Alfombras de pelo para luchar contra la contaminación de un lago en Venezuela

Y este sábado ya eran más de 500 personas las que acudieron al llamado. Una de ellas es Oriana Martínez, que mientras hace fila junto a su perro Flips en la jornada gratuita para recolectar pelo, dice a la agencia de noticias AFP: “Me siento muy bien, es la primera vez que hago algo amable por el medio ambiente”. Primero, raparán a Flips, y luego a ella.

Peluqueros, barberos y estilistas de cinco salones de belleza se calzaron sus delantales y, tijeras en mano, se ubicaron en un pasillo de la Universidad Central de Venezuela (UCV), en Caracas, para hacer los cortes de forma gratuita.

El objetivo del Proyecto Sirena este viernes, al inicio de la maratón pelambrera, era recolectar 10 kilogramos de pelo, pero la meta parece que será superada con creces, al punto que muchas personas y mascotas no alcanzarán a donar su cabello, ya que las filas formadas superan la capacidad de los peluqueros.

Proyecto Sirena impulsa la recolección de hidrocarburos con pelo tanto humano como animal. Dannalice Anza, coordinadora de Eco UCV, que calificó esta primera jornada como “extraordinaria”, dice a AFP: “El pelo es hidrofóbico, una característica que le permite crear filtros capaces de repeler el agua y a su vez absorber sustancias como el petróleo. Publicaciones científicas indican que una alfombra de pelo puede retener cinco veces su peso en petróleo”.

El lago de Maracaibo tiene una extensión de 13.200 kilómetros cuadrados y está conectado a través de un estrecho con el mar Caribe. Su subsuelo está repleto de petróleo y desde hace años sus aguas se ven afectadas por constantes derrames de crudo.

PDVSA, la empresa estatal de petróleo de Venezuela ya no presta los servicios de mantenimiento a sus miles de kilómetros de cables y tuberías y el deterioro de la infraestructura es proverbial.

Por su parte, el gobierno venezolano anunció en el pasado mes de julio un plan de rescate que se inició con la conformación de un grupo de expertos para buscar soluciones para el lago, que se ve afectado, además, por un afloramiento masivo de algas verde azules, lo que crea una disposición inadecuada de residuos y descargas de aguas residuales sin un tratamiento idóneo.

La directora del centro de investigación del agua de la facultad de ingeniería de la Universidad del Zulia, Suher Yabroudi, integrante de la comisión de expertos, cree que es oportuno medir el impacto y factibilidad del Proyecto Sirena. “Si bien es una gran motivación, tenemos que analizar que cuando se coloque el cabello en contacto con el crudo va a hacer una absorción, pero hay que analizar la capacidad de absorción, y después qué vamos a hacer con ese cabello repleto de crudo”, señala a AFP. Y agrega: “Todo ese desperdicio tiene que ser tratado como un residuo peligroso por la cantidad de crudo que va a ser absorbido”.

Otra de las personas que espera formando fila para cortarse el cabello es Angee Gámez, de 18 años, estudiante del primer año de la carrera de Psicología. Se saca lo auriculares donde estaba escuchando “Something”, de Los Beatles, y dice a AFP: “Investigué mucho sobre el petróleo en el Lago de Maracaibo, y cuando me enteré del Proyecto Sirena me dije que algo tenía que hacer. Y aquí estoy, por lo menos puedo ayudar a salvar la vida de una tortuguita”.

Equipos de voluntarios recorren con escobillones y palas plásticas cada espacio para recolectar el cabello que cae al suelo y los almacenan en bolsas.

Además de quienes esperan su turno para donar su cabello o el de sus mascotas, hay quienes llegaron con bolsas de pelo recolectado en otros lugares. Es el caso de José Bernal, un cerrajero de 27 años, que cuando se enteró de la iniciativa por Instagram, quiso sumarse para “salvar al lago” con su barba antes tupida. “Lo pensé mucho, pero decidí que debía poner, por lo menos, un granito de arena, o de pelo, para salvar el lago, y a pesar de todo el dolor que me da, doné toda mi barba”.

(Con información de agencias)