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14 de noviembre 2024 - 5:25hs

Se fue de su casa a los 17 años para vivir en una pensión y la relación con su padre la marco duramente. En una charla con Alejandro Fantino, la empresaria del transporte Virginia Staricco exorciza sus peores fantasmas y aterriza en una realidad que, dice, la encuentra feliz luego de tantos padecimientos.

Alejandro Fantino: Vir, primero gracias por venir a charlar aquí, a charlar, porque esto no es entrevista, es charla. Es verdad. Es el estadio superior de la entrevista, de la conversación. Pasa que para conversar tiene que haber dos o más.

Virginia Staricco: Y personas que se conectan.

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AF: Se te nota una mujer hiperrealizada, ¿puede ser?

VS: Es verdad, y es porque logré lo que creo que cualquier persona quiere lograr: ser feliz. Logré ir concluyendo cada uno de los sueños que tuve desde que era chica y eso me permitió estar feliz, que es la gran meta que siempre tuve.

AF: Sabés que la felicidad se descubre por contrastes. Y hay un estado que los griegos le llamaban ataraxia, que es el estado de la mente en blanco y también le llamaban felicidad. Es difícil encontrar todo el tiempo la felicidad. Vos podés tener un estado permanente de bienestar o de sentirte realizado, pero feliz, feliz es esporádico. ¿Lo tuyo es así o has encontrado cierta estabilidad en la felicidad?

VS: Creo que en el camino de la vida hay de las dos cosas: momentos en el que uno ve el piso, momentos en el que se levanta y logra esa felicidad que desea, pero es el proceso del camino de la vida. Sin duda que en ese proceso uno siente y vive todas esas cosas a medida que también evoluciona, crece y madura. Cuando era chica viví un montón de situaciones…

AF: Me siento un poco identificado con tu historia de vida, porque vos te fuiste de tu casa a los 17 años. Yo me fui al liceo militar a los 16, ¿vos a dónde fuiste?

VS: Me fui a vivir en una pensión. El primer cuarto que había disponible cuando llegué, era una casa antigua en la calle La Paz, que no tenía ventanas, y yo venía de criarme primero con mi abuela cuando me sacaron de la casa de mi abuela materna, que era una chacra bastante humilde.

Ciclo Diálogos en Montevideo de Fantino. Entrevista a Virginia Staricco.

AF: Necesito entender algo de tu historia personal, porque ahora sos una mujer exitosa, tenés una empresa con mucho éxito, has generado un ambiente de trabajo donde buscas paridad de género, de igualdad y darle oportunidades a todo el mundo y en un ambiente recontra machista. Pero contame de tu vida de chiquitita, ¿te criaste en la casa de tu papá y tu mamá?

VS: Mi madre tuvo una relación con mi padre que no fue una relación seria y quedó embarazada. Mi madre con 18 años, mi padre nunca quiso ese embarazo. Mi madre, una mujer bastante fuerte de carácter, decidió seguir adelante. Ella dice que escuchaba canciones de Miguel Hernández y se tocaba el vientre y eso le daba fuerza. La familia de mi padre, es una familia católica, una familia que impulsa todo lo que es la familia y el bienestar, le dijo a mi padre que se hiciera cargo. Mi madre enseguida quedó embarazada de mi hermano a los 15 meses, pero volvió a hacer lo mismo. Mi padre es un hombre bastante difícil. Y nos abandonó.

AF: Se va tu papá, ¿llegaron a convivir con tu mamá?

VS: Nunca convivieron en realidad. Ahí mi madre no tenía donde ir, no tenía trabajo, y nos fuimos a vivir a la casa de mi abuela materna. Mi mamá es hija de 11 hermanos en total, y ahí, bueno, una pobreza bastante difícil. Mi mamá pesaba 45 kilos, caminaba un kilómetro para dejarnos en una casa que hasta el día de hoy me acuerdo que había un parral. Odiaba entrar ahí.

AF: Te hago una pregunta, ¿volviste a la casa?

VS: No volví más.

AF: ¿No podés volver o no querés volver?

VS: Justo hablaba con las chicas de que estoy en un momento de la vida como que estoy como empezando a recordar. Por mucho tiempo me puse una máscara para poder seguir y no pensar en todas esas cosas y poder crecer. Si uno se baja o se pone sentimental, lamentablemente no tendrá la fuerza y la garra para afrontar la vida y poder crecer.

AF: ¿Cómo siguió?

VS: Ahí mi tía nos viene a ver, la hermana de mi padre, y ve en qué situación estábamos y le pide a mi madre que nos mudemos con ellos. Mi madre es una mujer rebelde, revolucionaria, de izquierda, la familia de mi padre es todo lo contrario y mi madre por nosotros bajó la cabeza y se fue. Eso para mí fue un antes y un después.

AF: Te hago una pregunta, ¿vive tu mamá?

VS: Sí, mi madre es re joven, tiene 66 años. Esa decisión de mi madre sin duda cambió nuestras vidas. Si ella no se hubiera comido su orgullo, que de hecho lo tiene bastante, la realidad nuestra hubiera sido la de muchos primos que terminaron, algunos, pidiendo en los semáforos. Entonces fuimos a vivir una casa en frente a la Rambla, nos pudimos pagar un colegio privado y bueno, y mi madre hasta que tuve 12 años, bancó esa situación que fue difícil.

AF: ¿Por qué fue difícil?

VS: Con mi padre, mi padre fue un tipo violento. Cada vez que aparecía era para hacer problemas. O iba y tenía acciones violentas con mi madre o la amenazaba con sacarnos.

AF: ¿Vive tu papá?

VS: Vive.

AF: Y aparecía tu papá, pero no había conexión y era como una especie de rechazo de parte de ustedes.

VS: Al contrario, yo busqué a mi padre hasta que tuve 18 años, desesperadamente quería que me quisiera. Pero mi padre nos decía un Día del niño “los paso a buscar” y pasábamos el día entero en la ventana y nunca aparecía. Situaciones de esas fueron un montón.

A mi hermano lo afectó en su seguridad. Mi hermano es una persona que hasta hoy no pudo lograr tener una pareja. Y a mí me afectó también. El hombre para mí es protección, el hombre para mí es ese resguardo, enfrentar esa fortaleza que una mujer necesita tener sintiendo que un padre te cuida.

AF: ¿Formaste pareja?

VS: Formé pareja, pero siempre las parejas tuvieron más relación a ser un padre que a tener una pareja. Tuve 15 años con un hombre que me llevaba 24 años y creo que lo que buscaba era eso. No fue amor, no fue estar enamorada.

AF: ¿Y tuviste hijos?

VS: Tengo tres hijos, tengo un hijo de 22, una hija de 20 y una que hoy está cumpliendo 14 años.

AF : Lo sublimaste al revés, hay algunos que repiten y hay otros que corrigen, vos corregiste. Yo intento ser madre y padre, intento cumplir esos roles, intento darles oportunidades, intento mostrarles que la vida es dura, a mí me tocó vivir la vida muy dura, pero también por otro lado todo eso que me tocó vivir me hizo también quien soy ahora.

VS: Todo lo que me dieron intento compensarlo. Yo llevaba a mis hijos y estaban los camioneros en el lugar donde iban no había sala de lactancia en ese momento y me ponía delante de ellos sentada en un escritorio vidriado y les daba de mamar ahí. Lo primero que hice cuando pude, fue armar una sala de lactancia. Iba a las reuniones con mis hijos en el carrito y el primer zapallo se los di en la empresa. Intentaba cumplir todos los roles, la verdad que seguramente tengo mil carencias en todo, pero intenté respetarme con lo que quería: emprender, ser madre, ser mujer, estar bien, intentar ser toda la vez.

AF: Hay una frase hermosa que es de Sartre que es “un hombre es lo que hace con lo que hicieron de él”. O sea cada uno hace con lo que hicieron de uno su propia vida. Hay gente que se enoja con lo que hicieron con uno, hay gente que no perdona, podés no perdonar y también salir adelante. Pero vos has generado con lo que hicieron con vos una cosa extremadamente luminosa.

VS: Comparto contigo esa palabra del perdón que hablábamos fuera de cámaras. Hay cosas que no sé si puedo perdonar, pero sí que quiero sanar, porque si no las sanás no podés seguir.

AF: Mira qué diferencia. No sabés si las podés perdonar, pero querés sanar.

VS: Necesito sanar, necesito como cerrar esas etapas como la de mi padre, que fue una etapa que me marcó y que fue dura y siento que me sigue marcando hasta el día de hoy. Necesito cerrar ese capítulo y volver bien conmigo.

AF: Perdón Vir, yo no soy psicoanalista, pero... hay una terminología freudiana que es compulsión a la repetición. Es la búsqueda de la repetición de lo que te hace mal. Esa pulsión de muerte que habla Freud, y uno tiene compulsión a la repetición de lo que hace mal. Uno busca, busca lo que le hace mal. Inconscientemente obvio. Entonces, todo lo que viste con tu papá y te acercaste a un padre de tus dos hijos que tenía algunos rasgos, podríamos decir, parecidos a tu padre biológico.

VS: No, él me llamó llorando y me contó lo que pasaba y estaba mal. En realidad él sufrió mucho nuestra separación y todavía eso de mi padre empeoró toda la situación. Me quedé con mis hijos que la única fuerza que tenía era para darle una mamadera a la hora de dormir y no me podía levantar.

AF: Se hace enorme la historia. Todo lo que me contás, imaginate que hace años que entrevisto, que charlo, y no puedo salir de acá porque me parece tan trascendente, tan poderoso, tan grosso lo que te pasó. Es impresionante lo que ha logrado vivir.

VS: Pienso que hay dos formas, sobrevivir o vivir. Sobrevivir o vivir. Yo no quiero sobrevivir, pasar por este mundo y flotar. Yo quiero hacer cambios, quiero mejorar mi versión, construirme. Yo soy hija de la oportunidad.

Cuando yo fui con 17 años a esa pensión empecé una relación. Obviamente cuando vos estás mal todo lo que te rodea está mal, es tóxico. O sea, son cosas que vos a medida que vas estando mejor con vos misma te vas rodeando de gente que te va construyendo cosas positivas pero tenés que salir de ese lugar. Yo elegí una relación tóxica donde recibí la primera piña literal, sufrí violencia de género durante mucho tiempo y no podía salir. Iba machuconeada a la casa de mi madre. Mi madre me dejaba solamente comer si iba a la casa de ella pero no me dejaba llevar la comida a la pensión porque quería que yo me fuera de ahí.

Yo no quería volver a una casa donde costaba pagar la luz, costaba pagar el agua, eran todas discusiones económicas, o sea, prefería comerme lo que me estaba comiendo a volver a ese lugar y empezar a construir de cero ese camino. Me costó casi dos años y medio poder tomar la decisión. Pero mientras tanto iba creciendo a nivel laboral.

AF: Siempre una historia como la tuya tiene que abrir ventanas y tiene que hacerle entrar aire a muchas mujeres que puedan estar viviendo lo que vos viviste. ¿Cómo sale de la espiral de la violencia de género? ¿Cómo cortaste eso?

VS: No naturalizando. El primer golpe era “perdón” y lloraba, “no lo quise hacer”. Segundo golpe empezás a ver que es algo que ya se vuelve cotidiano y no lo podés naturalizar. Vos tenés que saber cuál es tu lugar y respetarte. Es una construcción de tu propia fortaleza y eso es un proceso. Fueron dos años y medio. Aparte no me dejaba salir a trabajar, estaba controlándome todo el tiempo. Si hacía algo que no le gustaba, era una cachetada, era una piña.

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AF: ¿Cómo es que no te dejaba?

VS: No me paraba igual, o sea, lo enfrentaba. Y enfrentar terminaba en eso. A mí nunca me paró nada. No me paró irme con una mochila, ir a comer galletita con mayonesa, como comí un mes. Y nada me paró. Yo siempre voy atrás de mis objetivos. No me importa con las dificultades que esté.

AF: ¿Cómo empezó tu empresa?

VS: Yo empecé a trabajar con mi papá, en la empresa de mi papá y de mi tío. Yo vivía con mi tío también que era socio de mi padre. A los 17 empecé a trabajar pero mi padre no me pagaba. No me daba una oportunidad, me ninguneaba y eso en un momento tampoco lo soporté más. Y me fui a trabajar en los free shop del aeropuerto, trabajé cortando fiambre, haciendo pan, pero siempre veía que donde iba escalaba. Si entraba haciendo pan, terminaba encargada del supermercado.

AF: Eras como un tenista que se anotaba en un torneo, primera ronda y terminaba en la semifinal o en la final. Y ya te daba señales la vida de que estabas hecha para algo grande.

VS: Era actitud, era querer, era hambre. Hablábamos ahora con las chicas, yo tenía hambre. Quería salir de donde estaba a lo que fuese. Y ahí era, no me importaba lo que me hicieran, seguí, me levantaba y seguía. En un momento terminé como encargada en una tienda. Ya económicamente estaba bien y ahí me tomo un avión para Brasil para vacacionar con el que era el papá de mis hijos y voy a visitar a mi papá, que tenía una empresa de transporte entre los tres países Argentina, Uruguay y Brasil. Lo voy a ver, él me ve diferente y me dice: “tengo un gerente en Argentina que me está robando”, y me dijo que me encargara de Argentina y me fui a vivir allí.

AF: ¿A dónde caíste a vivir?

VS: Caí en pleno microcentro. Vivía en un apartamento mirando hacia un pozo.

AF: ¿Cuánto te quedaste ahí?

VS: Hasta el 2001 porque nació mi hijo en el año 2002.

AF: ¿Estuviste en el estallido allá?

VS: Estuve en el estallido, y aparte en pleno microcentro, donde rompían todo con martillos. Pero aprendí mucho. La verdad que todo lo que sé de logística lo aprendí porque los argentinos tienen esa dinámica de que tenés que sobrevivir. Desde que llegué me jodió desde el contador hasta el abogado, el dentista, todo.

AF: Es muy triste decirlo pero en argentina te convertís en un vietnamita del Vietcong en la selva.

VS: Mi papá me dio 200 pesos argentinos cuando estaba uno a uno para que yo me arreglara. Llegué y me fui a comer a un bar y vino una mujer y me ofreció perfumes para vender que valían un dólar. Entonces le digo tengo solo 100 y me dice: “tomá te dejo la bolsa de perfumes que ya vengo y te traigo el vuelto”. Nunca volvió. O sea, me tuve que comer con esos 100 pesos las otras semanas muerta de hambre porque no me alcanzaba para nada y no le iba a decir a mi padre. Así empecé a aprender lo que era Argentina y cómo me tenía que cuidar.

AF: ¿Volvés acá y ahí empieza el renacer?

VS: Vuelvo en el 2002, mi padre me ofrece la gerencia de Uruguay, ahí ya comercialmente ya estaba despegada. Empecé a traer oportunidades y la empresa de mi padre me quedaba chica entonces voy a buscar un socio. También ya empiezo a tener problemas en mi matrimonio, en el segundo embarazo, la pasé muy mal. Sabía que no era donde quería estar, ese embarazo fue muy triste para mí porque venía mi hija que la amo, pero era una situación que tenía que resolver y me costó mucho ese divorcio. Encaro la gerencia en Uruguay y empiezo a buscar ese socio y conozco a quien fue mi socio después: Emilio, que es el papá de mi hija. Cuando me separo, mi esposo era el testaferro de mi tío, que se estaban peleando con mi padre y se estaban robando entre sí. Entonces mi tío viene me dice: “mira Virginia, yo lo lamento, pero te tengo que sacar de la empresa porque no quiero tener problemas con Juan, así que te tenés que ir”. Me quedé en la calle.

AF:¿Pensaste en escribir tu historia?

VS: Todo el mundo me dice "escribí un libro". Me fui con Franco que tenía dos años y Camila uno, no tenía nada. Mi mamá se había ido a vivir a España, estaba sola, sin familia.

Ahí entré en una depresión que no me podía levantar. Ya te digo esa fue la época que a mis hijos le daba una mema y nada más. Vivía deprimida, no sabía qué hacer y viene Emilio y me dice: “mirá yo no te puedo ver así , andate con tu madre a España, pensá y cuando vengas vemos qué hacemos”. Y me fui tres meses a España. Pero no la pasé bien. Quería trabajar. Me gastaba todas las monedas para llamar a Emilio y decirle que quería volver. Cuando volví me llevó a la pasiva de Ciudad Vieja. Entonces me dijo: “mirá, no sé qué hacer contigo, te doy tres camiones, lo que tengo en Argentina, alquilate una casa y empezá a hacer algo con los camiones”. Y me alquiló una pocilga ahí en Carrasco, puse una mesa de plástico y empecé a llamar para hacer clientes para esos tres camiones.

Mi primer cliente fue Coca-Cola y ahí nace Mirtrans, la que después se volvió la empresa más grande de logística a Uruguay.

AF: Andá despacio. ¿En cuánto tiempo se vuelve la empresa más grande de logística?

VS: Al año ya tenía trabajo para los 40 camiones, después compramos un predio para hacer 14.000 m2 de logística.

AF: ¿Y hoy cuántos tienen?

VS: Llegamos a tener 300 camiones y más 20.000 metros de depósito y además de una inversión de casi 20 millones de dólares. Estuvimos a punto de comprar un barco y todo.

AF: ¿Ahí ya salió el sol del todo?

VS: En la parte empresarial sin duda que toqué el cielo con las manos porque logré hacer todo lo que quería. Pero en esa construcción de esa empresa quien era mi pareja no terminaba de darme las acciones de la empresa, siempre me decía: “después, después”. Pasaron 15 años.

En realidad yo ya no quería más nada con la relación: 24 años de diferencia y todo eso pero la empresa era super top y él me tenía agarrada con eso. Si me daba la sociedad, yo podía volar sola y él no quería que eso pasara. Me di cuenta que ya esa parte de necesitar lo paternal no era lo que quería, necesitaba crecer. A él no le gustó mi crecimiento, me empezó a poner un chofer para ir a las reuniones y empezaron a pasar un montón de cosas que me oprimían de vuelta como persona me bajaban, no me elevaban. Ahí le pido separarme y empieza el caos. Me llena de juicios, no me daba las empresas, no valorizó mi trabajo, denunció a mi familia, hizo de todo a mis hijos o sea, pasaron un montón de cosas.

AF: Cuando saliste de eso, ¿dónde terminaste?

VS: ¿Sabés lo que me pasó ahí? Vinieron un montón de buitres a querer sacarme todo, a decirme que me querían apoyar y sacarme las cosas, a estar tan mareada de no entender cuál era el camino que correspondía hacer. Estaba entre el dolor de que el padre de mi hija me hiciera eso, etc.

AF: Ahora me gustaría hacerte una pregunta. Porque te había pasado con tu papá biológico, ¿vos no te dabas cuenta que sobre este tipo de relaciones tóxicas? O sea como una especie de necesidad de la toxicidad inconsciente o no consciente. Que quede claro esto porque no es que uno pueda salir fácilmente.

VS: Yo era responsable de mis hijos, económicamente. Salir de ahí también significaba postergarles su educación, postergarles su lugar, no era una decisión mía sola.

AF: Tu empresa actual, ¿cómo se llama?

VS: Mitrtrans, Bueno, ahora después de ese proceso me asocié con una persona que me hizo ver las cosas de otra manera. Primero, pensando en que hay un camino a hacer las cosas diferente. Vibra muy bien. Sí, vibra bien. Vibra bien porque vibra, primero como ser humano. Si hay algo que me enseñó la vida, que los negocios se hacen con personas y no se hacen por el simple hecho de generar dinero. No construiría nunca más nada si no lo hago al lado de personas sanas y que me quieran.

AF: Si alguien te trajera un negocio sabiendo que el tipo es garca o malo con la posibilidad de ganar 30 millones de dólares ¿no lo harías?

VS: No lo haría. Hoy la plata o toda esa hambre que quería de lograr cosas materiales ya no me importan. Hoy me importan mis desafíos personales, crecer, aportar algo a la sociedad, aportar algo a mis hijos como experiencia.

AF: Veo que en tu empresa le das oportunidades o igualás a las mujeres con los hombres, o sea, las mujeres manejan grúas, camiones. Además tenés un trabajo social.

VS: En Mirtrans se hizo una fundación que lo primero que quería era que no pasara lo que pasaba mi madre, que dice que postergó todos sus sueños por no tener quien nos cuidara. Entonces busqué hacer un centro de cuidados que fuera digno de del lugar donde estaba porque había un contexto bastante crítico. De ahí armamos un lugar donde podían dejar las empleadas nuestros a sus hijos para poder crecer y generar un montón de proyectos sociales de empoderamiento económico de la mujer y sobre todo trabajar esa parte donde vos estás más vulnerable que es cuando sos madre.

AF: Pero aparte ¿quién te la va a contar? Si, en algún punto sufriste, no, sufriste abandono como hija, sufriste abandono como pareja, sufriste violencia económica, sufriste violencia física, fuiste traicionada, te quebraste, volviste a salir. Sos un caso de éxito permanente en la reconstrucción. No te la pueden contar, las viviste todas. Te sentás con el presidente de Uruguay y lo entendés. Te sentás con un empleado que está luchándola, lo entendés. Si.

VS: Y entiendo lo que es una madre, entiendo lo que es sentirte sola, entiendo lo que es todos los días levantarte y sacar coraje donde puedas para poder salir adelante. Pero creo que el mensaje más importante para dar es que a pesar de todo eso se puede. Que todo depende de uno mismo y de poner la actitud y ganas. Yo no tuve suerte en la vida, pero me aferré a las oportunidades.

AF: ¿Quién te dijo que no tuviste suerte en la vida?

VS: Yo no creo en la suerte.

AF: Bueno, está bien, es una buena referencia. No se sabe si de aquí a 200 años la ciencia no comprueba que lo que hoy llamamos suerte es una combinación que uno busca. Suerte, por ejemplo, la percepción es una forma de conocimiento, la percepción, percibir es una forma de conocimiento, lo que pasa es que no está, yo no puedo ir a decirle a un científico “ché, estoy percibiendo que tal experimento te va a dar así”. El tipo me va a decir, “no, mirá, hay elementos en la ciencia para determinar que esto es científico”.En el fútbol pasa mucho. Siempre se dice, “ese delantero tiene suerte”. Siempre está ubicado en el lugar donde la pelota va a rebotar y el tipo la mete adentro. Bueno, la percepción es una forma de conocimiento, vaya uno a saber si el tipo no está conociendo.Dentro de 100 años sabemos que ese tipo que decíamos que tenía suerte, en realidad conectó de otra manera.

VS: Busco oportunidades y también me he equivocado. No quiere decir que todo lo que elegí fue acertado. Elegí personas incorrectas, elegí caminos incorrectos, pero lo bueno es poder reconocerlo, transformarlo, modificarlo y aprender de eso. No victimizarme con eso, sino al contrario. Nunca me victimicé con nada de lo que pasé. Siempre de eso me fortalecí para decir: “no quiero que me vuelva a pasar”.

AF: Te hago una pregunta ¿te psicoanalizaste, pediste ayuda?

VS: Muchas veces, pero al final me di cuenta que soy yo la que tengo que hacer el camino para cambiar eso y en ese lugar el mejor momento de mi día aunque no lo creas era cuando me iba a dormir porque miraba la pared y simplemente me acostaba soñando en lo que me iba a convertir y eso era lo que me impulsaba.

AF: ¿Tenías una pared al lado de la cama?

VS: Tenía una pared. No me lo olvido más hasta el día de hoy, la miraba y ahí proyectaba en qué me iba a convertir, lo que quería ser.

AF: ¿Una pared enfrente a tu cama o al lado?

VS: Era una cama que estaba pegada contra una pared porque primero dormíamos mi hermano y yo en un colchón de una plaza después pudimos dormir los dos en un cuarto y mi mamá se fue a dormir en un sofá cama.

AF: ¿Y la pared, de qué color era?

VS: Blanca. Y le pinté camiones. Dibujaba caras de una mujer con un lunar.

AF: ¿Dibujás una cara de una mujer con un lunar?

VS: Siempre la dibujé, no sé por qué.

AF: ¿Qué edad tenías ahí?

VS: 16. Pasa que yo en esa altura de mi vida me encargué de mi hermano. Cuando mi mamá tuvo a mi hermano más chico yo tenía 12 años. No tuve adolescencia, no sabía lo que era bailar, no sabía lo que era comprarme ropa. Lavaba la ropa a mano en el piso, cuidaba a mi hermano, me encargaba de la limpieza. Si mi madre llegaba y las cosas no estaban era un problema porque siempre tuvo carácter fuerte.

AF: ¿No tenías ganas de vivir en una isla?

VS: No, porque eso es escapar. Cuando mi madre se fue, podía haberme ido y tuve oportunidades. Pero no soy de la idea de escapar.

AF: ¿Tu papá donde vive?

VS: No sé. Nunca más hable con él. Se fundió. Se dedicaba a estafar mujeres.

AF: Te hago una pregunta, tenés que estar preparada para esto, es factible que te aparezca después de escucharte. Estás saliendo por El observador, esto es muy viral, tu historia es muy potente, es absolutamente inspiradora y es factible que llegue.

VS: Yo quiero que llegue. ¿Sabes por qué? Porque siento ahora la necesidad de cerrar ese capítulo con él. Tengo ganas de decirle todo esto que te acabo de decir y por eso lo estoy contando y nunca lo conté en ninguna nota. ¿Sabes por qué te lo dije esto? Porque me lo imaginé. Con él sufrí mucho y me marcó mucho la vida. Y tengo ganas de decírselo. Tengo ganas de decir lo que me hizo a mí y a mis hermanos.

AF: ¿Pero tenés ganas de reconstruir?

VS: No. No volvería a reconstruir una relación con él porque creo que el dolor que me generó es irreparable. Siempre digo que hay personas a las que mando a un lugar oscuro y en un pozo de mi corazón para que no vuelvan nunca más. Él es una. Pero necesito por mí misma cerrar ese capítulo, decirle lo que siento, lo que me hizo sufrir. Más que nada para poder tener relaciones sanas y pueda ser más libre.

AF: Es mucho más común de lo que uno cree tener relaciones conflictivas con los padres. No creo que mi madre vea esta charla, pero yo también tengo una relación conflictiva con mi mamá y la trato de superar con amor. Es una mujer amorosa, pero también a veces se me hace complicado y difícil en el día a día. Pero bueno, uno trata de superarlo. Y al contarlo ayudás a otros también.

VS: Sí, exacto. Muchas veces me sentí muy sola. Muchas veces tenía miedo de contar las cosas porque a veces no logras sentirte entendida y pienso que también si yo lo cuento y estoy donde estoy es porque pude superar todas esas cosas.

Y lo cuento porque si hay otras mujeres que les pasa sepan que la vida siempre da oportunidad, que no es necesario hundirte atrás de situaciones como las que yo viví sino que agarrar coraje y salir adelante.

AF: Está claro que no tengas mucha ilusión que aparezca tu padre y más con esto que estás diciendo. Pero vos hoy acá cerraste un círculo.

VS: Y lo quería hacer contigo, por qué porque siento que sos una persona que conecta desde el espíritu. A mí ya no me interesa lo marquetinero. Yo ya logré todo lo que quería en el crecimiento personal y hoy me interesa que esto sea un aporte para otras personas. Con mi padre esa es una parte de la historia. Yo viví otra historia con mi padre que me marcó mucho, que fue muy dolorosa, de la cual nunca pude hablar.

Yo tenía 15 años y estaba en una casa de Punta del Este vacacionando y mi padre me pide que le haga un masaje y después él me lo hace a mí. Cuando me lo va a hacer, me toca los senos. Y fue horrible. Porque vos no podías creer que tu padre te esté haciendo eso y te empieza a generar una confusión de lo que está bien o lo que está mal. Cuando se lo fui a contar a mi madre, fue todo un caos en la familia que en vez de recibir apoyo, recibí puteadas de todo el mundo: “que estaba llamando la atención”, “que estaba inventando”. Fue tanto el miedo que me provocó que me lo callé para siempre, para siempre Y eso nunca lo pude exteriorizar Perdón fue muy duro y lo sigue siendo hasta el día de hoy… volver a creer en quien te quiere. Vos cuando un padre te hace eso te cuesta identificar quien te quiere de verdad o no. Es muy duro cuando un padre es todo para uno y si te hace eso ¿en quién confiás? Lo que quiero decir con esto es que cuando alguien cuenta esta clase de cosas, es importante que se les escuche, que se les atiende y que se les ayude. Y muchas veces por el miedo al qué dirán, por tapar, esas cosas se quedan y son cosas que arrastro por el resto de mi vida.

Me costó mucho poder seguir, confiar en los demás y creo que mis relaciones personales fueron desde el lado de sentirme protegida y cuidada para que no me vuelva a pasar eso. No fueron relaciones desde el amor porque le tenía miedo, es porque desconfié toda la vida después. Y la verdad que tenía ganas de esta instancia para contarlo por eso mismo del cierre, por eso mismo de ya exteriorizar todo lo que en mi vida fue un karma y una cruz y liberarme.

AF: Ya lo cerraste.

VS: Es que mis hermanos los veo sufrir un montón. Quiero que un poco también se vaya de esta vida con una idea de lo que hizo y que marcó la vida de los demás.

AF: Vos tenés también tus hijos ahora Y también tu equipo.

VS: Mis colaboradores son compañeros de toda la vida que me han acompañado. Mirá que yo cuando me fui de la empresa no tenía ni dónde sentarlos y se vinieron todos conmigo.

AF: Te voy a decir una cosa: el que te escuchó en esta tarde entendió todo.

VS: Al final la vida te enseña que lo importante es con quien te rodeás. No importa si es familia o no, pero encontrás pocas personas que en la vida te quieran de verdad y esas personas son las que tienen que cuidar y tienen que construir al lado de ellas y ya lo demás.

AF: Qué energía esa, voy a terminar charlando con cosas lindas. Viste que hay dos fuerzas que siempre se dice que se contradicen, que es lo tanático que es la muerte y lo erótico que es el amor. ¡Qué energía lo erótico! No lo erótico de erotismo, lo erótico de amor, de la luz, de lo blanco, de lo sublime, de lo bueno, de lo que potencia.

VS: Fluis. Porque vos tenés personas que te elevan y personas que te destruyen y tenés que rodearte de personas que te eleven.

AF: Vos sos una mujer que eleva.

VS: Yo intento elevar. Me levanto y soy alegre. Me levanto a las 6 de la mañana, hago gimnasia, llevo a mi hija al colegio, me levanto cantando, soy feliz. Me levanto y soy feliz todos los días de mi vida. No importa lo que me pase, siempre soy feliz, porque festejo la vida en sí y festejo mirar el mar y festejo caminar y festejar lo simple. Porque la verdad soy una agradecida de todo lo que la vida me dio y creo que pasa por ah. Pasa por irradiar eso y ver que de los problemas surgen oportunidades.

AF: Sos crack Vir.

VS: Ojalá ayude a cambiar también la mentalidad de ese Uruguay que es un poco aplastado y que no importa que estemos en un país chico, creo que todo se puede lograr en donde estemos.

AF: Pero pasa que tu historia es una historia de vida, es una historia humana. Y quiero cerrar diciéndote esto de la valentía de contar y de compartirlo. Gracias por esta nota.

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