Tenés una necesidad y no te das cuenta: cuando ves algo que te emociona, agarrás tu celular apurado, buscás la app de la cámara y empezás a grabar. ¿Por qué hacés esto y qué efecto tiene en tu memoria?
"Creemos que documentando con una grabación superamos el olvido, pero generamos algo peor", dijo el divulgador y experto en tecnología argentino, Santiago Bilinkis.
En fin de año se pudieron ver videos de personas que filman las cuentas regresivas de año nuevo en múltiples monumentos icónicos en el mundo, como el Arco de Triunfo en Francia, donde la inmensa mayoría de la gente lo que hace es registrar el momento, pero no vivirlo plenamente con sus sentidos.
¿Qué evidencias científicas hay sobre este tema?
Este tema se ha estudiado a nivel científico desde la proliferación de teléfonos inteligentes en la última década y media.
El más extendido fue divulgado en 2013 por Linda Henkel, de la Universidad de Fairfield de Estados Unidos, quien publicó sus resultados en la revista Psychological Science, la revista oficial de la Asociación para las Ciencias Psicológicas.
Un experimento realizado en el Museo de Arte Bellarmine de la Universidad de Fairfield buscó explorar cómo tomar fotografías afecta la memoria. Durante una visita guiada, se pidió a estudiantes universitarios que observaran ciertos objetos o que los fotografiaran. Al día siguiente, se evaluó su capacidad para recordar los objetos.
Los resultados revelaron que los participantes tenían menos precisión al reconocer los objetos fotografiados en comparación con aquellos que simplemente habían observado. Además, ofrecieron menos detalles visuales sobre los objetos que habían capturado con sus cámaras.
Los estudios siguieron a lo largo de los años. En 2018, se demostró algo parecido. Las personas que están con su celular registrando el momento que están viviendo "tienen menos probabilidades de recordar los objetos que fotografían" que "los que solo observan", según la investigación de Julia Soares y Benjamin Storm, quienes publicaron un estudio observacional llamado "Olvídese en un instante: una investigación más profunda sobre el efecto de deterioro al tomar fotografías".
Ese mismo año se realizó otro estudio que abordó cómo la intención de compartir una fotografía "puede socavar el disfrute".
"Tomar fotografías con la intención de compartirlas aumenta la preocupación por la autopresentación durante la experiencia, lo que puede reducir el disfrute directamente, así como indirectamente al reducir el compromiso con la experiencia", dice el resumen de la investigación hecha por Alixandra Barasch, Gal Zauberman, Kristin Diehl publicado en Journal of Consumer Research.
Uno llamativo fue divulgado en 2020 por investigadores de la Universidad de Auckland y estuvo enfocado en el turismo. A través de estudios observacionales demostraron que en el caso de los turistas sí aumenta "la satisfacción de los viajeros con una experiencia", pero "reduce la intención de los viajeros de volver a visitar la misma experiencia".
"Por lo tanto, los viajeros tienen menos probabilidades de volver a un lugar si han tomado fotografías de él durante una visita", indicó.
Lo que opinan expertos uruguayos y organizaciones sociales
Mariana Barquín, lingüista uruguaya, se refirió a cómo los sentidos pueden verse afectados cuando un usuario adopta esta postura. "Cuando nosotros participamos de un evento comunicativo determinado, que puede ser una reunión familiar, un concierto o una clase determinada uno está plenamente consciente de eso que está sucediendo y no está filmando. Es como que sus sentidos están más embebidos en el evento comunicativo", indicó.
Por lo tanto, cuando una persona filma, estás "limitando tu ángulo visual" de lo que estás observando. "Es decir, la manera en la que vos mirás, ves todo el entorno. Escuchás, atendés y es mucho más amplio", agregó.
La experta revela otro fenómeno que se genera cuando la persona luego toma el celular. "Cuando grabás, podés repasar lo que se dijo, pero activás otros procesos que no necesariamente están vinculados con el recuerdo". De alguna manera, sería "ver" en la pantalla algo en lo que "no viviste plenamente".
La reflexión de la ONG Pensamiento Colectivo
Pensamiento Colectivo, -asociación civil que desde 2016 trabaja brindando talleres y generando campañas de sensibilización en temáticas vinculadas a la Ciudadanía Digital, invitó a la reflexión sobre este tema. "¿Qué nos pasa y qué deja de suceder cuando el registro es la prioridad?", indicó.
Para las integrantes de Pensamiento Colectivo, hay una transformación del concepto de "experiencia". "Un tema para pensar es cómo la inmersión en el aquí ahora está siendo mediada por lo digital, la inmediatez, y un mandato de 'lo que no está en la red, no sucedió'. En donde se valora más lo 'reproducible' que la presencia en sí misma, los momentos más que experiencias se transforman en bienes de consumo y símbolos de status", indicó.
Esta organización habla del impacto que tiene en la validación externa, la huella digital, los recuerdos y la acumulación digital.
Sobre la validación externa, señalan que la dopamina que genera la tecnología "impulsa a publicar aún más contenido" en busca de "la validación externa". "Surge la necesidad de figurar y aparecer en toda plataforma social que sea posible, que los demás vean que estamos, que somos parte de algo y que eso, a su vez, se note", consideran.
Respecto a la huella digital, habla de que todas las publicaciones que se suben contribuyen a construirla. "Cuando registramos en lugares públicos debemos cuidar la imagen de las otras personas que no nos dieron su consentimiento para registrar, publicar o compartir contenido que les involucre", exhortaron.
Además, hablan de un impacto sobre los recuerdos. "Nuestra memoria es selectiva", indican. "Vivir las experiencias de manera presente fomenta la adquisición de aprendizajes significativos. La posibilidad de registrar y guardarlo todo, debilita la confianza en nuestra memoria y en lo que podemos recordar", indicó.