Con nueve fórmulas presidenciales inscritas, Argentina está zambullida desde ayer en la carrera hacia las primarias de agosto, que se perfilan como una “gran encuesta” para medir la tendencia del electorado en un escenario de fuerte polarización política y de recesión económica.
Con la campaña ya en marcha, se vislumbra una reñida contienda electoral con dos protagonistas: el presidente Mauricio Macri, que peleará por la reelección, y su antecesora en la Casa Rosada, Cristina Fernández (2007-2015), candidata a vicepresidenta por el principal núcleo de oposición.
“Argentina merece otro gobierno. Ya es tiempo de Todos”, dijo hoy en las redes sociales la exmandataria, quien secundará en la fórmula a Alberto Fernández, exjefe de Gabinete de los gobiernos kirchneristas y postulante por el Frente de Todos, que amalgama a diferentes corrientes peronistas alineadas con la actual senadora.
El frente oficialista Juntos por el Cambio también se lanzó a la campaña en las redes sociales, con imágenes de Macri, quien hace dos semanas sorprendió al anunciar que su compañero de fórmula es el peronista Miguel Ángel Pichetto, hasta entonces jefe del mayor bloque opositor en el Senado, una decisión con la que el oficialismo busca ensanchar su base de votantes.
La campaña se desarrollará en un contexto de recesión económica, con alta inflación e índices negativos en materia de pobreza y empleo, un talón de Aquiles para el oficialismo que, a su vez, se prevé apuntará con fuerza contra las presuntas maniobras de corrupción durante los doce años y medio de gobiernos kirchneristas que están bajo la mira de la Justicia.
Al borde de la medianoche de este sábado se inscribieron ante la Justicia electoral nueve fórmulas presidenciales, pero todas de fuerzas diferentes y, por tanto, no competirán entre sí el 11 de agosto.
Solo les bastará obtener el 1,5 % de los votos para quedar habilitadas a presentarse en las elecciones del 27 de octubre.
De esta manera, sin internas reales en las diferentes fuerzas, en las primarias no se dirimirán candidaturas dentro de un mismo espacio y sólo servirán para conocer la intención de voto de la ciudadanía un par de meses antes de las presidenciales y con un coste para el Estado de US$ 90 millones.
Hasta entonces sólo habrá sondeos privados, que ya marcan una fuerte polarización entre Macri y Alberto Fernández.
No hay un acuerdo entre las encuestas sobre cuál de los dos lidera la intención de votos, pero casi todos los sondeos marcan que ninguno alcanzaría el 45 % de los votos afirmativos o más del 40 % y diez puntos porcentuales por sobre su principal competidor que se necesitan para imponerse en primera vuelta.
(Con información de EFE).
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