El arborista perteneciente a la Asociación Uruguaya de Arboricultura, La Casa del Arborista, y director de ProArbol, Andrés Vernengo, reveló en diálogo con El Observador, que se han logrado "avances significativos" en la "lucha" contra el picudo rojo, tras "hito clave" en la ciudad de Joaquín Suárez, en Canelones.
Según dijo el experto, gracias a la "implementación de una técnica innovadora", a la "optimización de los químicos" y la aplicación de dosis de insecticidas se logró un control "del 100% de efectividad en el tratamiento de 70 palmeras" Phoenix canariensis durante los últimos dos años.
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Foto cedida a El Observador
"Este logro es el resultado de la implementación de una combinación de técnicas modernas de endoterapia por inyección, duchas foliares, la optimización de las dosis de los químicos aprobados por el MGAP y un trabajo de mejoramiento general del vigor y salud de las palmeras para constituir lo que llamamos un plan de manejo integrado", dijo Vernengo en conversación con El Observador.
En este marco, el arborista remarcó que uno de los "principales obstáculos" que han enfrentado desde la llegada del picudo fue la "falta de químicos especialmente diseñados para uso en técnicas de endoterapia". "Las opciones de químicos disponibles en Uruguay son todas formulaciones para uso agrícola, donde se aplican en concentraciones muy diferentes a las requeridas para ser inyectadas al sistema vascular de las palmeras", especificó el experto.
Este "problema", sostiene el experto, lo evidenciaron "más notoriamente" en los sistemas de "dosificación por gravedad que emplean cánulas (tubos cortos)" donde el químico puede pasar horas dentro de la cavidad de las palmeras y en ese tiempo ocurren "precipitaciones del principal activo, bloqueo de los vasos de trasporte de agua, eventual necrosis de los tejidos y reducción significativa de la efectividad de los tratamientos a mediano y largo plazo".
Además, según especificó, una vez que los vasos que trasportan el agua, nutrientes y savia se dañan, "dejan de ser funcionales".
Vernengo comentó que optaron por utilizar un sistema de endoterapia que preserva la integridad de los vasos "encargados de transportar el insecticida hacia la corona foliar" de las palmeras. Este innovadora estrategia resultó en "un notable aumento en la velocidad de absorción del químico, evitando su precipitación y logrando una efectividad significativamente mayor en los tratamientos".
El sistema empleado consiste en el uso de agujas "milimétricas" las cuales permiten inyectar la solución de "insecticida" directamente en el "parénquima" -tejido que rodea los vasos-, donde la palmera almacena agua y carbohidratos, evitando así "cualquier daño a los vasos conductores". "Este método reduce en un 80% el impacto sobre los tejidos de la palmera, minimizando el daño y mejorando la eficiencia del tratamiento en comparación con otros sistemas de endoterapia", sostuvo el experto.
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Foto cedida a El Observador
"Además de la adopción progresiva de estas nuevas técnicas en varios departamentos del país, continuamos avanzando en los ensayos con el nanoinsecticida PTWK, un producto ecológico con un gran potencial tanto para el control efectivo como para su acción repelente. Este enfoque promete ser una herramienta clave en la lucha sostenible contra el picudo rojo y otras plagas que a fectan cultivos frutícolas", dijo Vernengo a El Observador.
El picudo rojo
El escarabajo, llamado científicamente como Rhynchophorus ferrugineus Olivier, fue identificado en Uruguay en marzo del 2022 en el parque Quinta de Capurro mientras estaba matando a unas palmeras Phoenis Canariensis según informó en su tiempo la Intendencia de Canelones. Posteriormente y durante todo el año mató a un total de 160 palmeras en Canelones.
El insecto es una plaga que se desarrolla en el interior de la palmera, pudiendo coexistir al mismo tiempo sus cuatro estados: huevo, larva, pupa y adulto.
Las hembras fecundadas pueden llegar a poner ente 250 y 400 huevos en los tejidos blandos de la palmera -heridas recientes y zonas de crecimiento. Cuando las larvas emergen, comienzan a alimentarse del tejido blando de las palmeras, moviéndose hacia el interior de ésta, dejando un túnel lleno de excrementos y restos de la planta, matándola lentamente.