Las obras de ampliación en Terminal Cuenca del Plata (TCP) en el puerto de Montevideo estaban frenadas por diferencias entre los grupos constructores encargados del proyecto. Sin embargo, tras meses de negociaciones, se retomaron tareas tras un acuerdo alcanzado por una de las empresas y el sindicato de la construcción.
El jueves 31 de julio en el Ministerio de Trabajo (MTSS), representantes del consorcio compuesto por la compañía portuguesa Mota-Engil y la uruguaya Stiler (MES) firmaron con el Sunca un acta para descomprimir la paralización de la reforma en TCP (propiedad mayoritaria de la multinacional belga Katoen Natie, con participación del Estado).
El freno se había originado el año pasado por un cortocircuito entre Jan de Nul y el consorcio MES, las dos compañías que participan de las obras.
El acuerdo firmado por el gobierno y Katoen Natie para la extensión de la concesión de TCP en el puerto de Montevideo incluyó una inversión destinada a la ampliación de la terminal de contenedores. Para eso, la compañía belga eligió a Jan de Nul, que a su vez subcontrató al consorcio MES para la realización de otros trabajos de construcción.
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Terminal Cuenca del Plata
Pero a los meses surgieron inconvenientes en el dragado y eso retrasó el proyecto. Entonces, Stiler argumentó que no podía realizar las tareas asumidas por culpa de Jan de Nul y envió a unos 160 trabajadores al seguro de paro. Esa decisión frenó las obras de ampliación de la terminal y allí comenzó un proceso de reproches mutuos, reclamos contractuales y el comienzo de un arbitraje internacional de MES a la compañía dragadora.
Casi un año después, el documento firmado en el MTSS estableció el reintegro de 26 trabajadores vinculados a Stiler-Mota-Engil que estaban amparados por un seguro de desempleo especial con vencimiento al 31 de julio. La vuelta a las tareas se fijó para este lunes 4 de agosto. En primera instancia, el personal realizará trabajos de drenaje en la terminal de contenedores.
La vuelta parcial de mano de obra a la terminal se decidió teniendo en cuenta la imposibilidad de la continuidad normal del proyecto y, por tanto, el reintegro de la totalidad de los trabajadores.
A su vez, el MTSS se comprometió a extender el seguro de paro especial para el resto de la plantilla laboral hasta el 31 de agosto y a “realizar los mayores esfuerzos para generar sucesivas prórrogas hasta el plazo máximo del 31 de octubre”, según el texto al que accedió El Observador.
Los esfuerzos mencionados se efectuarán “siempre y cuando se asegure la voluntad por parte del consorcio MES de continuar en el proyecto y de verificar en las distintas reuniones de seguimiento que se avanza con las negociaciones comerciales”.
El acuerdo firmado el 31 de julio quita algo de tensión al conflicto, ya que al menos moviliza una parte de la mano de obra y retoma algunas tareas pendientes. Igualmente, en los próximos meses será necesario que Jan de Nul y el consorcio MES arriben a una solución para la continuidad de la totalidad de las obras para la ampliación en la terminal de contenedores.
Acusaciones por retrasos en las obras
Este año, ya con meses de atraso en las obras de ampliación, se generaron reuniones de intercambio entre todas las partes involucradas, directa o indirectamente, en el conflicto (Jan de Nul, consorcio MES, TCP, Sunca) y representantes del MTSS, Ministerio de Transporte (MTOP) y Administración Nacional de Puertos (ANP).
En junio, luego de una de esas instancias, Katoen Natie (en representación de TCP) envió un documento dirigido a todos los participantes en el que expuso que la empresa estaba siendo “perjudicada ilegítimamente” por el diferendo contractual entre las compañías constructoras.
La multinacional expuso que más allá de la paralización había una serie de actividades que MES estaba en condiciones de realizar a pesar del reclamo que mantenía con Jan de Nul. Entonces, intimó al consorcio a retomar las tareas y reincorporar a los trabajadores enviados al seguro paro.
El 8 de julio, Stiler respondió por la misma vía y culpó a Jan de Nul por “tergiversar la realidad, ocultar información y negar sistemáticamente los atrasos en sus trabajos precedentes, procurando transferir responsabilidades que le son propias”.
En otro pasaje del texto afirmó que lo ocurrido en las obras de TCP durante más de dos años quedaría “palmariamente” demostrado en el arbitraje internacional realizado contra la empresa de dragado.
La constructora indicó que los incumplimientos destruyeron la ecuación económica-financiera del proyecto. “Jan de Nul ha utilizado esta situación como instrumento para pretender imponer, vía coacción, gravosas condiciones al consorcio y, más grave aún, viene incumpliendo los pagos por avances de obra ya ejecutadas”, expresó el texto.