Animales exóticos: murieron 100 y el destino de los vivos no es el que las ONG querían

De los 272 animales silvestres incautados en un procedimiento de Aduanas a inicios de marzo murieron cerca de 100 y los que sobrevivieron fueron trasladados a Durazno

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22 de marzo de 2023 a las 14:09

De los 272 animales silvestres incautados en un procedimiento de la Dirección Nacional de Aduanas (DNA) a inicios de marzo murieron cerca de 100. Los que sobrevivieron, en tanto, fueron trasladados al Bioparque Washington Rodríguez Piquinela, en Durazno, destino que para las ONG dedicadas a la protección de los animales no era el más adecuado.

Rita Rodríguez, representante de la Coordinadora Nacional de Protección Animal (CNPA), dijo a El Observador que esa cantidad de muertes “se debe a una muy mala gestión que se hizo, una falta de conocimiento de protocolos que esperamos se subsane en futuros casos, porque sabemos que lamentablemente no van a dejar de existir estos casos de tráfico de animales silvestres”.

Remarcó el valor de avanzar en la educación, “para que no haya compra de animales silvestres, hay una tendencia social a mascotizar animales silvestres que no es correcta, que genera la muerte de los animales, que genera el tráfico”.

BioParque Washington Rodriguez Piquinela, en Durazno.

Sobre el envío de los animales que se mantuvieron con vida hacia Durazno, Rodríguez dijo que lamentan ”bastante que el Instituto Nacional de Bienestar Animal (INBA) haya decidido no opinar sobre el destino de estos animales”, agregó.

Explicó que si bien las ONG sabían que “la última palabra” la tenía la Comisión de Fauna –dependencia del Ministerio de Ambiente (MA)–, “era importante coordinar desde el INBA con Fauna y hacer algunas propuestas”.

“En conjunto con la Unidad de Bienestar Animal (UBA) de la Intendencia de Canelones (IC), y las ONG Animales sin Hogar y Trato Ético Animal (Aptéha) como garantes, teníamos una propuesta elaborada para el destino de estos animales”, dijo.

Esa propuesta, añadió, era darles como destino la Reserva Kerayvoty, en Colonia.

Incluso, añadió, habían existido gestiones encaminadas en tal sentido entre la UBA de la intendencia canaria y la UBA de la Intendencia de Colonia, “pero eso ni siquiera se tomó en cuenta”.

Reserva Ecológica Kerayvoty, en Artilleros, Colonia.

Objetivo: liberar a los animales

Sobre por qué esa reserva en Colonia era el destino más adecuado, Rodríguez aludió a “un elemento definitorio, que tiene que ver con la posibilidad de la liberación de los animales. “Nosotros creemos que ninguna reserva, ecoparque, bioparque deba existir como tal, estamos en contra de eso por más novedoso que pueda ser el nombre, pero si tuviésemos que elegir entre un zoológico establecido, que reproduce y sostiene esa idea de zoológico y un lugar que tiene un programa activo de reinserción en hábitat natural, de liberación, vamos a elegir siempre la opción de la libertad para que los animales no estén enjaulados para siempre, que es algo que tememos va a pasar en el zoológico de Durazno”.

“La reserva de Colonia nos habilitaba la posibilidad de que esos animales, además, pudieran seguir siendo atendidos por el mismo equipo veterinario que los atendió desde el minuto uno en que se decidió que no serían asesinados”, señaló.

La Reserva Kerayvoty, explicó la representante de la CNPA, trabaja en conjunto con el Parque Provincial Loro Hablador, ubicado en la provincia del Chaco, al norte de Argentina. “Hacen allí las liberaciones”, dijo. Aclaró, enseguida, que llegado el momento las liberaciones iban a concretarse solo en caso que hubiese el permiso correspondiente, dado que actualmente rige en Uruguay y en Argentina una restricción en el traslado de aves con base en la emergencia sanitaria por Influenza Aviar.

Cuidados veterinarios en la Reserva Ecológica Kerayvoty.

Reserva Ecológica Kerayvoty, en Artilleros, Colonia.

Rodríguez, integrante además de la ONG Aptéha, detalló que los animales que habían sobrevivido y permanecían en un cuarentenario del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) fueron trasladados a la hora 14 de este martes 21.

“Llegaron correctamente, por lo que nos han informado a las ONG”, informó.

En el conjunto de animales hay mayoritariamente aves, pero también tortugas y reptiles, además de erizos que en ese caso habían sido trasladados previamente a Durazno, antes que los animales incautados pasaran a estar al cuidado del INBA.

El Bioparque Rodríguez Piquinela es administrado por la Intendencia de Durazno. El acceso está en sobre la ruta 5. En el sitio de la intendencia se informa que abre de jueves a domingo de 11 a 19 horas, que la entrada cuesta $ 90, que “apuesta al bienestar animal en un marco de amplios recintos a cielo abierto, confortables y naturales” y que cuenta con “más de 80 especies autóctonas y exóticas”, con destaque para “tigres, jaguares, pumas, leones, oso pardo e hipopótamo”.