El Índice Latinoamericano de Inteligencia Artificial (ILIA) 2025, coordinado por la CEPAL y el CENIA de Chile, ubica a Uruguay como uno de los tres países pioneros en la región, junto con Chile y Brasil. Estos tres países superan los 60 puntos en la medición general, lo que implica un mayor nivel de madurez en infraestructura digital, formación de talento, investigación y gobernanza en comparación con el resto de América Latina y el Caribe.
Uno de los indicadores más relevantes para Uruguay es su desempeño en la disponibilidad de GPU per cápita, es decir, la cantidad de unidades de procesamiento gráfico disponibles en relación con la población. El país se posiciona entre los mejores de la región en la proporción de recursos de cómputo de alto rendimiento respecto de su población.
Aunque Brasil concentra más del 90% de la capacidad total regional de cómputo, Uruguay aprovecha su escala para alcanzar un desempeño notable en este indicador, lo que facilita el desarrollo de proyectos de inteligencia artificial en sectores clave de la economía, como servicios digitales, agroindustria y gobierno electrónico.
El informe resalta también el avance uruguayo en la incorporación de contenidos de inteligencia artificial en la educación temprana. Uruguay figura entre los pocos países que ya han integrado habilidades vinculadas a la IA en los currículos escolares. Esta decisión es estratégica porque permite sentar bases de alfabetización digital que preparan a nuevas generaciones para interactuar con estas tecnologías de manera crítica y productiva.
Sin embargo, el estudio señala una debilidad estructural: Uruguay carece de programas de doctorado en IA. Esta ausencia limita la capacidad de formar investigadores altamente especializados y de consolidar un ecosistema académico competitivo frente a los polos más desarrollados de la región, como Brasil, México o Chile.
En materia de capital humano, el ILIA 2025 observa una tendencia regional en la que la alfabetización en IA es mucho más amplia que la formación profesional y el talento especializado. Uruguay no escapa a esa situación: existe una base creciente de profesionales con competencias básicas, pero todavía falta un mayor volumen de especialistas con formación avanzada. Esto representa un desafío para la consolidación de un ecosistema nacional que no solo consuma tecnología, sino que también desarrolle soluciones propias con pertinencia local.
Adopción y gobernanza
En el terreno de la adopción, Uruguay muestra resultados significativos. El ILIA 2025 lo ubica entre los países con mayor uso de IA generativa, junto con Chile, Costa Rica, Perú, Panamá y República Dominicana. Este fenómeno responde a la rápida incorporación de aplicaciones de IA en distintos ámbitos, tanto educativos como laborales y gubernamentales. La CEPAL detalla que América Latina ya concentra entre el 15% y el 20% de las descargas globales de aplicaciones basadas en IA generativa, y Uruguay participa activamente de esa tendencia. Esto representa un punto de democratización tecnológica, ya que herramientas con interfaces simples y bajos costos de entrada permiten que incluso usuarios no especializados interactúen con sistemas de última generación.
El informe subraya que la adopción de IA generativa puede compensar déficits estructurales de infraestructura, abriendo oportunidades para países que, como Uruguay, no poseen la misma escala de cómputo que Brasil. Gracias a la accesibilidad de estas herramientas, el país puede desplegar aplicaciones en servicios públicos, educación y pequeñas empresas, generando un impacto transversal en su economía y sociedad.
En cuanto a gobernanza, Uruguay se encuentra entre los países que ya han desarrollado estrategias nacionales de inteligencia artificial. Este grupo incluye también a Chile y Brasil, lo que refuerza la posición de liderazgo regional. Sin embargo, el ILIA advierte que el desafío principal no es la existencia de planes estratégicos, sino su implementación efectiva.
Según el informe, "nueve países cuentan con estrategias nacionales de IA, pero solo una minoría ha asignado presupuesto, definido planes de implementación o establecido indicadores de impacto". Uruguay enfrenta este mismo reto: transformar la planificación en acciones con resultados verificables.
El posicionamiento de Uruguay en el podio regional también implica responsabilidades de cooperación. La CEPAL enfatiza que los países pioneros deben evitar la fragmentación digital en América Latina y fomentar mecanismos de integración que permitan reducir las asimetrías entre países líderes y rezagados. Para Uruguay, este rol supone impulsar colaboraciones regionales en materia de investigación, intercambio de datos, formación de talento y construcción de estándares éticos y regulatorios.
En términos comparativos, Uruguay supera a países como Argentina, Perú y México en el puntaje global del índice. Mientras Chile ocupa el primer lugar con 70,56 puntos y Brasil el segundo con 67,39, Uruguay alcanza 62,32, lo que lo ubica en la tercera posición. Argentina, en cambio, figura más abajo con 52,98 puntos, y Perú con 51,93. Esto refuerza la posición de Uruguay como pionero, aunque a cierta distancia de los líderes regionales en infraestructura y producción científica.
El ILIA 2025 concluye que los avances de Uruguay lo convierten en un actor central en el ecosistema latinoamericano de inteligencia artificial, pero subraya que su consolidación dependerá de ampliar la formación avanzada, asignar recursos a la implementación de estrategias y fortalecer la investigación local.