Mundo > Curva a la baja
"El escenario de no poder atender enfermos no se va a dar en Buenos Aires", dijo su ministro de Salud
Fernán Quiros, el titular de Salud de la Ciudad de Buenos Aires, parece ver la luz al final del túnel. Porque lo peor que hubiera podido ocurrido según su visión es que el sistema de salud no tuviera la posibilidad de atender "humanamente y con dignidad" a todas las personas que se enfermaron durante la pandemia, no va a ocurrir.
"En el sector público la tasa de ocupación de las terapias intensivas es de 54%, es un valor que nos da cierta garantía" para atender a la gente. Y en el sector privado, aunque esa cifra se eleva al 70%, Quirós entiende que se ha "descomprimido".
Este funcionario porteño que ha evidenciado mesura a lo largo del extenso confinamiento, advierte que fallar a la atención de las personas "hubiera sido realmente desalentador" y por eso destacó los datos y el hecho también de que la ciudad capital argentina muestre una curva epidémica que desde fines de agosto desciende de manera lenta "pero sistemática".
Quirós cree que de mantenerse esa tendencia durante lo que resta de semana se confirmaría el "descenso definitivo", a partir del cual el número de casos será notoriamente inferior al que se venía registrando, hasta que aparezca la vacuna o el tratamiento que dome, por fin, a la pandemia.
En rueda de prensa, el ministro porteño, que cuida las formas como lo hace el jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, advirtió, sin embargo, que todavía quedan muchos meses antes de decir que "esto es historia y ha pasado".
“No vamos a terminar ahora con esta pandemia, pero necesitamos llevar la curva a un valor que enferme a menos gente y que tengamos mucho menos riesgo de generar nuevos fallecidos”, sostuvo e invitó a aprender a retomar la actividad con los cuidados requeridos y a confiar en que en los primeros meses del año que viene se tenga la solución para la pandemia.
El objetivo, precisó, es evitar un rebrote como ha ocurrido en otros países.
