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28 de julio 2025 - 5:00hs

Desafíos, riesgos, productividad y talento uruguayo. Empresarios uruguayos del sector tecnológico compartieron en la Blockchain Summit 2025 cómo están aplicando inteligencia artificial en sus negocios, qué obstáculos enfrentan y qué habilidades demandan con urgencia.

Coinciden en que el ritmo de cambio es inédito, que la protección de datos es crítica y que falta incorporar más personas con formación en IA. Con estructuras chicas y orientación internacional, sus empresas ya operan a gran escala y apuntan a seguir creciendo.

Zapia, Infuy, Coorva y Eidos son cuatro empresas tecnológicas uruguayas que están apostando fuerte por la inteligencia artificial como núcleo de sus negocios. Desde mensajería automatizada hasta investigación aplicada, y desde soluciones industriales hasta servicios exportables, trabajan con equipos reducidos, se apoyan en modelos de lenguaje abiertos y desarrollan productos competitivos a escala global.

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IA uruguaya: qué hacen y cómo la piensan cuatro líderes del sector

Zapia, Infuy, Coorva y Eidos son cuatro empresas tecnológicas uruguayas que están apostando fuerte por la inteligencia artificial como núcleo de sus negocios. Desde mensajería automatizada hasta investigación aplicada, y desde soluciones industriales hasta servicios exportables, trabajan con equipos reducidos, se apoyan en modelos de lenguaje abiertos y desarrollan productos competitivos a escala global.

Cada uno de sus responsables comparte una visión crítica sobre la evolución de la IA, los dilemas técnicos, éticos y económicos que implica su adopción, y los desafíos que plantea este nuevo escenario para el talento y la infraestructura tecnológica en Uruguay.

Zapia, fundada por Pablo Rodríguez Bocca, utiliza WhatsApp como plataforma para ejecutar tareas concretas con inteligencia artificial. Opera en América Latina con una base de datos de “30 o 40 millones de comercios” y un volumen sostenido de usuarios. Según detalló, “tenemos un onboarding promedio de 20 000 usuarios por día. Hoy tienen más de 4,5 millones de usuarios. La compañía logró escalar con apenas “16-17 personas”, gracias a la automatización de procesos internos: “Automatizamos la publicidad, generamos código, tableros de control, lo que sea, usando IA. Así trabajamos con tan pocas personas”.

Infuy, liderada por Alejandro Narancio, combina servicios de software con un enfoque activo en investigación aplicada. A partir de 2024, lanzó su propio laboratorio de IA para reforzar capacidades de desarrollo. “Muchos de nuestros clientes son industriales. Están incorporando IA, y es algo que está avanzando”, señaló. El nuevo espacio busca responder a una transformación estructural del mercado tecnológico: “La inteligencia artificial eliminó lo que se llama la barrera de entrada. Hoy competís con modelos preentrenados y tu ventaja puede desaparecer en un día”.

Coorva, donde Daniel Collico lidera el área comercial, trabaja con “300 desarrolladores en América Latina, muchos de ellos acá en Montevideo”. La empresa presta servicios principalmente para clientes estadounidenses. “El 80 % de nuestros clientes están en Estados Unidos”, precisó. La demanda actual se concentra en proyectos vinculados a IA generativa: “El pedido más frecuente es: ‘customicen ChatGPT con mis datos internos’. Antes nos pedían migrar a la nube”.

Eidos, dirigida por Marcelo Ortega, se especializa en soluciones personalizadas de inteligencia artificial en medios, logística y deporte. Trabajan con tecnologías abiertas y adoptan un enfoque de actualización constante. “Para cada proyecto arrancamos revisando el estado del arte. Vemos qué haríamos hoy, con los modelos más recientes”, explicó. Ortega remarcó que la innovación en IA no es algo puntual: “No lo veo como una inversión en un momento, sino que es un proceso continuo. Se mantiene en el tiempo y se mejora con cada iteración”.

Cómo cambió la IA en el último año: velocidad, modelo abierto y fragilidad del diferencial

Para Rodríguez Bocca, el principal cambio fue la aceleración de los tiempos. “El día siguiente que fue anunciado DeepSeek, lo deployamos en servidores en Estados Unidos”, aseguró. Para sostener esa dinámica, diseñaron una arquitectura que les permite integrar diferentes modelos de lenguaje: “Usamos todos los grandes modelos que hay en el mercado. Y lo que hacemos es tener un pequeño orquestador que decide cuál usar en función de estadísticas de nuestros usuarios”.

Desde otra perspectiva, Narancio hizo foco en la pérdida de ventajas competitivas frente a los grandes modelos. “Mañana viene ChatGPT, saca esa funcionalidad, y te la da gratis. Ya está, no tenés diferencial”, advirtió. Esa velocidad de obsolescencia llevó a Infuy a tomar una decisión estratégica: construir capacidades propias para mantener autonomía frente a modelos generalistas. “El diferencial está en qué tan rápido podés reaccionar”, sostuvo.

Collico, en tanto, explicó que los clientes de Coorva ahora buscan integrar IA como parte de sus procesos internos y reducir el uso de consultores externos. “Nos están pidiendo implementar asistentes entrenados con su documentación interna, o con conocimiento específico de la empresa”, indicó. Frente a esta tendencia, remarcó que las habilidades técnicas no alcanzan: “Va a sobresalir el que haga buenas preguntas, el que sea curioso, el que entienda el contexto. No es solo código”.

Para Ortega, la diferencia está en la forma de adoptar la tecnología: “La oportunidad está en integrar modelos disponibles con comprensión del negocio. No se trata de inventar, sino de resolver bien”. Cada proyecto, según su enfoque, se inicia con una revisión de los modelos más recientes: “Vemos qué haríamos hoy, no hace seis meses”.

Desafíos clave: privacidad, infraestructura y sostenibilidad

Uno de los temas más mencionados por los oradores fue la gestión de datos sensibles y los riesgos que implican los modelos en la nube. En el caso de Zapia, trabajan con proveedores externos como OpenAI, pero bajo condiciones contractuales específicas. “Cuando contratamos a OpenAI para volúmenes grandes, firmamos un contrato que dice que nuestros datos no se usan para entrenar”, explicó Rodríguez Bocca. En el caso de DeepSeek, fueron más allá: “Firmamos un contrato para garantizar que los datos de los usuarios estén protegidos”.

Narancio advirtió sobre la falta de regulación efectiva en algunos sectores: “Hay empresas que prefieren pagar la multa y sacar beneficios con datos sensibles”. Frente a eso, promueve modelos open source, ajustados a cada caso: “Usá modelos open source, entrenalos con tus propios datos, hacé fine-tuning. Ahí eso es tuyo y no lo toca a nadie”.

Ortega coincidió en la necesidad de modular la complejidad según el riesgo: “Muchas veces trabajamos con datos anonimizados. En otros casos, implementamos soluciones locales para no depender de terceros”. También destacó que no todo requiere grandes estructuras: “Podés lograr muchas cosas con soluciones simples y económicas si sabés bien el objetivo”.

Coorva, por su parte, trabaja en la adopción de IA dentro de su propia estructura. “Estamos dando workshops presenciales para que todos entiendan cómo usar IA. Hay un plan de adopción corporativa”, señaló Collico. Parte del objetivo es elevar el nivel general de comprensión sobre las herramientas y sus limitaciones.

Innovar desde Uruguay: talento técnico y capacidad de adaptación

Los cuatro empresarios coinciden en que Uruguay cuenta con una ventaja estructural basada en su formación técnica. Ortega destacó: “La formación matemática que tenemos acá hace que seamos competitivos a nivel internacional”. También remarcó que el talento local es capaz de entender el ciclo completo: “Desde el modelo hasta el negocio”.

Narancio fue más allá: “Tenemos talento, know-how, inglés y liderazgo. Son cosas que no tenés en todos lados”. Aseguró que hay una oportunidad concreta de posicionarse si se sostiene la inversión en investigación aplicada.

Rodríguez Bocca apuntó a una limitación de escala: “Porcentualmente creo que estamos muy bien capacitados. Pero no somos tantos. Faltan más ingenieros de IA”. Según su experiencia, la demanda crece más rápido que la formación disponible.

Los cuatro coinciden en que el futuro de la inteligencia artificial en Uruguay no pasa solo por crear modelos propios, sino por entender cómo integrarlos, proteger los datos, responder con rapidez y formar equipos que sepan adaptarse al entorno cambiante.

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