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¿Qué se planta en Montevideo? Así es el vivero que abastece la ciudad
En este lugar las plantas son las protagonistas. Enormes macetas mezcladas con pequeñas plantaciones decoran el vivero de la Intendencia de Montevideo (IMM) donde siempre hay árboles prontos para entregar.
Hace diez años la comuna decidió unificar los tres viveros de la capital en un predio de 23 hectáreas para mejorar su producción. Entonces, se eligió un lugar en Camino Toledo Chico donde un grupo de 14 personas comenzó a trabajar para producir las plantas de la capital.
El vivero produce 3 mil de las 10 mil plantas que abastecen Montevideo. "De aquí no salen todas las plantas de la capital porque no hay capacidad de producción de acuerdo a sus necesidades pero sí la mayoría", explica el encargado del lugar Julio Ocaño luego de asegurar que trabajan sin capataz.
Para cumplir con la demanda, entonces, "las alcaldías también compran otros. Se consiguen en otros lados de la capital y del interior". Nunca se compran en el exterior.
¿Qué se planta en Montevideo?
A pesar de que el encargado del vivero confiesa que le gustaría plantar más plantas indígenas como el guayabo, arrayán o lapacho, la mayoría de la flora de la capital es exótica. "Se utilizan las que vienen de otros países y que fuimos aclimatando, como el plátano o la tipa", cuenta Ocaño luego de resaltar sus ventajas.
Estas plantas suelen tener un mayor tamaño que las indígenas que suelen tener un problema: las hojas perennes. Al poseer estas características, son plantas que dan sombra en invierno.
A causa de los temporales
Un trabajo por épocas
El vivero trabaja durante todo el año en el mismo horario. Sin embargo, las tareas del personal cambian según la época. "No es lo mismo llegar en agosto que en diciembre", cuenta Ocaño mientras mira a su alrededor.
"Hay períodos de cosecha y distribución que están marcados, pero siempre tenemos algunas plantas por si se necesitan", agrega. Cuando se inaugura una plaza, por ejemplo, no se espera que sea época de plantación sino que se necesita tener un stock para poder abastecer la obra.
Al igual que sus compañeros, Ocaño llega a las 7 de la mañana y se encarga del vivero hasta al medio día. "El lugar tendría que estar abierto todo el día pero se trabaja seis horas", explica el ingeniero quien igualmente asegura que se "cumplen los objetivos".
En el vivero de la IMM la cosecha suele comenzar en invierno, aunque puede haber variaciones según las plantas. "Estamos hablando de seres vivos que tienen características muchas veces singulares y complejas", explica Ocaño.
El primer paso del proceso inicia en el área de chasis, un lugar que se prepara para recibir la semilla en condiciones. Una vez que esté preparada, se realiza la reproducción agámica o por semilla de la planta. La primera se realiza con partes vegetativas como las raíces, las ramas o las hojas mientras que la segunda, por el contrario, se efectúa con la semilla.
Luego de esta etapa, "se dirigen a un vivero de crianza donde están en contacto con tierra de forma directa y se desarrollan hasta que adquieren un porte adecuado para su destino", explica Ocaño.
Según el ingeniero, en este momento de la cosecha hay que prestar especial atención. Una vez que la planta está preparada, se necesita colocar en una maceta adecuada. "En este momento, además, tienen que llegar a un buen tamaño. Pero depende de la planta el tiempo que le lleve", afirma Ocaño.
Puede parecer que no sea relevante, sin embargo, el tamaño es uno de los factores más importantes en la plantación. "Sus dimensiones tienen que ser suficientes para que tengan posibilidades de sobrevivir", cuenta el ingeniero después de señalar un árbol lapacho de cinco metros que está pronto para colocar en bulevar Artigas.
"El árbol no eligió estar en dónde está. Yo lo coloco, le corto las ramas y las raíces en cualquier época. Por eso es fundamental que esté pronto cuando se lo entrega", señala Ocaño.
Luego de que finaliza el ciclo, la planta está lista para llegar a su destino. Por lo general ese momento ocurre en mayo; mes en el que se evalúa qué plantas están prontas. Después de hacer la selección, se le envía la lista a los municipios de Montevideo y comienzan a distribuirse.
Según el encargado, el tipo de planta que se coloca en las veredas al igual que en las plazas lo decide el ingeniero de cada municipio. Pero siempre se respetan las alineaciones previas.
En el municipio B, cuenta Ocaño, se están reponiendo los plátanos para mantener la homogeneidad que hay en la zona. Hay lugares, sin embargo, en los que se prueban otras especies como sucede en la calle Mercedes, donde se comenzó a plantar Argel Borgeliano. El problema que tiene colocar nuevos ejemplares es el tiempo que se necesita para saber si fueron efectivos.
"Muchas veces nos preguntan por qué no plantamos algunos árboles en las calles, pero recién sabemos cómo se puede comportar a los 20 años. Hay un montón de factores que inciden", explica el encargado.
Las plantas varían pero deben cumplir con una condición: resistir al vandalismo y no interferir con los servicios públicos. Además, por supuesto, de que al vecino le guste: una de las cosas más difíciles de alcanzar, adviertió Ocaño.
