Se retiró de las pasarelas en 2015, y dejó de ser la modelo mejor paga del mundo en 2017, pero la brasileña Gisele Bündchen sigue siendo uno de los nombres más destacados del mundo del modelaje, portada recurrente de revistas y activista en causas ambientales. Ahora, a sus 38 años, la modelo decidió mirar atrás y repasar su vida. El próximo 2 de octubre se publicará en Brasil su autobiografía, cuyo título se traduce como Lecciones: mi camino hacia una vida significativa.
En el texto, Bündchen no teme en exponerse y cuenta como a pesar de que todo pueda indicar que lleva una vida de glamour, éxito, felicidad y fama, su vida no siempre ha sido feliz. La modelo habla sobre su imagen, sus relaciones de pareja, la maternidad, las cirugías y su depresión, que la llevó a tener pensamientos suicidas. Anticipó algunos de esos temas en una entrevista con la revista estadounidense People. "Las cosas pueden verse perfectas por fuera, pero no tienes idea de lo que está sucediendo realmente", declaró a la publicación.
Antes de ser modelo de Victoria's Secret, Versace o Chanel, de conducir programas de televisión, trabajar en cine y de recibir premios por su labor sobre las pasarelas, Bündchen era considerada como una modelo que no llegaría a destacar. "Me dijeron, 'tu nariz es demasiado grande y tus ojos son demasiado pequeños y nunca estarás en la portada de una revista", recordó sobre sus inicios a los 14 años.
Pero el ascenso se produjo, aunque la brasileña no salió intacta de su conversión en una de las modelos más buscadas. En 2003 padeció, mientras volaba en avión, el primer ataque de pánico de su vida, que pronto se dieron en otros espacios cerrados, y más adelante, en su casa. Allí comenzaron las ideas suicidas: . "Empecé a pensar: 'si salto de mi balcón, esto se acabará y nunca más tendré que preocuparme por la sensación de que el mundo se me viene encima".
La solución para ella fue adoptar un estilo de vida más sano, y abandonar los cigarrillos, el alcohol y el azúcar, además de empezar a practicar yoga y meditación. También fue el momento en el que terminó su relación con el actor Leonardo DiCaprio, con quien estuvo en pareja durante cinco años, y a quien consideró como "un maestro", que le sirvió para conocerse mejor a sí misma.
En 2009 se casó con el jugador de fútbol americano Tom Brady, con quien tiene dos hijos. La maternidad implicó cambios en su cuerpo que también la llevaron a sentirse insegura y a notar el peso de la responsabilidad de ser considerada como una de las mujeres más bellas del mundo. "Me sentí muy vulnerable, porque puedo ejercitarme y puedo comer sano, pero no puedo cambiar el hecho de que mis hijos disfrutarán más de mi pecho izquierdo que del derecho", dijo en referencia al hecho de que sus pechos quedaron de tamaños diferentes luego de amamantar a sus hijos.
Bündchen confiesa en su libro que se los operó para que quedaran iguales, pero se arrepintió de haberlo hecho, y los ocultó durante un año usando ropa holgada.
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