“¿Qué querés ser cuando seas grande?”. La antipática pregunta que, cada tanto, los adultos les formulan a los más pequeños recibe, cada vez con más frecuencia, una novedosa respuesta: influencer.
Más de la mitad de los estudiantes uruguayos entre sexto de escuela y el último año del bachillerato sube a las redes sociales contenido que crea para internet. Y, según los resultados de una encuesta que realizó Ceibal y accedió El Observador, seis de cada diez siguen a un youtuber, un tiktoker o un creador de contenidos para una red social.
La generación Alfa uruguaya, como se llama a aquellos que nacieron luego de la invención del iPad, pasa unos siete horas al día en internet, usa estrategias digitales para estudiar (el 27% busca videos tutoriales y el 12% usa ChatGPT), una minoría (8%) participa de retos virales que les ofrecen las redes sociales, y la mayoría encuentra a sus referentes en la red.
El top 10 de esos influencer más seguidos por los estudiantes uruguayos este año calza en un patrón: son hispanoparlantes o, en su excepción, con doblaje al español. El humor es parte de su lenguaje. Se muestran con sus defectos, como un igual. Hablan de retos, de música, y reaccionan a videojuegos. “Suelen vincularse entre sí y, gracias a la segmentación que permite internet, logran la identificación del público”, explica Carlos Libisch, el jefe de Nuevas Mediciones de Ceibal quien, gracias a sus estudios, viene revelándole al “mundo adulto” por dónde pasan las tendencias de consumo e interés de los nuevos estudiantes uruguayos.
Porque influencer hubo “desde siempre”. Solo que antes del surgimiento de este anglicanismo se hablaba de líderes de opinión, de Marcelo Tinelli, El Bananero o el futbolista que imponía los modismos de turno.
La diferencia es que ahora el papá o la maestra no están mirando esa misma televisión que sintoniza VideoMatch, sino que parecen habitar en canales distintos. En algoritmos diferentes.
Tan distintos que es posible que muchos lectores —más bien plus 35— no hayan escuchado jamás el nombre Fede Vigevani. Tal vez ni siquiera sepan que este uruguayo es el youtuber en habla hispana con más seguidores en el mundo (supera los 53 millones, 15 veces la población de Uruguay). Mucho menos que, este 2024, se convirtió en el influencer más seguido por los estudiantes uruguayos.
Fede Vigevani: de la ceibalita a liderar la encuesta de Ceibal
Federico abandona poco a poco su sueño de ser astronauta. Del espacio pasa al ciberespacio. En el pasaje de la escuela Experimental de Malvín a la UTU recibe una ceibalita —esas laptop del Estado que eran parte del proyecto una computadora por niño— y descubre que su pasión estaba mucho más cerca de la Tierra.
Una profesora cita a la madre: “Señora, su hijo tiene mucho potencial para el dibujo y la creatividad”. Aquella fue la génesis del creador de contenidos que hoy lidera el ranking de influencer de los estudiantes uruguayos.
—Antes me veían más los adolescentes, ahora me ven adolescentes y niños. Tengo que cuidar mucho lo que digo, siempre dar buenos mensajes.
Vigevani no es un educador ni se percibe como tal. Pero desde que la sociedad virtual le puso el mote de “influencer”, intenta aconsejar en sus videos como de chico lo hacía su madre. Y hasta cuando se le escapa un insulto, en la edición del video le agrega el sonido biiiip.
Hace unos años, ya posicionado como influencer, una madre se lo cruzó en una calle de Ciudad de México donde vive. Le increpó: “Tenés que tener más cuidado con los insultos, porque para mi hijo sos su referente”. Desde entonces mide las palabras y, cuando no puede, las edita.
El periodista Ole Nymoen publicó un libro crítico con el rol de los influencer para la sociedad. Y en una reciente entrevista en El País de Madrid, dijo: “La ilustración solía significar que tú, como ser humano, debías emanciparte de los líderes e intentar encontrar tu propia voluntad. Y eso es exactamente lo contrario de lo que los influencers nos dicen que hagamos. Ellos nos piden que no pensemos, que los sigamos y que compremos los productos que ellos nos presentan, puesto que ellos son influencers y nosotros seguidores. No se trata solo de productos físicos, como un maquillaje o suplementos deportivos; desde hace uno o dos años se ha ampliado hasta incluir criptomonedas, opiniones políticas y mucho más. Piensa en el efecto que tiene en la gente más joven, que empieza a ver este tipo de contenido con solo seis u ocho años de edad. Pensamos que eso es un peligro sobre el que, por supuesto, debemos hablar en nuestra sociedad, y desde luego en las escuelas. Los profesores deben abordar este tema con sus alumnos lo antes posible”.
Pero Libisch, quien además de su cargo en Ceibal tiene un doctorado en Neurociencias y en Psicología Clínica, le quita dramatismo: “El influencer es un líder de opinión. Modela las conductas como cualquier formador de opinión, nada distinto que los referentes que todas las generaciones tienen en sus tiempos. Existe cierta fantasía de pensar que los niños y adolescentes hoy están siendo influenciados para el mal… y no necesariamente es así”.
Un ejemplo de esa mitología que rodea al supuesto impacto de las redes sociales es el seguimiento de retos virales. Lejos del imaginario de que muchos niños se cortan las venas porque se los propone internet, la encuesta de Ceibal muestra que solo el 8% de los estudiantes encuestados siguió retos… la mayoría tan inofensivos como competencia de videojuegos online con otros jugadores, o el desafío de dejar una botella con agua hasta la mitad parada luego de lanzarla (Bottle Flip Challenge).
Comprender a los estudiantes
Cada comienzo de año lectivo, los alumnos uruguayos participan de una encuesta de bienvenida. Los datos, que les llegan a sus docentes de manera individualizada a través de la plataforma SEA, les dan a maestros y profesores una pincelada sobre el tipo de consumo mediático e intereses de sus alumnos.
"Con el correr de los años venimos notando cambios: cada vez los estudiantes siguen a más influencers, la velocidad de los cambios culturales supera cada vez más el ritmo de conocimiento de los adultos, cada vez hay más segmentación, y cada vez más se habla de multiplataformas", explica Libisch.
Refiere a que no puede hablarse de qué hacen los estudiantes en YouTube separado de otra red social, o los juegos, que a su vez son comentados en otra plataforma, que a su vez interactúa con otros jugadores en otra, que...
Ese nivel de precisión es tal que, en la última ronda de encuesta, Ceibal constató más de 1.600 influencers distintos que siguen los estudiantes uruguayos. Y la mayoría de esas centenas de celebridades de internet están en tres o más redes sociales a la vez.
El uruguayo Vigevani lo resume a la perfección: "El éxito en internet pasa por dos cosas: la originalidad de tu contenido y la constancia. Son necesarios productos que se diferencien del resto, que no sean copias. Y es imprescindible tener una rutina de subir nuevos contenidos pensados para las distintas redes. Si paso más de dos o tres días sin subir un video a YouTube, ya tengo usuarios escribiéndome qué pasó. Todos los días incluyo una nueva historia en Instagram. En Tik-tok lo hago más espaciado...".