Fútbol > Matías Mier

"Peñarol me hizo un favor y yo quiero revancha"

Luego de ponerse a punto Matías Mier dejó esperando ofertas del exterior y atiende un puesto de fuegos artificiales mientras espera el llamado de Peñarol; ganas de volver le sobran
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27 de diciembre de 2016 a las 05:00
Maldonado, diciembre de 2016. El diálogo se da en apariencia como cualquier otro entre un vendedor de fuegos artificiales y un cliente.

"Quiero un paquete de estas bombas, dame dos cañas y un volcán. Disculpame, ¿vos no sos el que jugó la Copa con Peñarol? ¿Qué hacés acá vendiendo esto?", interpela el cliente confundido entre las fotos que salen en los diarios y quien pretende cobrar un pedido en época de festejos y bombas al aire.

"Mis padres tienen un puesto de frutas y verduras en Maldonado y ahora por las fiestas se pusieron un puesto de fuegos artificiales que lo atiendo yo. Por ahí vienen los chiquilines y me preguntan si soy yo, qué hago vendiendo fuegos artificiales y algunos se cagan de risa. Pero no es una deshonra y menos para mí que vengo de una familia de laburantes de toda la vida", cuenta Matías Mier a Referí, sentado en la casa que sus padres tienen en Punta del Este, donde la familia Mier-Codina se reúne para pasar las fiestas.

La Copa a la que hace referencia el cliente es la Libertadores 2011, la misma que Peñarol definió en Brasil ante el poderoso Santos de Neymar, Danilo, Alex Sandro y Ganso, que hoy despuntan su magia en Barcelona, Real Madrid, Juventus y Sevilla respectivamente.

"Así como el gol a Vélez fue el más importante en mi carrera, el grupo de esa Libertadores fue lo que más marcó. Capaz no teníamos tanto juego pero dábamos el 100%. Todos tenían que correr, podíamos andar mal futbolísticamente o bajos técnicamente, pero no podías negociar correr. Hay partidos que se ganan más corriendo que jugando y eso no viene desde adentro de la cancha, eso se trabaja afuera, desde la unión del grupo. En las prácticas no volaba ni una mosca, estábamos todos muy concentrados", recuerda Mier.

"Mis padres tienen un puesto de frutas y verduras en Maldonado y ahora por las fiestas se pusieron un puesto de fuegos artificiales que lo atiendo yo. Por ahí vienen los chiquilines y me preguntan si soy yo, qué hago vendiendo fuegos artificiales y algunos se cagan de risa. Pero no es una deshonra y menos para mí que vengo de una familia de laburantes de toda la vida"
Ese grupo de la Libertadores fue el mojón en su carrera que le permitió irse a jugar al exterior, donde dividió su carrera en Chile y en Catar: "Tony (Antonio Pacheco) era el referente máximo de ese grupo, pero también estaban Darío (Rodríguez), Carlos (Valdez), Guillermo (Rodríguez), Diego (Alonso) y el canario (Luis Aguiar) que tenían una experiencia que los hacía pilares del grupo y siempre tiraban para adelante. Yo llegué muy joven y ellos me quitaron toda la responsabilidad. Entraba a un estadio lleno con cero presión, porque ellos absorbían todo y yo hacía mi juego. Me divertía".

"Más allá de que no hayamos salimos campeones, la experiencia de la Copa fue tremenda. Jugar en Peñarol no es fácil y cuando estaba por debutar estaba nervioso. Un día vino Diego (Aguirre), me dio confianza y me dijo que saliera a divertirme. Eso fue clave porque me salió todo bien".

"Si Peñarol no me abría las puertas de Tercera hoy estaba corriendo en un cantero de Avenida Italia y soy muy agradecido".
Mier habla en pasado y en presente porque Peñarol no solo forma parte de su memoria, sino de sus perspectivas a futuro. Luego de romper su vínculo con el Muaither de Catar, Mier pidió permiso para entrenar con la Tercera de Peñarol donde se contagió del ambiente y le vinieron ganas de quedarse en Uruguay: "Me dieron ganas de venir, me abrieron las puertas de la Tercera y la convivencia con los chicos, el cuerpo técnico y la sanidad fue de novela. Saqué buenas amistades de ahí y dentro de la cancha somos todos iguales. Ver el hambre que tienen por llegar y demostrar, me hizo cargar las pilas. Peñarol me hizo un favor y quiero mi revancha. Yo necesitaba entrenar luego de rescindir en Catar y Tito (Jorge Gonçalves) me dio la posibilidad, porque si no estaba corriendo en los canteros de Avenida Italia. Estoy agradecido con el club y estos chicos de Peñarol tienen un gran nivel, son exigentes y te obligan a mejorar siempre".

Consciente de que Leonardo Ramos quiere un Peñarol vertical y solidario en el esfuerzo, Mier se ilusiona para dejar atrás un semestre que fue de terror: "Físicamente estoy muy bien, tengo 26 años y el plus de que gané experiencia. Antes por ahí quería resolver todo rápido y hoy hago una pausa, corro mucho mejor la cancha y sé pararme mejor para estar siempre libre a la hora de recibir".

"Me queda mucho por aprender, pero a los 26 años estoy mucho más maduro que cuando a llegué a Peñarol por primera vez. Al Peñarol del segundo semestre le faltaron resultados, pero son momentos y ojalá que a Peñarol siempre le vaya bien, me contraten a mí o no, eso es secundario, la institución es muy grande y se merece estar arriba siempre", agregó.

"Tengo muchas ganas de quedarme en Peñarol, pero quiero ganarme un lugar en base a mi trabajo y a mis méritos, no quiero que nadie me regale nada".
Mier debutó en Rentistas en la temporada 2005-2006, con apenas 16 años y sorprendió con una zurda que arrancó más de un elogio. Por eso tras una década atrás de la pelota en Primera División se siente un joven con experiencia y ofertas no le faltan: "Me ofrecieron buenos contratos afuera, algo en Brasil, en Colombia, en Turquía y una oferta de Tailandia que es tentadora en lo económico, pero mi prioridad la tiene Peñarol. Tengo muchas ganas de quedarme en Peñarol, pero quiero ganarme un lugar en base a mi trabajo y a mis méritos, no quiero que nadie me regale nada".

Humilde, centrado, serio y trabajador. El Mier adulto se mira al espejo y no se reprocha nada. El mismo chiquilín que se ilusionó con ganar una Copa Libertadores quiere volver a Peñarol en el peor momento deportivo del club para volver a festejar.

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