Un informe de más de cien páginas del director de la consultora Opción, Rafael Porzecanski, y las notas tomadas por Álvaro Delgado, Armando Castaingdebat, María de Lima y Gloria Rodríguez en los cinco encuentros regionales son la base de la autocrítica del ciclo electoral realizado por el Partido Nacional.
El documento fue presentado en la sesión del directorio de este lunes y simboliza el cierre de un proceso por el que los blancos atravesaron, con turbulencias, durante todo el 2025.
“Más de mil personas participaron en esos encuentros. Nos basamos en la oportunidad de mejora. El proceso es, a mi juicio, histórico”, dijo Delgado en conferencia de prensa.
El presidente del directorio, que además fue el candidato, se puso en el primer lugar de la fila de los responsables por haber perdido ante Yamandú Orsi en noviembre de 2024, consideró que la derrota fue “multicausal” pero aseguró que lo que más le importaba eran las “causas” para poder “volver mejor” al gobierno.
“Este proceso implicó revisar, con honestidad institucional, las decisiones estratégicas asumidas por la conducción partidaria y electoral a lo largo del ciclo 2024–2025. Se colectivizó el análisis, no las responsabilidades”, dice en sus primeros párrafos el informe de 13 páginas distribuido al directorio al que accedió El Observador.
Durante la reunión de este lunes, varios dirigentes como Luis Alberto Heber o Carlos Enciso consideraron que con la aprobación del documento se cerraba el tema ya que debían pasar la página y concentrarse en el futuro.
El “error” con Ripoll
El informe dedica un apartado a revisar las decisiones estratégicas de campaña. Dice que algunas fueron “ambiguas” y que hubo “fallos de diagnóstico” por lo que deben revisarse los “criterios utilizados para conformar los equipos estratégicos de campaña”.
Respecto a la compañera de fórmula de Delgado, el documento dice que ante la paridad en las elecciones el equipo buscó una “opción disruptiva” que cumpliera algunos objetivos estratégicos como “abrir al partido, tender puentes con nuevos sectores, reforzando sensibilidad social”.
Bajo estos supuestos, se decantaron por Valeria Ripoll, cuya “historia y su llegada a sectores postergados hablaban de la voluntad de hacer una propuesta más amplia y abarcativa”.
Pese a esto, los nacionalistas reconocen que “el error" estuvo en que no supieron "construir correctamente el proceso de esa elección”.
“Faltó preparación política interna, faltó escucha hacia los sectores y dirigentes. El anuncio se sintió sorpresivo y sin tiempo para madurar su significado dentro del partido. La experiencia demuestra que las decisiones estratégicas deben contar con un tiempo de maduración política mayor y con mecanismos de consulta interna más amplios. La colegialidad en decisiones de alto impacto fortalece la unidad y mejora la recepción pública de la fórmula”.
Falta de escucha
Los blancos también reconocen que durante la campaña no supieron escuchar con la “profundidad necesaria” y que les faltó “sintonía con algunas preocupaciones que fueron creciendo” como las dificultades de la clase media, la situación de los jubilados, y especialmente las políticas de las fronteras, donde si bien hubo avances, “no supimos interpretar el sentir profundo de cómo seguir”.
“Participamos de un gobierno que sí abordó muchos de estos temas, y con aciertos. Pero no alcanzó: nos costó sintetizar el rumbo, narrarlo con claridad, y comunicar propuestas concretas. Teníamos un gran programa de gobierno y un equipo técnico sólido, pero sin una traducción política que conectara emocionalmente con la ciudadanía”, dice.
Respecto a la coalición, el documento habla de que fue clave para gobernar pero no lograron proyectarla como una “propuesta electoral conjunta”.
“Las diferencias internas predominaron sobre las coincidencias, y la ciudadanía percibió más una suma de partes que una visión común”. A juicio del directorio blanco, se requieren nuevas reglas de funcionamiento para la coalición, que contemplen la identidad propia de cada partido, pero también unidad en los objetivos estratégicos.
El liderazgo de Orsi y la no reelección de Lacalle Pou
El documento sintetiza la radiografía realizada por Opción destacando la incidencia de cinco factores:
- El bono demográfico adverso, con el ingreso al padrón de unos 250 mil nuevos votantes jóvenes -con sesgo hacia el FA- y el egreso de 185 mil votantes mayores -más afines a la CR-.
- El debilitamiento del efecto reelección, dada la imposibilidad constitucional de continuidad del liderazgo de Luis Lacalle Pou, de alta popularidad.
- La fortaleza del liderazgo de Yamandú Orsi, especialmente en Canelones, cuya popularidad se mantuvo estable y transversal, incluso en electorados moderados.
- La baja intensidad de la campaña, que no logró alterar significativamente la estructura de intención de voto por bloques.
- La erosión del activo “seguridad pública”, inicialmente uno de los pilares del apoyo al gobierno, pero que hacia el final del período fue evaluado de manera más crítica por el electorado propio, en función de las expectativas.
“El estudio evidencia que la pérdida de potencial electoral de la coalición se concentró en los segmentos jóvenes, de bajo interés político y menor nivel educativo, lo cual interpela directamente la estrategia de vinculación que los partidos establecen con las nuevas generaciones”, dice.
Opción también menciona que la caída de Cabildo Abierto tuvo efectos colaterales sobre la votación de la coalición republicana, que hubo “baja retención territorial” en departamentos clave, y que si bien logró una alta fidelización entre octubre y noviembre, no alcanzó los niveles requeridos, lo que “redujo su potencial competitivo”.
También plantea que “más allá de los números, revela una estructura electoral en equilibrio, una coalición que necesita redefinir su narrativa, y un partido que debe reanudar su conexión con los sectores que alguna vez fueron su base natural”.
A modo de conclusión, los nacionalistas dicen que perdieron la elección pero no el rumbo y que el trabajo es una "invitación a aprender para volver, con humildad, pero también con firmeza". "Nos debemos una revisión sincera", señala y plantea que para volver a ser mayoría necesitan hacer "reconectar con el alma del país, comprender su tiempo, hablar su lenguaje y representar sus aspiraciones más genuinas".