Se lanzó un poderoso proyecto que plantea fortalecer la capacidad de los técnicos y especialmente de los investigadores nacionales en materia de genética de cultivos. Se trata de un emprendimiento que involucra en su ejecución a la Facultad de Agronomía y a las universidades de Wisconsin-Madison y Cornell de Estados Unidos.
El proyecto fue seleccionado por el Fondo de Promoción a la Tecnología Agropecuaria (FPTA) que promueve el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA).
Este esfuerzo que apunta al mejoramiento genético de los cultivos se cumplirá en un plazo de tres años, con activa intervención de los participantes en pasantías y seminarios. A su vez en el cuarto año se llevará a cabo un doctorado en la Universidad de Wisconsin en temas referentes a este proyecto. También se promoverá la contratación de estudiantes y profesionales expertos en la materia que abarca este proyecto.
Durante el acto de lanzamiento desarrollado en la sede central de INIA, el decano de la Facultad de Agronomía, Jorge Urioste, resaltó la importancia de colaborar en un proyecto de genética y junto a otras instituciones contribuir a desarrollar herramientas como es el caso de la genómica.
Citó especialmente la trascendencia de poder trabajar junto a instituciones nacionales y del exterior, lo que significa una combinación muy poderosa.
La Facultad y el INIA ya vienen trabajando en colaboración en diversos proyectos y seguramente se habrán de lograr avances importantes en el área vegetal en este caso, afirmó Urioste.
Rol clave del INIA
El INIA está cumpliendo un rol clave en la genética de los cultivos, aspecto que significa un factor de enorme trascendencia en la competitividad en cualquiera de las cadenas de valor, resaltó por su parte el Director Nacional del instituto Fabio Montossi.
Dijo precisamente que de las hectáreas que se siembra anualmente en cultivos de verano y de invierno, en el rubro arroz más del 90% de las variedades que se usan provienen de programas de mejoramiento genético de INIA. En el caso del trigo representa aproximadamente el 30%, en la cebada entre un 40% a un 50% y en la soja luego de un reimpulso se procura llegar a un 5% del área total.
Montossi afirmó que se trata de un área que se está desarrollando cada vez en forma más rápida, con cambios tecnológicos que son cada vez más abruptos y requiere continuamente de ajustes y de una actualización de la tecnología a utilizar.
Desarrollo técnico
Por su parte la investigadora principal de INIA, Victoria Bonnecarrére se refirió al desarrollo técnico de esta actividad, que tiene como objetivo apoyar la transición hacia un sistema de base de datos para los programas nacionales de mejoramiento nacionales. También apoyar el desarrollo y aplicación de herramientas bioestadísticas con el mismo fin.
Además se plantea apoyar una sistematización de la información disponible de genes o marcadores moleculares y por último implementar la selección genómica en los programas de mejoramiento nacionales.
Entre los resultados que se esperan sobresalen las nuevas herramientas para la adquisición de datos fenotípicos y genotípicos y la disponibilidad de esta información. También nuevos y más precisos marcadores moleculares disponibles, el uso rutinario de nuevas herramientas bioestadísticas por parte de los programas de mejoramiento y nueva estrategia de selección mediante el uso de la selección genómica.
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