Un grupo de ciberdelicuentes procedentes de Rusia, Ucrania, China y varios países europeos habrían robado 1.000 millones de dólares de cuentas bancarias de Estados Unidos y varios países del mundo. El anuncio fue dado a conocer públicamente por la compañía rusa de seguridad en internet,
Kaspersky. La empresa, en apoyo con la Interpol y la Europol, logró descubrir una “operación sin precedentes” que operó durante dos años sin causar sospecha alguna.
A diferencia de
otras bandas, los
Carbanak, como se hacen llamar estos ladrones, no robaban las
cuentas de los clientes de bancos, sino directamente a las instituciones financieras, simulando que se trataba de actividades de sus empleados. Tardaban entre dos a cuatro meses en recabar todos los datos necesarios para realizar las transacciones fraudulentas, que solo requerían de infiltrar un virus malicioso que emulaba un software legal frente a los sistemas de seguridad y anti-hackeo de los bancos.
"Los
hackers ni siquiera tuvieron que entrar en los servidores bancarios. Solo se infiltraban en la red y se dedicaban a aprender a hacer pasar sus actividades por ordinarias. Se trata de un robo verdaderamente profesional", afirmó Serguéi Golovanov, experto de Kaspersky
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