En pocos días, el puerto de Montevideo quedó inmerso en una detención de actividades por un enfrentamiento del sindicato con Terminal Cuenca del Plata (TCP). En el ámbito público, la dirigencia también cuestionó actitudes de la Administración Nacional de Puertos (ANP) con la que mantiene negociaciones sobre aspectos laborales. A ese escenario conflictivo se sumó el reclamo de la gremial de transportistas que mostró molestia por la pérdida de jornadas de trabajo como consecuencia de las medidas.
El martes 30 de setiembre, TCP (propiedad de la multinacional Katoen Natie con participación del Estado) anunció un cambio de sistema informático. “Realizaremos la transición de nuestro antiguo sistema operativo al nuevo y mejorado Navis/N4”, publicó la compañía en su página web y redes sociales, mensaje solo entendible para usuarios de la terminal y despachantes de aduana. Pero el cambio mencionado generó una rápida respuesta.
El Sindicato Único Portuario y Ramas Afines (Supra) comunicó ese día a sus afiliados que la implementación del nuevo sistema operativo era contraproducente para los trabajadores. “Viene a quitar los tiempos muertos y agilizar nuestro rendimiento para que produzcamos más en el mismo lapso de tiempo, lo que conlleva mayor exigencia y exposición al trabajo”, comentó.
El sindicato mencionó que ese sistema en otros puertos del mundo produjo un aumento de la productividad de entre 20% y 30%.
“Por eso hoy más que nunca tenemos que mantenernos firmes y unidos como bloque y decir que llegó el momento de bajar la jornada laboral a 6 horas”, indicó.
-die7979-jpg..webp
Asamblea de Supra realizada en el Puerto el 5 de mayo, día en el que se realizó el paro general por el despido de 150 trabajadores de Montecon
Diego Battiste
Al día siguiente, 1º de octubre, divulgó otro comunicado de prensa en el que expuso que cualquier implementación de nuevos sistemas debe ser discutida y acordada en el marco del convenio colectivo, garantizando que “no habrá pérdida de puestos de trabajo, ni eliminación de categorías, ni precarización de las condiciones históricas que sostienen nuestra actividad”.
El jueves 2, TCP expuso que el sindicato había puesto como condición para “utilizar el nuevo sistema operativo Navis N4 (que ya se usa en el puerto de Montevideo) la reducción de la jornada laboral a turnos de 6 horas manteniendo el pago de 8 horas”.
Fuentes portuarias confirmaron a El Observador que el sistema informático ya es utilizado por otros operadores. De hecho, Montecon (competidor de TCP en el manejo de carga y descarga de contenedores, que opera en áreas públicas del puerto de Montevideo) anunció la adquisición del Navis en junio de 2017.
En esa oportunidad lo presentó como una “herramienta potente que utiliza algoritmos muy sofisticados que permiten realizar una mejor planificación tanto en la terminal como en las operaciones de buques y un mejor uso de los recursos”. En esa empresa la jornada laboral vigente es de 8 horas.
En el comunicado del jueves 2, TCP exhortó a las autoridades a realizar los “máximos esfuerzos para garantizar el libre ejercicio de la actividad de las personas y empresas, en estricto cumplimiento de las normas vigentes”.
Pero el sindicato redobló la apuesta y el mismo día a última hora avisó a la compañía que si al día siguiente se exigía utilizar el nuevo sistema, los trabajadores se retirarían a una asamblea grave y urgente. Eso fue lo que ocurrió este viernes y lo que motivó una reunión bipartita en la empresa. En esa instancia, la dirigencia rechazó el pedido de usar el Navis y convocó a una nueva asamblea para este sábado.
Tras esa decisión, la compañía avisó a sus clientes que en esta jornada no recibiría camiones con contenedores debido a la decisión sindical de declararse en estado de asamblea grave, urgente y permanente.
Con la continuidad de la medida sindical, la terminal de contenedores lleva tres días sin actividad.
“Cinismo” del directorio de la ANP
En otro frente, el Supra mantiene reuniones bipartitas con representantes de la ANP sobre diferentes temas. En uno de esos encuentros que se realizó el martes 30 de setiembre se abordaron aspectos vinculados a inequidades salariales, régimen de personal embarcado en dragas, la redefinición de la estructura institucional y de la carrera funcional, promociones y vacantes, según informó el directorio del organismo en un comunicado a toda la plantilla laboral, redactado el 1º de octubre.
Fachada ANP
Foto: Leonardo Carreño
La ANP denunció el convenio colectivo en el área de dragado que tiene vigencia hasta el 31 de diciembre y propuso abrir un espacio de diálogo con el objetivo de lograr mayor eficiencia, seguridad y sostenibilidad en esa actividad. En el texto también planteó cómo se estaba avanzando en los otros temas que se discuten.
El jueves 2 de octubre llegó la respuesta sindical en un comunicado dirigido a los trabajadores y titulado “El cinismo del directorio”. La dirigencia comentó en qué punto se encontraban las negociaciones, pero aparte expresó que “lamentablemente, mientras cumplimos con nuestros procesos orgánicos, los negociadores de la ANP, en una muestra de ansiedad, difundieron un boletín con su versión de los hechos”.
Además, en el texto denunció la falta de personal y la necesidad de regularización de funcionarios, condiciones imprescindibles para discutir una carrera funcional previo a la aprobación del presupuesto.
Las quejas de los transportistas
La detención de actividades en TCP generó el reclamo de otros actores vinculados al comercio exterior.
El presidente de la Intergremial de Transporte Profesional de Carga (ITPC), Ignacio Asumendi, recordó que la terminal de contenedores maneja aproximadamente el 70% de la actividad y, por tanto, se debió buscar que el cambio de sistema operativa no generara distorsiones. Desde su visión también falló a ANP en su rol de regulador de la actividad. “No opinó, ni se comprometió con el tema”, dijo.
Por último apuntó al sindicato portuario. “Salió con un reclamo de seis horas de trabajo unido a la aplicación del sistema informático (de TCP) que no se justifica bajo ningún concepto. No estaba en los papeles de nadie”, señaló a El Observador.
Los transportistas afirman que el paro de actividades tuvo como resultado la pérdida de jornadas de trabajo, afectó a toda la cadena logística y generó sobrecostos para el comercio exterior y los transportistas.