Agro > INSEGURIDAD EN EL MEDIO RURAL

A un matrimonio de pequeños productores le robaron la lana de dos zafras

Denunciaron que una "organización delictiva" en pocas horas hurtó 22 bolsas con hasta 150 kilos cada una de lana ultrafina de Merino Australiano, la más valiosa del mercado
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02 de diciembre de 2019 a las 15:46

El robo de unos 3.000 kilos de lana, fruto de la producción completa de dos zafras, tiene a un matrimonio de una zona rural de Florida sumido en una enorme tristeza y enfrentado a los problemas que derivan de esa pérdida económica, pero también por el temor que genera que “una verdadera organización delictiva”, como dicen, haya ingresado a su establecimiento para cometer el hurto.

Todo sucedió el viernes 29 o el sábado 30 de noviembre, según estiman, en un pequeño campo ubicado sobre un camino interno de ese departamento, a unos 8 kms del km 162,5 de la ruta 5. A esa zona se la conoce como Costas del Sauce de Yí (es un arroyo de ese lugar) y el campo está muy próximo a una escuela rural, con la casa a unos 800 metros de la calle, en una zona no muy poblada, típica de campaña.

Lo hurtado fueron 22 bolsas, cada una con 120 a 150 kilos de lana de ovinos de la raza Merino Australiano, una lana ultra fina (la de mayor valor en el mercado lanero local e internacional), de 18.4 micras y acondicionadas bajo el protocolo “grifa verde” del Secretariado Uruguayo de la Lana, lo que potencia su valor.

Considerando un precio promedio en el mercado de US$ 9 a US$ 10 por kilo (puede ser incluso superior), se puede estimar que el daño evaluado solo en el aspecto económico se acerca a los US$ 30 mil. 

La novedad sobre el robo la expuso el periodista agropecuario Juan Luis Dellapiazza (hijo del matrimonio afectado), en su cuenta de la red social Twitter.

 

 

 

Una de las múltiples reflexiones que a partir de ese tuiteo se generó la expresó Carlos María Uriarte, expresidente de la Federación Rural, productor agropecuario y quien se maneja como próximo ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca.

 

 

María Rosa Esteves, quien está al frente de esta producción familiar junto a su esposo, Juan Dellapiazza, explicó a El Observador que “esto no lo hizo una persona sola, esto lo hizo una verdadera organización delictiva, una empresa porque para llevarse 22 bolsas con esos pesos y en poco tiempo se precisan tres personas para cargar las bolsas, un camionero, después un acopiador y alguien que además venda esa lana”.

No fue, como en anteriores oportunidades, “una persona que nos carneó un cordero para comerse unas milanesas”, dijo.

La telenovela, la salida hasta la ciudad y una noche o madrugada fatal

Sobre el momento en el que se produjo el hurto, existe una duda. Pudo ser en la tardecita del viernes o en la madrugada del sábado. María Rosa recuerda que poco antes de la hora 18 del viernes estuvo en el galpón donde se esquila y donde estaba guardada la lana, una especie de tapera rodeada de árboles y ubicada a un kilómetro de la casa (y que además se ve bien desde la casa).

Se acuerda de la hora a la perfección por un detalle: cerró el galpón y se fue a ver su telenovela preferida por TV.

Recuerda además que su esposo y ella (él en un caballo manso y ella en una motito) fueron luego a controlar que el candado de la portera de acceso al campo estuviera bien cerrado. Y todo seguía en orden.

A las 19.15 ella y su esposo se fueron a la vecina ciudad de Sarandí Grande, ubicada a unos 30 kms del campo, por un compromiso que tenían y volvieron, estima, entre las 21.30 y 22.30 para de inmediato irse a descansar al dormitorio. El robo pudo suceder durante esa ausencia de unas tres horas como máximo.

Pero también pudo suceder luego que se acostaron y antes de las 5.15 del sábado, no después, porque a esa hora una vecina comenzó con las labores en su tambo y el esposo de ella el laboreo en una chacra con un tractor y esos vecinos no vieron nada extraño en la zona.

Cuando se levantaron se dieron cuenta del robo.

“La verdad es que esto para nosotros es tremendo, somos realmente pequeños productores, 100% familiares, trabajamos mi esposo que tiene 66 años y yo que tengo 60 y cuando no podemos con todo mi hijo viene y nos da una mano, nos estamos por jubilar y esa lana era para un dinero que nos permita darnos un gusto, un viajecito, solucionar algún gasto, algún tema de salud también”.

Los ladrones "sabían lo que hacían"

Volviendo a su percepción sobre que los delincuentes "sabían lo que hacían, lo que fueron a buscar y se llevaron", según dijo María Rosa, es que en ese mismo galpón había otra lana, pero de Corriedale, que en el mercado tiene un valor notoriamente inferior a la lana de Merino Australiano, de unos US$ 2,50 a US$ 3 por kilo. Y a la lana de Corriedale no la tocaron, la dejaron allí.

María Rosa destacó, en todo esto, el gran apoyo que se ha tenido de parte de mucha gente, por ejemplo de vecinos y amigos, también de la Policía, tanto la de la Caminera como la de Sarandí Grande, que fue donde se hizo la denuncia del delito.

De momentos, lamentó, no hay novedades, pero María Rosa y su esposo no pierden las esperanzas puestas en que alguien sepa algo y lo haga saber para que el fruto de su trabajo reaparezca.

Se trata de un trabajo que involucra esfuerzo físico y económico durante mucho tiempo, porque se maneja una majada de unas 500 ovejas con una carga genética de alto valor, lo que implica mucho sacrificio acumulado por años considerando que se trata de pequeños productores.

 

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