El sindicato de la bebida y la FNC aplazaron la negociación para el reingreso de cinco empleados, que esperarán una "solución final" en seguro de paro
Planta de FNC en Minas retomará la actividad este lunes
Foto: Inés GuimaraensEste lunes reabrirá la planta de Fábricas Nacionales de Cerveza (FNC) de Minas, tres meses después de que se decidiera su cierre por los costos operativos de producción y la llegada de cervezas de bajo costo desde el extranjero.
La reapertura estaba prevista para este lunes, pero se había frustrado por diferencias entre la empresa y el sindicato por el personal que debía retomar las tareas, entre los que había trabajadores sancionados.
Ese día, FNC indicó que la puesta en marcha había quedado en suspenso ante “el desacuerdo de la compañía y la posición del gremio de que se de prioridad entre los trabajadores que retornan a las tareas a colaboradores con sanciones disciplinarias”. Sin embargo, tras algunas reuniones en la planta minuana realizadas la semana pasada, se alcanzó un acuerdo para el retorno de las actividades.
El presidente de la Federación de Obreros y Empleados de la Bebida (FOEB), Fernando Ferreira, informó a El Observador que para acordar la apertura de la planta se aplazó la negociación para el ingreso de cinco trabajadores de la planta.
"Quedó para discutir más adelante. Los compañeros estarán en seguro de paro a la expectativa de una solución final", marcó el sindicalista.
Las partes acordaron, en principio, el retorno de 59 de los 98 empleados de la fábrica, como propusieron en junio los ministerios de Economía, Industria, Trabajo y Ambiente.
De estos empleados, 30 volverán este lunes, para realizar las tareas de mantenimiento necesarias para que la planta vuelva a estar operativa.
Según Ferreira, estos trabajos demorarán una semana, e implicarán la "limpieza" del lugar y el "mantenimiento de las máquinas". Luego de culminadas estas labores, retomarán sus tareas los restantes 29 empleados.
FOEB destacó en un comunicado la "anhelada" reapertura de la planta de Minas tras "muchos meses de negociación", y destacó que con esto se cumple el objetivo de que las plantas de Montevideo y Minas estén "operativas", como lo plantearon en su última asamblea general nacional en abril.
"La reapertura no hubiera sido posible sin la lucha de nuestro sindicato utilizando todas las herramientas que estuvieron a su alcance", destacaron desde el sindicato, y recordaron su movilización en Minas del 15 de mayo y la huelga realizada en la planta de Montevideo.
"Es el momento del retorno a la fábrica, del reencuentro de los trabajadores, el momento de mantener en alto la dignidad de haber estado a la altura de lo que la situación ameritaba", concluyeron desde la federación.
El anuncio del cierre de Minas colocó al gobierno en una posición complicada. Por un lado tuvo la intención de mantener los puestos de trabajo en una industria emblemática del departamento. Pero el hecho de colaborar con una multinacional sin problemas económicos visibles generaba dudas en algunos actores del Poder Ejecutivo. Eso quedo evidenciando en una comparecencia de la ministra de Industria, Elisa Facio, ante una comisión legislativa.
Durante las negociaciones con el gobierno FNC desplegó un abanico de situaciones que dificultaban la continuidad de sus dos unidades productivas: la de Montevideo y la de Minas. Allí resaltaron la competencia desigual con las latas importadas, las cargas laborales, la cantidad de trabajadores y la presión impositiva.
La industria nacional de cerveza enfrenta dificultades ante el fuerte ingreso de marcas importadas a precios bajos. Si bien el consumo no se redujo, la producción local pierde espacio ante el producto que consiguen grandes mayoristas en Brasil y Argentina.
Según el sindicato, hay unos 20 millones de litros de cerveza de producción externa que ingresan desde Argentina y Brasil, y que compiten directamente con la mano de obra nacional. El mercado “está siendo invadido por latas importadas”, remarcaron tiempo atrás en el Parlamento.
El gobierno sabía que el balance de la compañía cerrado a 2022 había registrado ganancias por US$ 16 millones y cuando las negociaciones avanzaban conoció el resultado de 2023 que mostró una ganancia de US$ 8 millones.
“Lo que creo es que, de alguna manera, la empresa utilizó al gobierno como consultoría”·, expresó Facio. Fundamentó el concepto en el hecho que la empresa tenía a disposición a cuatro representantes del Poder Ejecutivo –las ministras de Economía y de Industria y los titulares de Trabajo y de Ambiente- buscando una solución.
“Vino con un problema –porque no entiende que una empresa privada tendría que resolver sus problemas con su propio personal- y la realidad es que tenía a cuatro ministros mirándole los números para ver cómo los podía mejorar”, afirmó la ministra.