US$ 375 por tonelada a nivel local. Y por el remanente de la zafra 2024 se obtienen US$ 380.
En este rango de precios la vara está alta para los rendimientos de equilibrio de la próxima cosecha.
La soja cayó US$ 80 por tonelada en el mercado de Chicago en los últimos 10 meses, desde US$ 480 a US$ 400 por tonelada para la posición julio 2025.
El maíz, tomando como referencia la posición mayo 2025, cayó de US$ 210 a US$ 175 por tonelada. En ambos casos alrededor del 20%.
La Sociedad de Fomento de Colonia Valdense (Sofoval) calcula el rendimiento de equilibrio para la próxima zafra de soja entre 1.840 y 2.050 kilos por hectárea.
Presupuestada a US$ 360 por tonelada, los márgenes podrían ser de US$ 193 antes de renta para quien alcance los 2.500 kilos por hectárea.
En una temporada con probabilidad de déficit hídrico como se pronostica que será la próxima el rinde promedio podría estar más cerca de los 2.000 kg/ha, lo que recortaría las eventuales ganancias.
Unicampo proyecta rindes de equilibrio de entre 2.600 y 3.000 kg/ha. “según la renta y el flete”, apuntó Esteban Tato Hoffman en agosto.
Los cálculos de Fucrea, por su parte, están hechos en base a soja a US$ 370 por tonelada y el maíz de primera a US$ 180 por tonelada. Con costos de US$ 665 por hectárea, similares a los de la zafra pasada, el rendimiento de equilibrio con renta está muy cerca de 3.000 kilos por hectárea para la soja. Una productividad que solo las mejores chacras pueden alcanzar en un año Niña.
Más allá de los datos de este año, tanto la productividad en Estados Unidos como en Brasil muestran una dinámica que la productividad local no encuentra.