Luego de concluir mi participación en el Festival Z de Girona dedicado a las nuevas tendencias de las artes escénicas hice una escala en mi viaje a Mérida para retornar al Festival GREC de Barcelona. El lunes 15 de julio en el Teatro Grec de la ciudad, imponente anfiteatro al aire libre, la Compañía Nacional de Teatro Clásico de España presentó una velada dedicada al romanticismo en la poesía. Obras de Gustavo Adolfo Bécker, José Zorrilla, José de Espronceda y del catalán Angel Guimerá fueron interpretadas por figuras de excepción de la escena y el cine español: Marisa Paredes, Alberto San Juan, Natalia Menéndez, Lluis Homar, Manuela Velasco y Pere Arquillué. La música estuvo a cargo de Xavier Albertí, gran maestro que en pocos días volverá a Montevideo para dirigir a la Comedia Nacional uruguaya en “Funteovejuna”. La soprano María Hinojosa Montenegro interpretó piezas de bel canto del repertorio romántico español. Esta noche mágica que se repetirá en el Festival de Almagro para su cierre fue una excelente demostración de que cuando hay talento ningún repertorio pasa de moda, las creaciones del pasado dialogan con naturalidad con el presente.
El Festival de Mérida transcurre durante los meses de julio y agosto en un marco único como lo es Teatro Romano, considerado como uno de los edificios más representativos de las formas arquitectónicas del período del emperador Augusto. La iniciación del festival fue en 1933 con una “Medea” de Séneca en versión de Miguel de Unamuno, interpretada por Margarita Xirgu, que tanto marcara luego la escena uruguaya y sudamericana. Luego de años de suspensión por la guerra civil y los duros años posteriores, se celebra ininterrumpidamente desde 1953. Este año es la 70 edición del festival que se caracteriza por estar dedicado a puestas acervo grecorromano.
La dirección del festival está a cargo de Jesús Cimarro, fundador de la empresa Pentacion, destacado productor y gestor teatral iberoamericano, que logra año a año convocar a máximas figuras de la escena española en todos sus rubros y producir el milagro de reunir a miles de personas en cada función para asistir a espectáculos en un marco arquitectónico único.
Las funciones se alternan por semana y además de las que se realizan en el Anfiteatro Romano, también hay programación en la sala María Luisa y extensiones en otros teatros de la región. La bellísima ciudad se convierte en estos meses en una gala de teatro porque todas las calles están adornadas con pancartas con los retratos de los artistas que participan en los espectáculos que se suceden semana a semana.
Yo tuvo oportunidad de ver “La paz” (celebración grotesca sobre Aristófanes)”, de Francisco Nieva, bajo la dirección de la joven directora Raquel Camacho y un elenco encabezado por Joaquín Reyes, popular figura del espectáculo español. Como el autor lo propone se aborda el tema de la guerra y su esperada conclusión en tono jocoso, con música y coreografías que enfrentan el desafío de desarrollarse en un espacio tan deslumbrante.
Con el Festival de Mérida tuvimos una excelente experiencia de coproducción en el año 2019 cuando junto con el FIDAE (Festival Internacional de Artes Escénicas de Uruguay) se realizó una versión de “Pericles” de Shakespeare, a cargo de Hernán Gené y con un destacado elenco de actores españoles, que se presentó primero en Mérida y luego inauguró en el Teatro El Galpón el festival uruguayo.
En mi traslado al último encuentro de este viaje, pude hacer un alto en Madrid y disfrutar de una presentación del Ballet Nacional de España en el Teatro de la Zarzuela, con un deslumbrante espectáculo denominado “Generaciones”, un programa mixto que reúne obras de repertorio con nuevas coreografías y demuestra el rigor, precisión y talento de esta compañía que preserva y alienta la nueva creación de un patrimonio artístico único.
El Festival de Almagro es siempre una fiesta porque la ciudad es un tesoro arquitectónico, con una plaza mayor dónde artistas y público se encuentran para celebrar la vida y el teatro. Museos, espectáculos de calle, encuentros de reflexión y debate se suman a la nutrida programación que el festival cada año ofrece.
La escena uruguaya tiene con este festival lazos que vienen del pasado pero que en los últimos años se han reforzado sustancialmente. En el año 2015 su entonces directora, Natalia Menéndez, visitó el FIDAE y dio una charla sobre el festival que despertó el interés de los nuevos directores y dramaturgos de nuestro medio. Al año siguiente el dramaturgo y director uruguayo Gastón Borges participó de la sección Almagro Off con su versión de la novela cervantina “El coloquio de los perros”. En el año 2017 tuve el honor de participar como jurado de esa sección y en el 2019, con la dirección del festival a cargo de Ignacio García, la edición tuvo su cierre con un espectáculo dirigido por Levón e interpretado por Estela Medina, sobre las dos versiones del siglo de oro español sobre el pasaje bíblico acerca de la violación de Tamar, escritas por Calderón de la Barca y Tirso de Molina. Acompañó en canto a nuestra gran actriz, Sara Sabagh. Y se produjo un hecho infrecuente en el festival que fue el cierre a cargo del Ballet Nacional del Sodre con la obra “El Quijote del Plata”, creación coreográfica de Blanca Li con dramaturgia de Santiago Sanguinetti y la dirección general del ballet a cargo de Igor Yebra.
Dado el suceso obtenido por estas obras, Uruguay fue elegido para ser “país invitado” de la próxima edición, lo que no se realizó en el año 2020 por la pandemia pero pudo concretarse en el año 2022. Para esa ocasión la Comedia Nacional creó la obra “Constante”, inspirada en la obra de Calderón de la Barca pero escrita por Guillermo Calderón (Chile) y Gabriel Calderón (Uruguay), quien también tuvo a su cargo la dirección de la obra, que se constituyó en un acontecimiento del festival, logrando críticas elogiosas y la asistencia de numerosos programadores internacionales que invitaron a sus festivales esta producción. Como resultado de ese estreno internacional, “Constante” se presentó en el año 2023 en cinco capitales iberoamericanas (Bogotá, Buenos Aires, Madrid, México, Santiago de Chile) y en las ciudades de Manizales y Medellín (Colombia), Narón y Coruña (España) y Concepción (Chile) en la gira de mayor extensión de la compañía en sus setenta y siete años de historia.
Además de la Comedia Nacional, tres grupos independientes presentaron sus obras en el festival y Jorge Drexler y Luciano Supervielle dieron sus conciertos, entre otras actividades organizadas para celebrar la presencia del país en esa edición.
En este festival, cuya dirección está a cargo desde el año pasado por Irene Pardo, nuevamente Uruguay tuvo presencia con la obra “La venganza de Tamar”, versión de Tirso de Molina dirigida por Chepi Irisity y coproducida por la sala Verdi de la Intendencia de Montevideo. Un trío de tres jóvenes actores egresados de la EMAD, al igual que su director y las diseñadoras de arte de la obra, asombró por su naturalidad y su especial forma de decir el verso español con acento rioplatense. Un nuevo logro para la presencia internacional del teatro uruguayo.
Entre otras actividades y encuentros, tuve la oportunidad de ver la versión de un muy complejo texto de Calderón de la Barca, “El monstruo de los jardines”, en versión y dirección del versátil director Iñaki Rikarte. El nutrido elenco de la joven compañía nacional de teatro clásico, dio energía y vigor a esta lúcida propuesta escénica que vuelve a demostrar que todo lo que sucede en la escena de hoy puede ser contemporáneo.
Resulta alentador observar la potencia que en todo el mundo sigue teniendo el teatro, a pesar de que su partida de defunción fue tantas veces anunciada y que en ese panorama internacional Uruguay tiene un espacio de consideración y respeto gracias al talento que distingue a los artistas del país.