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5 de mayo 2025 - 11:33hs

La desaparición del hielo marino en las regiones polares debido al calentamiento global no solo está aumenta la cantidad de luz que entra al océano, sino que también está alterando su color.

Estos cambios tienen consecuencias de gran alcance para organismos fotosintéticos como las algas de hielo y el fitoplancton.

Esta es la conclusión de una nueva investigación publicada en Nature Communications, dirigida por los biólogos marinos Monika Soja-Wozniak y Jef Huisman, del Instituto de Biodiversidad y Dinámica de Ecosistemas (IBED) de la Universidad de Ámsterdam.

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El equipo investigó cómo la pérdida de hielo marino altera el entorno lumínico submarino. El hielo marino y el agua de mar difieren fundamentalmente en su forma de transmitir la luz. El hielo marino dispersa considerablemente la luz y refleja gran parte de ella, mientras que solo permite la penetración de una pequeña cantidad.

Sin embargo, esta cantidad limitada de luz aún contiene casi todo el rango de longitudes de onda visibles. En contraste, el agua de mar absorbe la luz roja y verde, mientras que la luz azul penetra profundamente en la columna de agua. Esto es lo que le da al océano su color azul.

VIBRACIONES MOLECULARES DEL AGUA

Otra diferencia clave entre el hielo y el agua líquida radica en la función de las vibraciones moleculares. En el agua líquida, las moléculas de H2O tienen libertad de movimiento y vibración, lo que conduce a la formación de bandas de absorción distintivas en longitudes de onda específicas. Estas bandas eliminan selectivamente porciones del espectro luminoso, creando huecos en la luz disponible para la fotosíntesis.

Investigaciones previas de Maayke Stomp y el profesor Huisman demostraron que estas características de absorción molecular crean "nichos espectrales": conjuntos distintos de longitudes de onda disponibles para los organismos fotosintéticos. El fitoplancton y las cianobacterias han desarrollado una diversidad de pigmentos adaptados a los diferentes nichos espectrales, lo que configura su distribución global en océanos, aguas costeras y lagos.

En el hielo, sin embargo, las moléculas de agua están atrapadas en una red cristalina rígida. Esta estructura fija suprime su capacidad de vibraciones moleculares y, por lo tanto, altera sus características de absorción. Como consecuencia, el hielo carece de las bandas de absorción del agua líquida, por lo que se conserva un espectro de luz más amplio bajo el hielo marino. Esta diferencia fundamental desempeña un papel clave en el cambio espectral que se produce al derretirse el hielo marino.

IMPLICACIONES ECOLÓGICAS

A medida que el hielo marino desaparece y da paso a aguas abiertas, el entorno lumínico submarino cambia de un amplio espectro de colores a un espectro más estrecho, dominado por el azul. Este cambio espectral es crucial para la fotosíntesis.

"Los pigmentos fotosintéticos de las algas que viven bajo el hielo marino están adaptados para aprovechar al máximo la amplia gama de colores presente en la escasa luz que atraviesa el hielo y la nieve", afirma en un comunicado la autora principal, Soja-Wozniak. "Cuando el hielo se derrite, estos organismos se encuentran repentinamente en un entorno dominado por el azul, lo que dificulta el desarrollo de sus pigmentos".

Mediante modelos ópticos y mediciones espectrales, los investigadores demostraron que este cambio en el color de la luz no solo altera el rendimiento fotosintético, sino que también puede provocar cambios en la composición de las especies. Las especies de algas especializadas en luz azul podrían obtener una sólida ventaja competitiva en comparación con las algas de hielo.

Según el profesor Huisman, estos cambios pueden tener efectos ecológicos en cascada. "Las algas fotosintéticas constituyen la base de la red trófica ártica. Los cambios en su productividad o composición de especies pueden repercutir en peces, aves marinas y mamíferos marinos. Además, la fotosíntesis desempeña un papel importante en la absorción natural de CO2 por el océano".

El estudio destaca que el cambio climático en las regiones polares no solo derrite el hielo: provoca cambios fundamentales en procesos clave como la transmisión de la luz y el flujo de energía en los ecosistemas marinos.

Los resultados subrayan la importancia de incorporar los espectros de luz y la fotosíntesis de forma más explícita en los modelos climáticos y las predicciones oceánicas, especialmente en las regiones polares, donde el cambio ambiental se está acelerando a un ritmo sin precedentes.

Europa Press

Temas:

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