La sátira política de Medio Oriente —la israelí como la árabe más crítica— lo dibujaba así: un hombre de barba canosa bien cortada, con unos dejos morochos en su bigote, rodeado del lujo de Qatar y contando fangotes de dólares. Pero, ¿quién era realmente Ismail Haniya, el líder de Hamás asesinado en la madrugada de este miércoles?
El relato del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica en Irán —donde Haniya se encontraba para participar del cambio de mando en ese país— sostiene que el hombre se estaba duchando cuando un comando lo asesinó. Fue en una de sus residencias de Teherán.
Llevaba casi siete años como líder del brazo político del movimiento terrorista Hamás. Había llegado a ese cargo con 54 años, tras una vida de militancia en un campo de refugiados palestinos al norte de la Franja de Gaza. Cuando su nacimiento, ese territorio estaba bajo dominio egipcio.
Estuvo preso al menos cuatro veces. Fue primer ministro. Fue la figura central en la conciliación entre el ala radical del Hamás y la autoridad palestina de Fatah.
Pese a su dialéctica antisionista, era visto como la cara moderada y pragmática de Hamás. De hecho, era uno de los negociadores en las —escazas y poco fructíferas— negociaciones para la liberación de secuestrados israelíes que están cautivos en Gaza.
Esas negociaciones solían darse en Qatar, donde Haniya estaba radicado junto a otros líderes del movimiento terrorista. También viajaba con frecuencia a Turquía y El Cairo.
El gobierno israelí no se atribuyó aún su asesinato. Pero el líder político era uno de los preciados objetivos de la administración Netanyahu. Ya en 2002 había estado a punto de fallecer tras un ataque de la aviación israelí en medio de la llamada segunda Intifada. Logró escapar.
Ahora no pudo hacerlo. Tampoco su guardaespaldas que murió en el acto. Irán decretó tres días de duelo. El guía supremo iraní, el ayatolá Ali Jamenei, prometió un "duro castigo" a Israel tras el asesinato de Haniya, y afirmó que Teherán considera que es su "deber buscar venganza".
Tras conocerse la muerte del líder político de Hamás, las diferentes facciones convocaron una huelga general y marchas de protesta.
Algunos de sus 13 hijos seguían su legado.
La guerra Israel - Hamás
Cuando en mayo de 2024 el fiscal de la Corte Penal Internacional solicitó la orden de arresto de los principales líderes de Israel y Hamás, Haniya era parte de la lista. Era considerado una pieza clave en la visión política y financiera del grupo terrorista que perpetuó el ataque del 7 de octubre de 2023, en el que fueron asesinados miles de ciudadanos israelíes.
Al momento del fatídico ataque terrorista, Haniya estaba en la capital de Turquía. De inmediato viajó a Doha, Qatar, para iniciar las transacciones: liberación de secuestrados israelíes a cambio de centenas de presos palestinos en cárceles de Israel.
Dentro de las posteriores negociaciones, fue de los pocos líderes de Hamás que planteó la solución de dos Estados. Solo que su postura incluía a Jerusalén como capital del futuro Estado palestino (y no de Israel).
Para una minoría palestina, Haniya era visto con recelo. Porque mientras su pueblo sufre las consecuencias de la guerra y el desvío de fondos humanitarios para fines terroristas, el líder político amasaba una fortuna cifrada en cinco millones de dólares.