Arreglos de un novio en una boda
Roberto Cava De Feo

Roberto Cava De Feo

El comportamiento en la vida cotidiana > EL COMPORTAMIENTO

“Manners” nuevamente

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14 de mayo de 2021 a las 05:03

Roberto Cava De Feo

Es un gran gusto para mí, conversar nuevamente con ustedes, amables lectores de El Observador. 

Por esas cosas que la Psicología explica pero que no comparto, tuvieron ustedes ocasión de entrar a un mundo pleno de observaciones sobre el comportamiento social. Volvamos con la memoria a tantos comentarios que he escuchado. 

“Fíjate, el turista que se lleva a la boca las aceitunas rellenas. ¡Qué horror, Anatilde!” “Fíjate también discretamente en el bolso de la española que está de visita en lo de los Castro”. “A mí me parece cursi”. “Bueno, es cuestión de gustos, pero yo no me animaría a caminar por la calle con esas cosas”.

Han pasado unas horas y los mozos no pueden disimularlo. En fin, el pomposo “lunch” estaba en el final.  El “lunch” había terminado o, mejor dicho, no había nada más para ofrecer… “Lo mejor fue el vino blanco. ¡Qué delicia! Pero lástima que solo sirvieron una copa por persona”, dijo otro buen bebedor.  Así fue uno de los comentarios de un señor mientras bajaba con elegancia las escaleras de la confitería.

Un capítulo aparte lo dejaría para bodas, aniversarios y bautismos. Por casualidad, ¿no vieron ustedes lo que hizo una señora al empezar el agasajo? Con voz de saber mandar, se dirigió a los invitados: “Queridos amigos, bienvenidos. Ustedes saben que tengo cuatro hijos casados que viven en campaña y les prometí mandarles algunas cositas. Don Filemón se las llevará en su camión. Bueno, no deseo dejar mal a nadie. ¿Pero la dueña de casa no me habría podido armar los paquetes antes?”.

Los “manners” están presentes en nuestras vidas. Así, por ejemplo, los vivimos cuando le acercamos una servilleta a una dama o cuando nos damos cuenta de que en medio de la mesa no hay mucho para comer... Con elegancia tomamos una fuente o un plato y se lo acercamos a los buenos amigos que han llegado un poquito tarde.

Si se trata de una despedida de soltero, de un viuda -que todo puede ser- es bueno rogar a los dueños de casa que pronuncien un brindis. Como es lógico es bueno estar enterados de los nombres de los novios para evitar nombrar algún amor pasado. 

Pero no todo es beber y comer. Es un gratísimo momento para hacer un brindis, es decir desear a los novios muchas felicidades y, si estaba previsto el vals, es el momento de hacerlo. 

 

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