El Partido Socialista tendrá dentro de dos fines de semana su 51° Congreso Ordinario para decidir su impronta y su nueva dirección para los próximos tres años. Por primera vez en seis años va a cambiar el secretario general, con Gonzalo Civila sin posibilidad de reelección y abocado al Ministerio de Desarrollo Social (Mides).
Como en cada Congreso, los titulares de las distintas secretarías del partido bajaron a la estructura sus rendiciones de cuentas, mientras que los centros socialistas enviaron sus comentarios. Civila reivindicó haber culminado un período con “finanzas saneadas” pero con “una estructura que necesita repensarse y fortalecerse”, y reconoció “dificultades para coordinar y hacer crecer” la “presencia” de los socialistas “en los movimientos sociales”.
El ahora ministro refirió a “una línea y posicionamiento político claro”, aunque “con dificultades organizacionales para traducir esa línea en una praxis política consecuente, colectiva, organizada y relevante desde el punto de vista de su adhesión en la sociedad”.
El diagnóstico de todos los documentos, a los que accedió El Observador, no obvió que el Partido Socialista afronta su peor representación parlamentaria desde el retorno a la democracia, que busca dejar atrás una interna convulsionada que propició renuncias de importantes cuadros y que consolidó un giro ideológico que a menudo lo deja en minoría dentro del Frente Amplio.
20250422 Gonzalo Civila
Foto: Inés Guimaraens
Civila, quien valoró los esfuerzos realizados en este período para cerrar heridas en la interna, citó en su informe una editorial del diario El Sol del año 1959 para reforzar su idea de que la línea política clara no se está traduciendo en votos y movilización, y escribió: “Pasar de las palabras a las acciones supone también superar el individualismo y la comodidad en nuestras propias prácticas militantes, evitando la tentación de la ‘militancia a medida’”.
“Mayoría abrumadora del MPP”
El ministro consignó el escenario de “retroceso electoral sistemático iniciado en la elección del año 2004” y que no lograron “detener ese declive” al perder todas sus diputaciones y solo sostener una banca en el Senado. Con 58 mil votos para la lista 90, en octubre fueron decisivas las adhesiones de sus socios de sublema para no quedar fuera de esa Cámara, con más de 10 mil votos aportados por las 52 hojas de votación abiertas por el sector Brazo Libertador.
Uno de los documentos para el Congreso, redactado por el centro socialista Ernesto de los Campos, reprochó esa estrategia conocida en la jerga política como de “colectoras”. “Se nos ve como el palo en la rueda, sin capacidad de diálogo y de contribución a la síntesis política e incluso como un Partido que apeló – desconociendo a la dirección Partidaria – a la estrategia de las llamadas “colectoras” para retener su banca en el Senado”.
Pero Civila también remarcó que “el retroceso electoral de otras corrientes históricas del Frente Amplio” en las elecciones nacionales “fue similar o incluso en términos relativos más pronunciado que el del Partido Socialista".
Un cuadro elaborado por la Secretaría de Relaciones Nacionales recopiló que mientras la votación de los “latas” cayó un 18% respecto a 2019, también la lista del Partido Comunista bajó un 17%, al tiempo que los Seregnistas de Mario Bergara decrecieron casi un 45% en comparación a su desempeño en las anteriores elecciones.
El MPP fue en ese sentido el gran ganador, con una amplia mayoría en la bancada frenteamplista. Tal como consignó Búsqueda, un documento disparador de los socialistas sostuvo que ese “crecimiento notable no fue casual ni meramente estructural”, sino que “se explica en buena medida por la centralidad política, simbólica y mediática de la figura de José Mujica”.
El informe de la Secretaría de Relaciones Nacionales –responsable de los vínculos dentro del Frente Amplio– llamó a una “reflexión profunda sobre el comportamiento de la ciudadanía” y “cómo incide” en un “partido de ideas” como el suyo. “La nueva correlación de fuerzas, con una mayoría abrumadora del MPP y una baja generalizada en la votación del resto de los sectores, nos exige realizar una caracterización correcta de la etapa (...) así como una evaluación de cuánto influirá esta situación tanto para este período de gobierno como en el futuro de la izquierda”.
“Hay diálogo social porque hubo plebiscito”
Los socialistas fueron pioneros en el polémico plebiscito de la seguridad social resistido incluso por Yamandú Orsi como candidato y por buena parte de los jerarcas que hoy están en el gobierno. Pero lejos de dejarlo atrás, los dirigentes del partido reivindicaron el camino recorrido, a tal punto que la Secretaría de Movilización Social y Cultural –responsable del trabajo en sindicatos y otras organizaciones– lo resaltó como su “mayor logro”.
“Si bien fracasamos en el intento de que el Frente Amplio acompañara la iniciativa, razón fundamental que justifica la derrota en las urnas, estamos convencidos de haber hecho lo que debíamos hacer, y también estamos convencidos que, de no haber impulsado el plebiscito, el Frente Amplio no se hubiese comprometido a llevar adelante el diálogo social”, escribió el titular de esa Secretaría, Gerardo Rodríguez.
“Hoy hay diálogo social para construir otro sistema de seguridad social, PORQUE HUBO PLEBISCITO (con el apoyo de casi 1 millón de uruguayos y uruguayas)”, enfatizó en mayúsculas.
El dirigente de la Federación Ancap refirió a una “desobediencia de la base del FA al votar casi un 65% el Sí” y promovió buscar “una consolidación de la movilización y los alineamientos surgidos con la oposición” tanto a esa reforma como a la LUC –para la que consideró que la participación del Frente en 2021 fue “tardía” y que rompió “la unidad de la Intersocial” al impugnar solo 135 artículos y no toda la ley–.
Rodríguez –cuyo informe validó Civila en su documento– hizo su mayor autocrítica en el fracaso por consolidar una corriente socialista a nivel del PIT-CNT. El dirigente cuestionó que hay una “escasísima militancia sindical y/o cooperativa activa”, lo que es una “debilidad enorme en el fortalecimiento del partido y su raigambre en la clase trabajadora”.
“Para quienes nos consideramos socialistas revolucionarios y revolucionarias, no es admisible no militar en alguna organización social, sin embargo, esto es algo cada vez más habitual, llegando a extremos de escasa o casi nula participación”, escribió en otro pasaje y llamó a “volver a dotar de reflejos de lucha al Partido Socialista” como organización que “acompañe las luchas” y “se integre a las mismas”.
En su documento como secretario general, el ministro Civila planteó en este sentido que conviven históricamente “con el desafío complejo de armonizar su condición de partido con vocación de gobierno (...) con sus reflejos de lucha social y sus objetivos finalistas”.
Senado/ Ley de caja de profesionales/Constanza Moreira
Foto: Leonardo Carreño
Alejamiento de Constanza Moreira “golpeó bastante el ánimo”
Los dirigentes del PS también reconocieron un debilitamiento de la corriente “Izquierda y Libertad” creada en el seno del Frente Amplio junto a Casa Grande, el PVP, la 5005 y otras agrupaciones. Civila, de todos modos, llamó a “perseverar” en esa “construcción que permita expresar en pluralidad una mirada imprescindible para la izquierda”, dado también “el interés que despertó en personas no sectorizadas” en un inicio.
La Secretaría de Relaciones Nacionales –encabezada por Daniela Brandon– recordó que hicieron “los máximos esfuerzos” para comparecer juntos en las elecciones como Izquierda y Libertad, pero que eso en parte se frustró cuando Constanza Moreira aceptó secundar a Óscar Andrade como candidata al Senado por la 1001. Brandon consideró que “si bien no salió formalmente de la corriente, por la vía de los hechos lo hizo al aceptar la propuesta del Partido Comunista”, lo que “golpeó bastante el ánimo y la militancia de Izquierda y Libertad”.