Cortesía de Mauricio Rosencof José Mujica, el hijo de Adolfo Wasen Alaniz y Mauricio Rosencof en Conventuales el día que fueron liberados Así recuerda esos años en el calabozo en entrevista con El Observador:
"Me hice preguntas de esas que no se hace nadie. Preguntas de intelectuales para las que no tenés respuestas sencillas. Por ejemplo, nosotros queremos cambiar la sociedad por un mundo mejor, por unos humanos mejores. La pregunta es esta: ¿cuál es el disco duro con el que venimos de la naturaleza? ¿Y cuáles son los factores adquiridos por la civilización, las costumbres, la educación? Porque esto viene con otra pregunta: ¿no estaremos peleando con el disco duro? Si estamos peleando con el disco duro estamos fritos...".
Y fue esa pregunta por el "disco duro" la que lo impulsó a buscar, una vez libre, a dos intelectuales antropólogos: Renzo Pi y Daniel Vidart.
"Me traje un tratado de antropología y me metí en un mundo que dije: ‘pa, es peligroso... porque es tan fantástico que te atrapa'".
Foto: Leonardo Carreño. El expresidente José Mujica en su chacra en setiembre de 2023 Los "bastones": Daniel Vidart y Renzo Pi
Renzo Pi Hugarte (1934-2012) fue compañero de clase de Mujica y amigo hasta el final.
La obra de Pi Hugarte cubrió temáticas variadas como el legado de los inmigrantes en Uruguay, la vida en los rancheríos rurales del interior, los ritos de posesión afroamericanos y las costumbres de los charrúas. El también antropólogo Gustavo Laborde escribió en el Portal 180 a propósito de su muerte: "La historia de la antropología en Uruguay, en buena medida, se inscribe y explica dentro del propio itinerario intelectual de Pi Hugarte".
El antropólogo uruguayo Renzo Pi Hugarte "Antropólogo a la vieja usanza, Pi Hugarte siempre creyó que el lugar de trabajo de un etnógrafo es el campo y la principal herramienta, la observación. Navegó en el Amazonas, ejerció siete oficios en Los Andes, vivió en Buenos Aires, se crio en el campo. No había asunto, por más banal que pareciera, al que él no le encontraba un punto de interés".
Uno de los mentores de Pi Hugarte fue Daniel Vidart (1920-2019).
Vidart fue amigo y secretario del presidente colorado Tomás Berreta –que asumió en marzo de 1947 y murió en agosto de ese año, dejando a Luis Batlle Berres como primer mandatario–. Aunque fue en primer lugar colorado, alternó con su militancia en el Frente Amplio, al que ingresó a través del Movimiento 26 de Marzo, la expresión política y legal del Movimiento de Liberación Nacional (MLN), al igual que figuras como Mario Benedetti.
archivo Daniel Vidart, antropólogo y escritor uruguayo
Ganó el Bartolomé Hidalgo, el Morosoli de Oro y finalmente en 2018 el Gran Premio Nacional a la Labor Intelectual que le otorgó el Ministerio de Educación y Cultura. Como recuerda esta nota de El Observador, Vidart era la última persona viva de los 41 intelectuales listados por Carlos Real de Azúa en su Antología del ensayo uruguayo contemporáneo.
Entre sus libros, se encuentra Marihuana, la flor del cáñamo. Un alegato contra el poder donde busca informar y desmitificar sobre el consumo de esta planta. El libro se publicó en 2014, al año siguiente de que Uruguay se convirtiera en el primer país en el mundo en legalizar el mercado de la marihuana por iniciativa del gobierno de Mujica.
Foto: Leonardo Carreño. Libros de Daniel Vidart en la chacra de Mujica Respecto a la amistad de Mujica y Vidart se puede encontrar una pieza interesante en internet: el coloquio que protagonizaron en 2012 junto a la historiadora Ana Frega y el escritor Tomás de Mattos sobre la actualidad del ideario artiguista. Grabado en un bar de Montevideo, el encuentro se puede ver en la cuenta de YouTube de Comunicación Presidencial.
Seis años más tarde, Vidart pasó su último cumpleaños con Mujica y Lucía Topolansky. Cuando murió, en mayo de 2019, el expresidente recordó también la muerte de Renzo Pi y dijo: "Siento que ando viejo y me estoy quedando sin bastones".
Camilo dos Santos Mujica en el velatorio de Daniel Vidart el 15 de mayo de 2019 Los profesores Paco Espínola y José Bergamín
Mujica tuvo de adolescente al narrador criollo Francisco Espínola (1901-1973) como profesor de literatura. "Paco" dedicó todo el año solamente a Homero y al Quijote.
Espínola, como Mujica, era blanco –Rosencof conoció al que luego sería su compañero tupamaro cuando era secretario del dirigente nacionalista Enrique Erro–, pero terminó en la izquierda.
"A pesar de su origen blanco, Paco Espínola venía coincidiendo en posturas concretas de izquierda desde las campañas de apoyo a la República Española durante la guerra civil. Por eso no fue raro que, junto con su cuñado Luis Pedro Bonavita, se integrara al novel Frente Izquierda de Liberación a comienzos de los sesenta. En 1971 adhirió al Partido Comunista, integrante del Frente Amplio", cuenta su biografía en la Academia Nacional de Letras.
Academia Nacional de Letras El escritor Paco Espínola fue docente de José Mujica Espínola, como Mujica, se levantó en armas y terminó preso.
"En 1935, junto a su padre, llegó a pelear –con un viejo Remington que no disparaba– en el fracasado levantamiento armado contra la dictadura de Terra, iniciado por el caudillo blanco Basilio Muñoz con el apoyo de diversos sectores políticos. Durante la acción de Paso de Morlán cayó prisionero", continúa la información de la academia.
Otro profesor que Mujica tuvo en su juventud fue José Bergamín (1895-1983), un escritor español que integró el programa cultural de la República y que se exilió en Uruguay tras el triunfo de Francisco Franco entre 1947 y 1954. A sus clases Mujica iba con Pi Hugarte y con el luego escritor Alejandro Paternain (1933-2004).
Recuerda el "caso rarísimo" que era Bergamín:
"Un viejo muy fino que era comunista, católico, defensor de la tauromaquia. Había nacido en Mallorca y está enterrado en el País Vasco porque no quería ser español. En mi tiempo todavía quedaba mucha reminiscencia de la guerra española. Entonces, esas cosas nos conmovían mucho".
Real Academia de la Historia José Bergamín se exilió en Uruguay entre 1947 y 1954
Con la raíz al hombro
Como Espínola, muchos otros artistas/intelectuales uruguayos supieron empuñar armas. Así lo destaca Rosencof, quien suele recordar cuántos levantamientos hubo en el Uruguay, principalmente hasta el inicio del siglo XX, para justificar el nacimiento del MLN.
"En toda la literatura nuestra de hace siglo y medio te encontrás con que los individuos son, además de literatos o intelectuales, gente de alzamiento", dice el periodista, dramaturgo y escritor.
Es en esta mezcla de dimensiones dentro de una misma persona, lo que culmina en la figura típica del intelectual uruguayo: alguien comprometido con la realidad, que no puede olvidar su "raíz".
Carlos Roxlo (1861-1926) y Florencio Sánchez (1875-1910) participaron de las revoluciones saravistas. Ernesto Herrera (1889-1917), también dramaturgo, acudió, pero como periodista, al levantamiento militar de Basilio Muñoz de 1910.
Por un lado, al alejarse, Sánchez después fue "al norte y deja un libro donde cuestiona toda la barbarie, de prosa, de comentario, de los terratenientes", dice Rosencof.
Por otro lado, Herrera escribió El león ciego (1911), la primera obra que puso en escena la Comedia Nacional. "Es esa obra que termina que el caudillo blanco queda ciego en un combate", señala. Además, el personaje "está indignado porque la gente de su sector, de la ciudad, de la capital, no respondió", continúa el extupamaro.
Diego Battiste Entrevista a Mauricio Rosencof en 2017 El propio Rosencof ha plasmado en palabras su historia. Coescribió junto al "Ñato" Eleuterio Fernández Huidobro, Memorias del calabozo (1987) y en este 2023 publicó Con la raíz al hombro (Aguilar).
El libro recorre los recuerdos de Rosencof, desde su primer diálogo con Raúl Sendic, ambos cubriendo como periodistas la huelga de arroceros de 1957, hasta una escena con los dos, ya presos, limpiando el piso en el Penal de Libertad.
Con la raíz al hombro es un libro donde Rosencof reivindica la motivación política y social que tenían los tupamaros, en contraposición, advierte, con los relatos como el de Julio María Sanguinetti.
Con este propósito, el "Ruso" incluye crónicas suyas, y de Sendic, para ilustrar la pobreza del interior, desde donde los cañeros marcharon a Montevideo en 1964 liderados por el "Bebe".
En un artículo que escribió para Marcha en 1968, Rosencof describe el "norte bárbaro" donde "a un cáncer que abulta sobre el omóplato lo llaman sapo cururú y lo tratan con vencedura" y las familias "se llenan de perros que se amontonan con el guriserío, abrigándolo".
Los ministros cultos
Para el historiador Gerardo Caetano la "pluma más calificada del MLN" no es la de Rosencof, sino la de Fernández Huidobro.
"Era una fogata intelectual. Impresionante. Tiene algunos libros con los que podrás discrepar o no... Su análisis sobre el agua, predijo la crisis hídrica", dice Caetano en entrevista con El Observador.
El "Ñato" fue ministro de Defensa desde 2011 hasta su muerte en 2016, es decir, tanto en la presidencia de su "hermano" Mujica, como en la segunda de Tabaré Vázquez.
Otro ministro de Mujica y exmilitante del MLN considerado un intelectual en sus filas es Ricardo Ehrlich, que estuvo a la cabeza del Ministerio de Educación y Cultura (2010-2015). Ehrlich, "un destacado científico", es el primer nombre que se le ocurre al actual presidente del Frente Amplio (FA), Fernando Pereira, cuando se le pregunta por un intelectual presente hoy en día en la coalición de izquierda.
Ricardo Ehrlich como ministro de Educación y Cultura en 2011
Pereira destaca también la profundidad intelectual de Eduardo Bonomi (1948-2022) que fue ministro del Interior con Mujica –y luego también con Vázquez–. "La cantidad de miles de libros que había leído Bonomi a lo largo de su vida era incalculable, pasando del teatro romano, a la filosofía, a la historia, a la ciencia, al arte", dice el presidente del FA a El Observador.
Leonardo Carreño Fernando Pereira y Eduardo Bonomi: el primero era sindicalista cuando el segundo encabezaba el Ministerio de Trabajo
Bonomi también estuvo preso como tupamaro durante la dictadura. Pereira cuenta que las madres de los presos, "como no sabían por cuánto tiempo las iban a dejar ver a sus hijos, llevaban libros siempre muy voluminosos". "Eso le permitía leer sobre temas que capaz que no hubiera escogido leer", explica el expresidente del PIT-CNT.
A criterio de Pereira, con Bonomi sucede lo mismo que con Mujica, de que se subestima su nivel cultural, cuando "no hay una sola forma de leer ni un solo método para llegar al conocimiento".
Camilo dos Santos José Mujica y Lucía Topolansky llegan al velatorio de Eduardo Bonomi en la sede del MPP el 20 de febrero de 2022
Rompiendo las pelotas en el ágora
Sobre cómo funcionaba el gabinete de Mujica, con los personajes nombrados, Caetano recuerda algo que dijo Tabaré Aguerre, que fue ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, tanto con el extupamaro como con Vázquez.
"Pasé de un gabinete que era un tambo a otro gabinete que era un quirófano".
Con Mujica, los ministros se reunían todos los lunes. La primera parte era para "discutir un tema", dice Caetano. Por ejemplo, hoy en día, sería "el ataque de Israel a Gaza, la guerra de Ucrania, la economía, alguien exponía". Luego sí comentaban lo referente al gobierno.
En cambio, Vázquez miraba a un ministro y decía: "Bueno, vos, a ver qué es lo que tenés para informar". La personalidad ejecutiva y la preferencia por las reuniones cortas del dos veces presidente son aspectos que trata la nota anterior de esta serie.
Mujica, especialmente en un mundo donde la tecnología sobreestimula a sus usuarios y la necesidad de productividad deja pocos espacios vacíos, reivindica "tener tiempo al pedo" y "boludear".
"El pensamiento más o menos abstracto en general poco tiene que ver con la productividad", sostiene. El expresidente piensa en la Antigua Grecia:
"Se pasaban rompiendo las pelotas, conversando y discutiendo en el ágora. Y son los inventores de casi todos los fundamentos de nuestra civilización. Crearon una forma de enseñanza peripatética, caminando, boludeando abajo de los árboles y conversando. Hicieron el fundamento del teatro, de la cultura, de la comedia, de la filosofía, de cantidad de cosas".
El que cita sin citar
Ese estilo de Mujica, diferente al que se asocia comúnmente con el de un intelectual, se refleja en la definición que hace Sanguinetti de él: "Mujica es inclasificable, porque es un pensador popular, de tipo Martín Fierro".
Caetano, por su parte, dice que Mujica "nunca se autodefiniría como un intelectual".
José Mujica como presidente de la República "Él dice: 'yo soy un agricultor'. Y es muy interesante porque sus reflexiones son las de un agricultor. La biología es muy importante para él. Incluso en las metáforas, sobre todo en los últimos tiempos, habla de los bichitos, y logra síntesis impresionantes. Y luego su manera de pensar la política no es modélica. No es que te arma un modelo y después lo aplica. Es ensayo y error. Ensayo y error. Ensayo y error".
El historiador destaca el diálogo que ha tenido el expresidente con intelectuales "no solamente del Uruguay, del mundo", como con el israelí Yuval Noah Harari o Noam Chomsky.
Rosencof, Mauricio. "Con la raíz al hombro" (Aguilar, 2023) José "Pepe" Mujica y Mauricio Rosencof en la sede central del PIT-CNT en el homenaje a Raúl "Bebe" Sendic, a 30 años de su desaparición física (2019) A diferencia de Sanguinetti o Luis Alberto Lacalle Herrera, Mujica no ha escrito libros.
"Soy un poeta frustrado. Siempre me gustó trabajar con las palabras", dijo a los periodistas Andrés Danza y Ernesto Tulbovitz para el libro Una oveja negra al poder (Sudamericana, 2015).
Sin embargo, Rosencof dice que Mujica "tiene su cuadernito".
De esa poca pretensión del "Pepe" –con quien el "Ruso" y el "Ñato" estuvieron bajo tierra 12 años sin verse, sin poder hablar, "reinventando el morse y hablando a través de los muros"– Rosencof señala un aspecto más. Mujica incluye poesía en su oratoria, pero no la explicita.
"Somos de la época de la Guerra Civil española. Y bueno, dos por tres te anda citando a (Antonio) Machado. Aunque no da el nombre, pero es Machado. Y bueno, está bien. Es bueno eso".
forma parte de la serie Presidentes e intelectuales: las mentes que dejaron huella en los mayores líderes uruguayos. Todos los contenidos, acá.