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3 de febrero 2013 - 21:32hs

Pese a haber sido electa por los docentes como representante de los educadores en el Consejo Directivo Central (Codicen), la maestra Teresita Capurro afirma que, al momento de votar, es “independiente” de la posición sindical. En entrevista con El Observador señaló que no está “mandatada” por los gremios y rechazó que actúe “corporativamente”.“Los intereses generales están sobre los particulares y lo primero son los chiquilines”, dijo. La consejera, que en su momento votó el resistido plan Promejora que generó paros y ocupaciones de los sindicatos de profesores, ahora dirige un proyecto para reducir la desvinculación de alumnos que egresan de la escuela, pero no pasan del primer año de liceo.

¿Cuál es el objetivo del programa de tránsito entre ciclos educativos?
Hoy la sociedad uruguaya y los distintos actores de este país han puesto en tela de juicio el tema de la repetición, la desvinculación y los resultados en aprendizaje. Cuando comenzó la administración (de José) Seoane trabajamos sobre este tema y es así que surgen tránsitos entre ciclos educativos. Ahí veíamos que al terminar sexto año nos ocurren varias cosas. Una de ellas es que hay niños que se van para su casa y no continúan, o sea que no se cumple el precepto de que la educación es obligatoria. Lo otro que ocurre es que si bien concurren al ciclo básico, se nos convierten en repitientes o finalmente se desvinculan del sistema educativo. Eso es una realidad. Entonces sobre esas realidades hay que trabajar y es lo que estamos haciendo.

¿Cómo se aplica?
Lo primero que se eligen son las escuelas. De acuerdo a resultados, tenemos escuelas donde los aprendizajes y los resultados están en el quintil uno y dos, y buscamos que esa escuela trabaje luego con la UTU o liceo cercano, con lo que los alumnos ya tienen algún contacto con lo que es el otro centro. El plan comienza durante agosto en 25 escuelas con niños de sexto año. Hasta fin de año se hace un trabajo conjunto para ver de todos esos grupos cuáles son aquellos niños que no tienen intenciones de seguir o que se van a inscribir, van a ir y van a fracasar. Después de la selección de chiquilines vamos a la segunda fase que es en febrero, donde se hace una propuesta de trabajo no convencional; no de banco-pizarrón, pero se hace en un centro educativo. En marzo comienza la fase tres que es el seguimiento de estos chiquilines. Allí los equipos comunitarios se ponen en contacto con los profesores disciplinares y con las direcciones de cada centro.

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De la primera experiencia del proyecto iniciada en 2011, ¿tiene resultados de cuántos alumnos lograron retener?
A mediados del año pasado, de 6.000 chiquilines que entraron en la experiencia en 2011, el
96% estaba incluido e integrado al ciclo básico. Y de ese 96% teníamos más del 60% con notas de promoción en las reuniones de profesores de junio. Ahora nos han variado los resultados y ha bajado un poco. Desvinculados prácticamente no hubo pero sí hubo quienes no lograron el óptimo para pasar a segundo año. Algunas de las razones tienen que ver con adolescentes que entraron al mercado laboral. Lamentablemente esos chiquilines están trabajando para ayudar a sus familias. También hay migración, sobre todo en la gente de frontera. La otra variable que interviene es la de los embarazos precoces. Estamos buscando las razones a través del trabajo interinstitucional con psicólogos y asistentes sociales.

En Primaria egresan más del 95% de alumnos, pero en el primer año de liceo repiten alrededor del 30% ¿Por qué cree que se da el fracaso en el liceo?
No es una sola variable. En la escuela la atención al niño es de un solo docente y el trato es cuerpo a cuerpo en un aula donde todos tienen nombre y apellido. Mientras, cuando se va al Ciclo Básico las respuestas disciplinares de una gama importante de profesores hace que en ese primer año muchos chicos estén desnorteados. Entonces hay que buscar la forma de que se sientan como en casa, porque la escuela, en un altísimo porcentaje, hace que los niños se sientan en casa.

Siendo representante docente, ¿cómo maneja las aspiraciones salariales en el marco de una Rendición de Cuentas que el gobierno anuncia como ajustada?
El Codicen tiene iniciativa. Yo voy a seguir pidiendo lo que creo que es necesario y que es importante. Si después tenemos éxito, o no, es otro tema. Lo que haga cada uno de los sindicatos es tema de ellos porque yo ya dejé de participar en filas sindicales. Además de que lo tengo restringido no me parece ético. Más allá de que se instaló un discurso de que los consejeros electos actuamos con los sindicatos como una corporación, en mi caso personal, lo niego enfáticamente. No es así. Cuando la Federación Uruguaya de Magisterio votó mi nombre en una asamblea nacional, una de las condiciones fue que yo no estaba mandatada y así lo manifesté cuando asumí. Tengo independencia. Para mí, los intereses generales están sobre los particulares y lo primero son los chiquilines. Lógicamente que miro y escucho a los docentes, porque si no lo hiciera, estaría de más en el Codicen, pero no quiere decir que yo siempre tenga coincidencias con las tácticas y con las estrategias. Puedo estar de acuerdo con los objetivos de un cambio salarial sustancial. Cuando se nos compara los resultados educativos con Finlandia, yo pregunto por qué no, también, comparan los salarios. En ese sentido soy coherente con mi historia, pero tengo la cabeza abierta y me adecuo a la circunstancia.

Recién habló de las acciones que toman los sindicatos. ¿Entiende que los paros no son un buen mecanismo?
Lo que es una herramienta legítima para todos los trabajadores es una herramienta legítima. Cada colectivo sindical resuelve democráticamente por mayoría cuál es el camino. No me toca a mí juzgar si son muchos, pocos, justos o injustos. No es de mi competencia. Sé lo que pienso y tengo opinión propia. Lo que quiero demostrar es que en este período, en que inauguramos la integración de los trabajadores al Codicen, no he actuado corporativamente. No lo hago ni lo voy a hacer. Puedo coincidir e impulsar lo que dicen mis compañeros, pero es porque estoy convencida; yo tengo independencia.


¿Cómo evalúa la primera experiencia de los representantes docentes en el Codicen?
Creo que hay un gran período de aprendizaje. Yo no quiero pasar a la historia ni por buena ni por mala. Sí quiero cuidar el espacio que ganamos los trabajadores por los que vendrán. Debemos demostrar, los trabajadores, que somos capaces de involucrarnos y colaborar en beneficio de la educación; siempre pensando que los intereses generales son abarcativos a toda la ANEP. A mí me importa la institución porque hay que resguardarla.

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