Bo Jackson y la red que se llevó del Cilindro tras ganarle a Bohemios

Básquetbol > ENTREVISTA A BO JACKSON

"Arrestia y Núñez podrían haber jugado en la NBA"

El histórico basquetbolista de Peñarol recordó viejas anécdotas
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02 de septiembre de 2017 a las 05:00

¿Qué hace hoy?

A Herman Bo Jackson no le gusta que lo llamen Herman. Hace 34 años que se fue de Uruguay luego de ganar casi todo con Peñarol en básquetbol: los Federales de 1979 y 1982, el Torneo Invierno 1981 y 1982 y el Sudamericano de Clubes Campeones de 1983. Allá en Dallas, donde vive con su esposa y sus dos hijas y está a punto de cumplir 60 años, no entiende cómo desapareció ese deporte del club. Pidió hacer la entrevista en inglés porque no recuerda mucho el español y recordó aquellos viejos buenos tiempos para él.

Tengo una cadena de tiendas de muebles y artículos de jardín para exteriores. Cuando terminé mi carrera como basquetbolista, durante 20 años estuve en el negocio del entretenimiento y los conciertos. Me cansé de hacerlo porque quería disfrutar más tiempo con mi familia y viajar.

Lo vi en una foto con Kevin Durant, uno de los fenómenos actuales de los Golden State Warriors de la NBA.

Sí, ahí estábamos en una fiesta a la que invitamos a Durant. Es un gran jugador.

Bo Jakson y Kevin Durant
Bo Jakson y Kevin Durant
Bo Jakson y Kevin Durant

Ahora vive en Dallas, pero usted no nació allí. ¿Es así?

No, no soy de Dallas. Yo nací en el Bronx de Nueva York. Luego de jugar fuera de Estados Unidos, volví y desde 1996 estoy en Dallas.

¿Qué recuerdos tiene de su pasaje por Uruguay?

Me encanta Uruguay y Montevideo. Tengo recuerdos divertidos allí, y me acuerdo de a todos los muchachos con los que jugué. (Álvaro) Tito, (Hebert) Nuñez, (Joe) McCall. Todos jugaban muy bien.

¿Y recuerda cómo fue que llegó al básquetbol uruguayo?

Yo estaba jugando en París en 1978, en un equipo de allí. No recuerdo bien cómo fue me llegó la oferta. Alguien llamó a mi agente y querían saber si quería ir a jugar a Uruguay y yo dije: 'Sí, claro'. Se suponía que debía jugar para otro equipo, pero más tarde seguimos hablando y todo se arregló con Peñarol.

Usted estaba jugando muy bien desde su llegada, pero se puede decir que se presentó la noche que le hizo 75 puntos a Capitol.

(Se ríe). Ese fue el partido que más he anotado en mi vida. Omar (Arrestia) estaba lesionado y no jugó, sino, seguro que nos hubiéramos repartido el goleo y no hubiera convertido tanto. Pero esa noche me salió todo.

Y eso que todavía no había triples...

(Se ríe a carcajadas). Sí..., es cierto. Más méritos para mí (vuelve a reírse).

Arrestia era un jugador notable. ¿Qué recuerda de él?

Omar me enseñó mucho, él es como una leyenda allí. Era un jugador tremendamente inteligente, muy apasionado. Repito, muy inteligente. Sabía cómo jugar al básquetbol y nos llevábamos muy bien. Podría haber jugado en la NBA si lo hubiera querido.

Lamentablemente falleció hace un tiempo.

¡No! No sabía. Era un gran compañero de equipo. Siento mucho que muriera. Y Joe McCall, ¿vive allí en Montevideo?

Justo le iba a preguntar sobre él porque nadie sabe nada aquí de su paradero.

No, yo tampoco sé nada de él. Creía que aún vivía allí.

¿Sabía que hace 20 años que Peñarol no tiene más básquetbol?

No, la verdad que no. ¿Qué pasó? ¿Por qué no juegan más?

Sobre todo, es un tema económico.

Es una lástima, porque la gente realmente ama el básquetbol en Montevideo. Cada vez que salía, la gente me pedía un autógrafo. Es una lástima que no tengan un equipo de básquetbol. Ojalá algún día Peñarol pueda volver.

Cuando jugaba en Peñarol, ¿iba a algún partido de fútbol?

Sí, fui a varios partidos de fútbol, estuve en el vestuario y conocí a los jugadores. Me gusta el fútbol. Y los chicos del equipo de fútbol solían venir a los partidos de básquetbol.

¿Recuerda alguno?

No, no recuerdo a ningún futbolista de aquellos tiempos. Yo era buen amigo con un par de ellos, pero no puedo recordar sus nombres. Ellos venían a vernos y hablábamos todo el tiempo.

La final del Federal de 1982 contra Bohemios fue espectacular. Un partido infartante y usted fue fundamental empatando en la hora.

¡Sí! El juego fue a dos alargues y yo empaté cuando terminaba el partido. Pero al final del primer alargue, le robé una pelota al Tato López y, faltando 2 segundos, tuve la oportunidad de penetrar y me cometieron falta. Tuve dos tiros y estaba bajo mucha presión por ganar el partido con esos dos tiros. Emboqué el primero, pero erré el segundo y fuimos al segundo alargue. Terminamos ganando, pero nunca me voy a perdonar no haber embocado los dos tiros libres. Fue una pesadilla porque podría haber evitado ese otro alargue. Hasta el día de hoy me sigue doliendo.

Se la robó a Tato López, un jugador con mayúsculas que tenía el rival.

Tato fue un gran jugador de Bohemios. Ellos tenían un gran equipo. Eran un equipo excelente. Simplemente nosotros esa noche hicimos mejor las cosas. Ellos tenían más talento, pero esa noche fuimos mejores y ganamos. Pero él era un infierno de jugador.

Esa noche se llevó la red de recuerdo del Cilindro. ¿Aún la tiene?

(Se ríe). ¡Sí, todavía la tengo! Tengo todo de Uruguay de lo que ganamos. Mi hermano lo tiene en su casa, me encanta y cada tanto, cuando voy a visitarlo, veo todos esos recuerdos lindos.

Para clasificar al Sudamericano de clubes campeones, debían ganarle a Nacional que era el campeón de la Liguilla. Perdieron el primer partido y en el segundo, Mahoma Wenzel contó que el rival llevó boxeadores para amedrentarlos a ustedes. "Bo Jackson sacó a tres como bolsas", dijo Mahoma. ¿Qué recuerda de eso?

(Se ríe a carcajadas). ¡¿Quién te dijo eso?! Eso era un secreto, nadie debía saberlo. Es verdad. Nos trajeron boxeadores para intimidarnos y asustarnos, pero yo soy del Bronx, no tenía miedo en absoluto. Fue divertido, solo salieron corriendo. Es verdad, no puedo creer que lo supieras (sigue riéndose).

En el tercer clásico que ganó Peñarol para clasificar, el Ciego Blanc recibió un golpe en la nuca cerca del banco de Nacional cuando faltaban 57 segundos y ustedes ganaban cómodos. Se armó una pelea grande y terminaron todos en la Seccional 13ª. ¿Se acuerda de haber convivido allí con los propios rivales?

Tratamos de que no hubiera pelea y no pasó demasiado en la cancha. No pude entender lo que pasó. En la Seccional estuvimos quizás 30, 40 minutos y nos dejaron ir. Nadie se lesionó, sólo un par de golpes aquí y allá.

Entonces llegaron a jugar el Sudamericano en 1983 en el Palacio contra Obras y Ferro de Argentina, Monte Líbano de Brasil y Los Guaiqueríes de Venezuela, y fueron campeones. Fue una locura total porque nunca se había conseguido.

El último partido se lo ganamos a Obras que era un buen equipo, pero nosotros jugábamos muy bien. Fueron partidos muy duros, muy cerrados en el marcador, como Monte Líbano que tenía un equipazo y tuvimos que luchar para ganar. Fue el mejor equipo en el que he jugado.

Bo Jackson ante Obras en el Sudamericano de Clubes Campeones
Bo Jackson ante Obras en el Sudamericano de Clubes Campeones
Bo Jackson ante Obras en el Sudamericano de Clubes Campeones

Después jugaron la Copa William Jones y fueron terceros.

Jugamos los mejores equipos del mundo, ganamos un par de partidos y llegamos en tercer lugar, y nos sentimos decepcionados, pero lo hicimos muy bien, no obstante. ¡Éramos los terceros en el mundo!

¿Qué recuerda de la hinchada de Peñarol?

Los fans de Peñarol fueron los mejores, por lejos. Eran muy apasionados. Cada vez que salía, ni siquiera podía moverme, todos me pedían un autógrafo. Todos los seguidores de Peñarol se volvieron locos después de ganar el Sudamericano. Los aficionados en Francia no son como los fans de Peñarol. Ellos son por lejos los mejores.

Víctor Hugo Berardi, el técnico de Peñarol, fue consultado años después sobre cuál fue el mejor extranjero que vio en el básquetbol uruguayo y lo nombró a usted. ¿Qué siente?

(Se emociona). Berardi fue un gran entrenador. Realmente aprecio que haya dicho que yo era el mejor. Él me enseñó mucho sobre básquetbol y cómo jugar en Uruguay, porque es diferente a jugar en Estados Unidos. Amaba a ese hombre.

Él era parecido a usted porque los dos eran de tener carácter fuerte.

Yo era joven y tenía un carácter muy fuerte, y eso es lo que dice la gente. Juego duro y para ganar. Yo era muy apasionado, así como los fans uruguayos y cuando llegué allí, lo vi y yo quería jugar tan duro como pude para ganar.

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¿Cuál fue el mejor jugador con el que jugó?

Hebert Núñez. Era un jugador fenomenal. Podría haber jugado en la NBA, como te dije hace un rato de Omar (Arrestia). Probablemente fue uno de los mejores con los que he jugado en mi vida.

Y eso que empezó a jugar recién a los 17 años.

¡A los 17! ¡Dios mío! Fue un gran jugador y eso lo hace aún mejor.

¿Y cuál fue el rival más difícil que tuvo en Montevideo?

Jeff Granger de Aguada. Por lejos. El mejor jugador que he tenido que enfrentar. ¿Sigue en Montevideo?

Sí, y su hijo Jayson es figura de la selección.

¡Qué bueno! Asegúrese de darle mi número. Me encantaría ponerme en contacto con él. Éramos grandes amigos. Jugábamos muy duro uno contra otro en la cancha, pero cuando el partido terminaba, éramos grandes amigos.

¿Utilizaba la número 12 por algo en especial?

Era mi número en la escuela secundaria. Tenía un significado especial para mí. Jugué en la Theodore Roosevelt High School.

¿Qué diferencias hay hoy con el básquetbol que usted jugaba?

Creo que cuando jugábamos, lo hacíamos más físico. Ahora no es tan físico. Si tocás a alguien, ya piden una falta. En mi época tenías que golpear a alguien muy duro para que le dieran una falta. Esa es la mayor diferencia en mi opinión.

Además de jugar al básquetbol, ¿qué hacía en los ratos libres en Uruguay?

Solíamos ir a Punta del Este. Tuve un amigo que vivía allí y me encanta ir allí. Solíamos comer siempre porque me encantaba la comida, y los clubes nocturnos. Lo pasamos muy bien. También la playa. Recuerdo los autos viejos. La gente era muy agradable en todo Montevideo y también en el este.

¿Cómo ve al mundo en estos días complicados?

Este no es un buen momento aquí en Estados Unidos con Trump... Me da miedo Estados Unidos con Trump. No recuerdo que Estados Unidos fuera tan malo. Es un tiempo de miedo.

El otro día se vivió un episodio racista horrible en Charlottesville...

(Piensa mucho). Estados Unidos es un buen país, tenemos buena gente, con buen corazón, pero hay muy, muy pocas personas que odian a los negros y a la gente hispana... Odian a cualquier persona que no es estadounidense. Pero estamos trabajando muy duro para tratar de detenerlos y tratar de hacer que Estados Unidos vuelva a lo que era. Desde enero esto no es Estados Unidos. Desde que está Trump, no es lo mismo. Fue una tragedia lo que le ocurrió a esa muchacha en Charlottesville. Lo reitero: es solo un pequeño, muy pequeño porcentaje de personas. Dennos tiempo. Vamos a ser más fuertes y en cuatro años volveremos a lo que Estados Unidos solía ser. Obama estuvo en el cargo durante ocho años y fue maravilloso. Ahora con Trump no es lo mismo, pero vamos a sobrevivir, vamos a venir más fuertes de esto.

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